_
_
_
_
_
Apuntes

Crece el número de alumnos en los cursos preparatorios

Los profesores alertan de la incorrecta elección en bachiller

Es posible estudiar una ingeniería sin haber estudiado matemáticas o empezar una filología sin un adarme de latín. Lo que ocurre es que el alumno fracasa, posterga su matrícula o directamente abandona. Las universidades, en un contexto en que el alumno está cada vez más valorado, decidieron implantar los cursos de nivelación. Son clases que generalmente comienzan antes del curso y que sirven para refrescar conocimientos y establecer un nivel mínimo. Se enmarcan en ambiciosos programas para mejorar la integración del alumno. Impensables hace una década.

En la Universitat de València estos cursos se han incrementado. De 920 alumnos el curso pasado a los 1.200 de éste. En la Politécnica de Valencia su implantación depende de cada centro. Su programa de acogida Integra organiza cursos on line con el mismo fin a través de la Universidad Politécnica Abierta. Hay registrados 489 estudiantes.

Puede cursarse una ingeniería sin saber matemáticas, y filología sin tener ni idea de latín

Múltiples razones explican la moda de los cursos de refuerzo. Todos aducen una mayor sensibilidad de las universidades. La delegada del rector para el plan de incorporación de alumnos de la Universitat, María José Lorente esgrime que "los alumnos no siempre escogen la opción adecuada", mientras que el vicerrector de Estudios de la Politécnica, Juan M. Rubio añade que "la formación del segundo de bachillerato es ligeramente inferior".

La facultad de Biología de la Universitat ha iniciado este año estos cursos. Refuerzan física y matemáticas. El vicedecano Fernando Martínez explica que el Plan de Evaluación y Mejora de Rendimiento Académico de la Universitat destapó "defectos formativos" en los estudiantes derivados "de la selección en las optativas". Paco Montes se ha estrenado en esta experiencia impartiendo matemáticas. Durante dos semanas ha recordado el concepto de derivadas, funciones, integrales... poniendo hasta un centenar de problemas. "Para qué valdrá no lo sé. La experiencia ha sido positiva porque los estudiantes se implican". Reconoce que algunos tenían dificultades para operar.

Le ha ocurrido a Javier Pelufo, que se ha matriculado en la Ingeniería de Telecomunicaciones de la Universitat desde un ciclo formativo del ramo donde las matemáticas no existen. No obstante, el curso le ha servido de repaso porque hizo bachillerato. Leticia Zambudio se encuentra en la misma tesitura. Recomiendan la experiencia e insisten en que no les ha importado empezar antes, ni haber realizado un examen, a cambio de tres créditos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Para sus compañeros David Redón y Lydia Prats, ambos de bachiller Científico-Técnico el curso sí es un repaso. La Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universitat ha incrementado los cursos en créditos y grupos, después de la experiencia del año pasado recomendada por el 90% de los asistentes, según una encuesta del centro.

La Universitat también los imparte en Química (115 estudiantes), en Derecho (557) y en las filologías sobre alemán, catalán, francés y latín. Estos últimos se desarrollan durante el curso. De perlas le viene el de latín a Laura Mascarell porque procedía de un bachillerato de ciencias. También a Llorenç Moll. Sólo le quedan 30 créditos para acabar y tiene el latín pendiente, una más que farragosa asignatura sin los elementos básicos de los que dota el curso de nivel ya que su relación con la lengua de Cicerón se remonta a los 70.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_