Denilson se va gratis al Girondins
Denilson ha decidido perdonar algún millón que otro que le debía la entidad verdiblanca, amén de renunciar a su ficha anual de 1,2 millones de euros netos, y se ha ido con la carta de libertad al Girondins de Burdeos, con el que se ha comprometido para esta temporada y una opción de renovación para la siguiente.
Se quiso que el extremo brasileño fuera el cimiento de un nuevo Betis, el de Manuel Ruiz de Lopera, un club al que ya no le valía el romántico manque pierda y que para entrar en la élite eligió el camino del talonario gastándose en él 5.000 millones de pesetas en 1998 (30 millones de euros). Denilson no ha cumplido ningún objetivo. Hasta su salida ha sido mediocre: cuando su equipo buscaba entrar en la Champions por primera vez en Mónaco, él se iba sin que a nadie le importara.
Durante varias temporadas, a Denilson se le aplaudía hasta cuando se le escapaba la pelota por la banda. La primera novia que tuvo en Sevilla era tratada como si perteneciera a la nobleza. Todo el mundo se sabía el modelo y el color de su coche. Pero sobre el césped no demostró qué le había convertido en el jugador más caro de la historia en aquellos momentos.
Llegó del Sao Paulo con muchas ínfulas. Una corte de más de una decena de personas le acompañó en sus primeros meses en la capital andaluza. Eso y la adulación constante. También mostró una arrogancia extrema, lo que no le ayudó a hacer demasiados amigos entre sus compañeros.
Los aficionados pronto se dieron cuenta de que el brasileño no es que marcara pocos goles, es que no marcaba casi ninguno (12 en seis temporadas). Sus célebres bicicletas eran estáticas, el amago no estaba acompañado de movimiento hacia adelante, por lo que el defensor lo tenía fácil. El enfado general llegó con su negativa a jugar en Segunda en la temporada 2000-2001 y forzó su cesión al Flamengo.
Lo mejor que le ha pasado a Denilson fue ser uno de los integrantes de la selección brasileña que ganó el Mundial de 2002. A partir de entonces, todo mal. Denilson dejó de contar con el respaldo de la grada que le silbaba cada vez más. Ayer, salió por la puerta de atrás, dejando sin efecto el contrato que le ataba al Betis hasta 2010.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.