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Entrevista:EMERGENTES Y DIVERGENTES | Malena Alterio / Actriz

"Soy frágil, tímida, insegura, bipolar"

Un café madrileño, a mediodía. Malena Alterio lleva gafas oscuras para mitigar la popularidad. Se sienta y se las quita.

Pregunta. ¿Pesa mucho la fama?

Respuesta. No estaba preparada para esto, pero ahora estoy más acostumbrada. Al principio tuve muchas crisis con los codeos, susurros, cuchicheos... Y mucho más fuera de Madrid. Debe de ser que aquí la gente va más a su bola.

P. Y su padre, Héctor Alterio, ¿qué dice del pelotazo?

R. Está encantado, es el fan número uno de la serie y no le saco una crítica ni a palos. Siempre dice "estás maravillosa". ¿Siempre? "Siempre, siempre".

P. ¿Siempre quiso que fuera actriz?

R. No. Ahora está muy orgulloso pero antes no quería. Ha pasado sus fatigas y sabe que esta profesión es muy inestable, que muchas veces no suena el teléfono, que ahora curras un montón y mañana nada...

P. ¿Y que quería, que fueran burócratas?

R. Que estudiáramos una carrera, informática, algo serio...

P. ¿Y usted cuándo supo que sería actriz?

R. Siempre me gustó disfrazarme, hacer el payaso, jugar... Mi hermano Ernesto entró primero en clase de teatro con Cristina Rota, y yo, animada por su valentía, me apunté, para seguir jugando, a los 16.

P. ¿Se crió aquí o allá?

R. Aquí, mi padre tuvo que salir corriendo de Argentina el año que yo nací. Publicaron una lista de gente y, o se iban o...

P. ¿Y ha vuelto?

R. Estuve hace cinco años unos días en Mar del Plata y ahora voy a volver a ver a la familia: Ernesto y mi padre ruedan una serie con Campanella.

P. ¿La tele es engañabobos?

R. No deja de sorprenderme la repercusión que tiene. Es heavy en algunos sentidos, hay mucho estrés, y tiene sus cosas buenas: tienes que estar atento, ser rápida, ágil y estudiarte deprisa los textos; por otro lado, la audiencia y las publicidades deforman un poco lo que quieres hacer. Pero está claro que hay que ceder en ciertas cosas...

P. ¿La publicidad encubierta?

R. Un poquito. En la mía se hace más discreta que en otras, pero el mamoneo de las cadenas, la contraprogramación, todo eso es un ninguneo total a la gente. La tele es para entretener y ya está, no para andar en guerras.

P. Le pone más el teatro.

R. La filigrana del teatro, ese proceso largo, la tele no lo da. Pero está de puta madre que haya series, yo aprendo mucho.

P. Y ya no pasa nada si el teléfono no suena.

R. No, ahora la economía está apañada. Y puedes hacer lo otro; la tele es una lanzadera, te abre puertas.

P. ¿Y no echa de menos los tiempos de Animalario?

R. Siempre estoy en contacto con ellos, Alberto San Juan era mi compañero de clase, Willy Toledo también... Es una compañía admirable, son geniales.

P. ¿Y cómo te llama la gente por la calle?

R. De todo. Belén, o la de Emilio, o la del portero, o la de Aquí no hay quien viva. Ahora soy "la de". Es muy gratificante. Sobre todo cuando hablan entre ellas y dicen: "Sí, mujer, si la conoces, es ella, mírala, ven, guapa, quítate las gafas para que te vea bien mi amiga, ¿no ves?".

P. ¿La serie no es demasiado blanca?

R. Es bastante cañera. Viejas que fuman y roban y dicen tacos, el presidente que desvía fondos, curas que aceptan sobornos... No es nuevo pero tampoco se cuenta mucho en la tele.

P. ¿Y a quién acosan más?

R. A Fernando Tejero. Él está 24 horas a ese nivel.

P. Y José Luis Moreno, ¿haciendo caja?

R. Haciendo clin clin, como todos. Es un personaje fascinante, muy interesante, un currante compulsivo, como sus sobrinos.

P. ¿Eh?

R. Laura Caballero, la directora, y Alberto Moreno, jefe de guiones y artífice de la serie. Curran 24 horas. Son sus sobrinos.

P. ¿Es dura la serie?

R. Rara. Tienes que estar 24 horas de guardia. Los guiones salen al día, como el pan; te los traen a casa, te llaman para decirte si tienes que ir, vas a las siete de la mañana a Fuenlabrada, te pintan de fea, procuran sacarte poco partido, haces tus secuencias y a las tres de la mañana estás en casa otra vez.

P. ¿Y qué dice el maromo?

R. Está hasta los huevos. Pero como es actor lo entiende.

P. Ah.

R. Es Luis Bermejo, de Animalario.

P. ¿Un mantenido?

R. No, no, nos mantenemos mutuamente.

P. ¿Por qué no le retira?

R. Que trabaje. Si no trabajamos nos volvemos locos. Hay que realizarse. Tener ilusiones, deseos. Y si no, una alternativa.

P. La informática.

R. Yo estuve en la cola para matricularme en Historia y me arrepentí al llegar a la ventanilla.

P. ¿Tiene agente?

R. La mejor. Majós Martínez.

P. ¿Mucho clin clin?

R. No, mucho cariño. Está siempre pendiente de mí, es cariñosa y atenta...

P. Los actores siempre tan necesitados de mimos.

R. Yo es que soy tímida y me gusta que me animen y me animen. Soy muy insegura, muy frágil. Soy... bipolar.

P. ¿Y un poco diva?

R. No, necesito que me respeten. Los actores estamos muy expuestos. Trabajamos con nuestros sentimientos y nuestras cosas. No es divismo. Es inseguridad, miedo, paranoia.

P. ¿Es depresiva?

R. No, soy calma. Tranquila. No exaltada.

P. Hipotensa.

R. ¿Eh? Eso.

Malena Alterio.
Malena Alterio.BERNARDO PÉREZ

La fama tranquila

Enésimo talento surgido de la inagotable factoría de actores de Cristina Rota, Malena Alterio tiene 31 años y lleva dos en Aquí no hay quien viva, la serie de Antena 3 que la ha catapultado a una fama intensa que ella lleva con temple ejemplar. Aunque es conocida en toda España como Belén, "la del portero", o "la de Emilio", y la gente la para por la calle, y cuchichea al verla entrar al café, y le pide autógrafos, ella está encantada: tiene la "economía apañada", ha ganado en seguridad y su padre, Héctor Alterio, es su fan número uno. Ahora, el día 8, vuelve de vacaciones a Buenos Aires. Allí nació; muy poco después, su padre, amenazado por la dictadura, se exilió en España.

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