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La gangrena y la neumonía amenazan a los supervivientes del seísmo de Pakistán

Cruz Roja considera crítico el estado de miles de heridos que no han sido atendidos

Los supervivientes del terremoto de Pakistán han encontrado en las condiciones meteorológicas un nuevo enemigo. La nieve y la lluvia impiden el normal funcionamiento de los puentes aéreos de helicópteros que llevan ayuda humanitaria a los damnificados y recogen a los heridos más graves para su hospitalización en otras ciudades del país. Además, el descenso de las temperaturas ha dado origen a los primeros brotes de neumonía, que se ceba en los más débiles, niños y ancianos. La cifra oficial de muertos alcanza ya los 41.000.

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"Cada día los heridos llegan en peor estado. Ya hemos hecho 29 amputaciones por gangrena. Otros los recibimos ya amputados en los hospitales de campaña levantados en las zonas afectadas, pero están muy débiles. Corren peligro de septicemia [infección generalizada], al igual que muchos que nos llegan con heridas muy profundas, muy sucias e infectadas desde el primer día", afirma la doctora Yavaria Malik, de 38 años, encargada de urgencias en el Hospital General de Rawalpindi, la antigua capital de Pakistán.

En ese centro han sido intervenidos más de 1.300 heridos procedentes tanto de la Cachemira paquistaní como de los valles de Balakot y Mansera, en el noreste de la Provincia Fronteriza del Noroeste (NWFP). "Estamos exhaustos. Lo que más nos urge son cirujanos, porque esta situación de crisis va a prolongarse todavía muchos días, conforme se vaya teniendo acceso a las aldeas que se quedaron aisladas", añade Malik. Ante la saturación de los hospitales de Rawalpindi e Islamabad, el Gobierno ha ordenado dirigir parte de las evacuaciones a Lahore, capital de la provincia de Punjab.

Un equipo de Cruz Roja española, con 14 médicos y enfermeros, se trasladó ayer a Balakot para instalar un hospital móvil que tiene previsto entregar a las autoridades cuando dentro de un mes regrese a España. La ciudad de Balakot tiene 50.000 habitantes -cientos de ellos, aún atrapados bajo los escombros- y otros 150.000 diseminados por las colinas, en caseríos y aldeas que han aplastado las avalanchas de piedras de las montañas.

Según el Comité Internacional de la Cruz Roja, el estado de muchos heridos es "crítico", porque llevan nueve días sin haber recibido atención médica alguna. A su vez, Médicos Sin Fronteras volvió a insistir en la necesidad urgente de ayuda psicológica para muchos traumatizados por la pérdida de sus seres queridos y el horror de lo que han visto.

Hay miles de desaparecidos, pero muchos simplemente se desorientaron después de la tragedia, huyeron de sus aldeas y deambulan por la ciudad. Como un anciano, que estaba el domingo sentado solo sobre unas ruinas en la orilla del río Kunhar, en Balakot, y al preguntarle qué hacía allí contestó: "Soy de Kolian [una aldea a 11 kilómetros], pero qué importa. Vaya por donde vaya todo es destrucción".

El Gobierno local de Cachemira Libre -como se llama en Pakistán a la parte que controla de esa región que se disputa con India- aseguró que 54.000 cachemires han muerto en la tragedia. Si a éstos añadimos otros 14.000 en NWFP, los muertos se acercarían a los 70.000.

El Gobierno central y la Media Luna Roja, sin embargo, mantienen en 41.000 el número de víctimas mortales, tal y como indicó ayer el ministro del Interior, Aftab Sherpao. Pero todos advierten, incluida la ONU, de que como no se levanten con urgencia campamentos para acoger a los dos millones de personas que se han quedado sin casa, la catástrofe no habrá hecho más que empezar.

Labores de desescombro

En Islamabad, mientras tanto, prosiguen las labores de desescombro de la torre Margala, el edificio de 10 plantas que se desplomó por el seísmo y en el que desapareció un español. Ayer se recuperaron otros cuatro cadáveres, pero los restos de Enrique Lafarge siguen sin aparecer, al igual que los de la esposa y los tres hijos de un diplomático sueco. El Ejército paquistaní se ha hecho cargo de la búsqueda de los 15 cuerpos que aún permanecen desaparecidos desde que el equipo británico que dirigió el rescate se marchó el sábado ante la evidencia de falta de vida. En total, 16 personas fueron rescatadas vivas y 60 muertas.

[La Oficina Internacional del Trabajo (OIT) ha calculado en 1,1 millones los puestos de trabajo perdidos en la región a causa del terremoto, informa Efe. "Los informes indican que los medios de vida de millones de personas se encuentran en peligro o han quedado destruidos", dijo ayer en Ginebra el director general de la institución, Juan Somavía, que recomendó la puesta en marcha de programas para la creación de empleo que supongan un uso intensivo de mano de obra].

Desplazados cerca de Divilain, en la Cachemira paquistaní.
Desplazados cerca de Divilain, en la Cachemira paquistaní.REUTERS

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