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El 'superavión' de Airbus aterriza en un aeropuerto comercial

El avión de pasajeros más grande del mundo, el Airbus A-380, se estrenó ayer en un aeropuerto internacional de pasajeros. Una hora y media después de partir de la ciudad francesa de Toulouse, el aparato aterrizó en Francfort sobre las siete de la mañana. El aeropuerto de esta ciudad ha sido el elegido para acoger por primera vez el superavión con el que el fabricante europeo Airbus pretende luchar contra la supremacía de su rival estadounidense Boeing en aviones de gran capacidad. El A-380 puede transportar hasta 840 pasajeros, un 40% más que el Boeing 747.

Envuelto en una niebla matinal, el aparato más grande de la historia de la aviación llegó a Francfort tres minutos antes de la hora prevista. Poco después se situó en la puerta reservada para esta operación, la E9. El aterrizaje se enmarca en la fase de pruebas al que el fabricante europeo Airbus está sometiendo su producto. El A-380 deberá emprender de nuevo el vuelo hoy, sobre las ocho de la mañana, después de haber superado diversos exámenes, según explicó ayer el presidente de Airbus, el alemán Gustav Humbert.

El tiempo desapacible de ayer en Francfort motivó que sólo unas 10.000 personas siguieran el aterrizaje, según la policía. La sociedad gestora del aeropuerto, Fraport, esperaba el doble de asistentes. Todas las autoridades presentes subrayaron la importancia del avión para la economía de la zona. "Se crearán unos 14.000 empleos, la mayoría en Francfort", aseguró el presidente de Fraport, Wilhelm Bender.

Dimensiones desafiantes

Durante ocho horas, el superavión fue objeto de las operaciones aeroportuarias habituales: embarque y desembarque de pasajeros, de maletas, de comida, repostaje... Pero sus dimensiones -80 metros de ancho, 73 de largo y 24 de alto- transformaron la rutina en un desafío.

El proceso de certificación del A-380 comenzó en Toulouse el pasado mes de abril y deberá durar un año. Si todo va bien, el avión obtendrá en esa fecha su permiso de navegación y podrá comenzar a circular a finales de 2006. En principio, lo hará bajo los colores de la aerolínea Singapore Airlines. Lufthansa también ha encargado ya 15 unidades, que deberán entregarse en 2007 y que se utilizarán para rutas desde Francfort.

El presidente de la gestora de ese aeropuerto recordaba ayer que el superavión del competidor estadounidense Airbus aterrizó por primera vez en Francfort en 1970. Es esa supremacía de más de 30 años la que Airbus quiere combatir con su avión gigante. El fabricante europeo ha recibido 159 pedidos, de los que 149 ya están cerrados. Airbus necesitará vender 250 aparatos para rentabilizar la ingente inversión realizada (10.000 millones de euros).

Para Boeing, el futuro no está en los aviones de gran tamaño, sino en los vuelos directos con aviones medianos y un gran radio de acción.

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