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Reportaje:Aulas

Árbitros de los conflictos

Estudiantes de 60 institutos de Málaga ejercen de mediadores en los problemas de convivencia de sus compañeros

En un instituto donde conviven a diario más de 600 alumnos lo normal es que se produzcan roces. Malentendidos, primeros encontronazos por un chico o una chica, desafíos entre pandillas... Asuntos en los que los profesores toman partido si se llegan a enterar o se les reclama, pero sin saber muy bien cómo afrontar su solución.

La mayoría de las veces, los docentes optan por recurrir a las normas disciplinarias del centro, expulsando al culpable de clase, castigándolo con horas extras de estudio o mandándolo a casa unos cuantos días, medidas que sirven para atajar de forma inmediata el problema, pero que no solucionan realmente el conflicto, el cual vuelve a manifestarse en cuanto se ven de nuevo las caras en clase, en el recreo o por los pasillos.

Al hablar de conflictos no se tiene por qué hablar necesariamente de violencia, ya que en la mayoría de las ocasiones éstos no van más allá del choque entre dos personas, roces que sí afectan a las relaciones normales entre los chavales. De cómo afrontar estas situaciones saben ya bastante cuatro alumnos quinceañeros del Instituto El Palo de Málaga, uno de los 60 centros de secundaria de la provincia en los que se han formado a cerca de 200 mediadores de paz. Sara Almohalla, María Martín, Miriam Villalba y Darío Martín son cuatro de los cinco estudiantes del IES El Palo que se han formado para arbitrar en los conflictos de convivencia. Luis Almeda Estrada es el profesor encargado de desarrollar en este centro el Plan escuela: espacio de paz que la Delegación de Educación de Málaga promueve para que el alumnado aprenda a resolver sus problemas a través de la comunicación y el dialogo. Luis Almeda tiene 51 años y lleva 25 años en este centro, donde hace dos se instruyó "como formador de formadores" mediante varios cursos de unas 40 horas en los que se les enseñaba estrategias para la resolución de conflictos, como aprender a escuchar, la empatía, el control de las emociones y se les facilitaba el material didáctico específico para esta tarea.

"Después de ese curso, llegó uno de perfeccionamiento y el año pasado formamos a nuestros cinco alumnos mediadores en sus propios cursos", explica este profesor. "Fuimos junto con otros centros y nos enseñaron cómo afrontar los problemas de nuestros compañeros mediante el dialogo. Estuvimos ocho días recibiendo este curso junto con otros 20 alumnos de distintos centros", recuerda María Martín. "Las cosas no se cambian sólo con la disciplina. El conflicto es consustancial a la persona y lo que hay que hacer es aprender a solucionarlos. Y se solucionan concitando los intereses de una y otra parte. Y eso sólo se puede lograr mediante el dialogo, mediante la expresión de los sentimientos y siendo capaces de escuchar lo que tiene que decir el otro y poniéndose en su lugar", apunta Luis Almeda, encargado de este plan junto con su compañera Carmen Rueda.

Unos consejos que pronto sirvieron a estos cuatro mediadores de paz, quienes actúan en pareja una vez que los alumnos en conflicto deciden si prefieren que les arbitre una pareja de mediadores formada por sus compañeros u otra mixta profesor-alumno, que actúa ante el conflicto de una forma asertiva. "El curso pasado ya atendimos varios casos, la mayoría surgidos por tonterías", explica Miriam Villalba, estudiante de 4º de ESO.

"Fue por una estupidez, pero se pelearon en serio. Recurrieron a nosotros y escogieron a la pareja formada por Darío y por mí. Nos reunimos los cuatro a solas en una sala del instituto y aplicamos lo que nos habían enseñado. Los dos expusieron sus puntos de vista y, lo más importante, se escucharon con atención. Tras ese encuentro todo volvió a la normalidad", cuenta María con el asentimiento de Darío. "Nosotros actuamos como medio, pero la solución al conflicto la han de buscar ellos. Es como una negociación entre las partes", añade Darío, quien reconoce que ninguno de sus compañeros de centro le mira mal por actuar como mediador.

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"Es más, ahora se interesan más por lo que hacemos. En vez de recurrir al profesor o al director vienen a nosotros para ver qué se puede hacer", asegura este alumno de 4º de ESO, satisfecho de que en lo que va de curso no hayan tenido que intervenir en ningún asunto. Ahora, los cinco mediadores del IES El Palo se preparan para recibir otras jornadas sobre prevención de drogodependencias y educación sexual, conocimientos con los que completarán su formación.

Junto a los profesores y alumnos formados como mediadores de paz, la Delegación de Educación pretende implicar en este plan también a los padres de los chavales. El curso pasado, 25 madres del IES Jorge Guillén de Torrox (Málaga) se formaron como mediadoras, en una iniciativa que se pretende continuar también este año en otros centros de secundaria. Precisamente, los primeros titulados Expertos en Mediación y Resolución de Conflictos salidos de la Universidad de Málaga han creado la asociación Escucha Activa. Formada por 10 profesionales licenciados en Psicología, Trabajo Social, Derecho y Filosofía, Escucha Activa ha desarrollado un programa centrado en la resolución de conflictos escolares con el que pretenden formar como mediadores a alumnos, padres, profesores y personal no docente de los centros educativos.

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