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EL FUTURO DE IRAK

El musulmán más influyente de Washington

Zalmay Jalilzad, embajador de EE UU en Irak, ha sido una figura clave en el proceso constitucional

El embajador de EE UU en Bagdad, Zalmay Jalilzad, es uno de los principales artífices del texto constitucional iraquí. También es un político de valor incalculable para George W. Bush, que le ha encargado las misiones más difíciles en Afganistán y en Irak.

De origen afgano, Jalilzad es el musulmán de mayor rango en la Administración estadounidense. Fue el enviado especial de Bush a Afganistán tras la caída de los talibanes en 2001, y después sirvió como embajador en Kabul durante año y medio. En Irak, donde se hizo cargo de la Embajada en abril pasado, Jalilzad ha cumplido un encargo similar al que el presidente le encomendó en Afganistán: mediar entre los distintos grupos étnicos y religiosos para sacar adelante el plan de transición concebido en Washington.

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Cercano al partido republicano y protegido del vicepresidente, Dick Cheney, Jalilzad es miembro fundador del Proyecto para el Nuevo Siglo Americano, núcleo del pensamiento neoconservador de EE UU. Durante su carrera ha combinado la actividad política, la académica y la empresarial, y se mueve con igual destreza en los despachos de Washington y entre líderes tribales de Afganistán o de Irak.

Sus críticos recuerdan siempre sus vínculos con los extremistas islámicos a quienes EE UU apoyó durante la ocupación soviética de Afganistán, en la década de los ochenta, y sus trabajos de asesoría para Unocal, una empresa petrolera estadounidense con grandes intereses en Asia Central. Jalilzad llegó a trabajar directamente en varios proyectos con los talibanes, entre ellos la construcción de un gasoducto que, de haberse hecho realidad, hubiera unido los yacimientos de Turkmenistán con la costa de Pakistán, atravesando territorio afgano.

Nacido en Mazar-i-Sharif, en el norte de Afganistán, en 1951, Jalilzad es de etnia pashtún y habla los dos idiomas mayoritarios en su país, el pashtu y el dari. Es musulmán creyente, y su enorme influencia como embajador en Kabul -donde llegó a hacerle sombra al presidente, Hamid Karzai- le dio el sobrenombre de Virrey de Afganistán.

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