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Reportaje:

Los 'programas bonsái' de Ana Botella

El PSOE asegura que el Ayuntamiento anuncia a bombo y platillo servicios sociales que tienen una cobertura mínima, y el PP responde que la ausencia de demanda es una buena noticia

De los 6.100 millones de euros con los que el Ayuntamiento de Madrid hace funcionar la ciudad, financia obras e inversiones y presta servicios este año, sólo un 7,3% está destinado a los servicios sociales: políticas de empleo, atención a mayores, infancia y familia, inmigrantes o planes de cooperación. Todo eso agrupa la Concejalía de Empleo y Servicios a la Ciudadanía, dirigida por Ana Botella. Y, dentro de los programas que lleva a cabo, hay un grupo que indigna especialmente al grupo municipal socialista: lo que el PSOE llama "los programas bonsái".

"Programas anunciados con nombres impactantes, pero dotados de un presupuesto mínimo y que llegan a un número ínfimo de usuarios", resume el concejal socialista Pedro Zerolo. Y agrega: "La de Botella es una concejalía anuncio: está continuamente vendiendo una gestión que no existe. El gobierno de Alberto Ruiz-Gallardón no apuesta por los servicios públicos. Su prioridad es la M-30".

El dinero para servicios sociales apenas supera el 7% del presupuesto municipal

Antonio de Guindos, coordinador general de la concejalía, admite que hay "prestaciones muy específicas" que nunca tendrán muchos usuarios, pero sostiene que "menos es nada" y que, además, eso a veces es un "buen síntoma": "No significa que no lleguemos a la gente que las necesita, sino que hay poca gente que las necesita". En cualquier caso, subraya De Guindos, "la apuesta de la concejalía no son los pequeños planes, sino los grandes". "Y ahí Madrid está por encima de la media española: la teleasistencia llega ya a 60.000 mayores, y la ayuda a domicilio, a 24.000". En Madrid viven 600.000 mayores de 65 años.

Los programas bonsái que denuncia el PSOE son un grupo pequeño del total. Pero Zerolo insiste en que son significativos porque retratan la capacidad de "propaganda" del gobierno municipal: "Anuncian mucho y hacen muy poco". Lo que sigue es una selección de esos programas. Quien los desconociera hasta hoy y necesite alguno de sus servicios, puede pedir información en el teléfono 010 o preguntar en su junta de distrito.

- Lavandería domiciliaria. No es precisamente un servicio ideado por Botella: lleva 20 años en marcha y el año pasado tuvo 259 usuarios en toda la ciudad. Una furgoneta municipal pasa cada semana por sus casas, recoge la ropa sucia y la devuelve limpia. El servicio -con un coste mínimo para el usuario (véase gráfico)- no está pensado para quien no puede pagarse la lavandería, sino "para quien vive en un entorno en el que no caben lavadoras, como sucede en muchas infraviviendas, o para las personas que sufren algún tipo de discapacidad funcional que les impide hacer la colada", explica Florencio Marín, director general de Mayores.

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- Camas articuladas. También desde hace más de una década, el Ayuntamiento instala camas articuladas en casas de personas mayores con problemas de movilidad. Actualmente hay 165, las mismas que había el año pasado. Marín asegura que "no hay lista de espera", pero la concejalía ha incluido un presupuesto de 200.000 euros este año para comprar 150 camas más. Los usuarios sólo pagan 15 euros por la instalación inicial.

- Apartamentos tutelados. El Ayuntamiento no tiene competencias para abrir residencias de ancianos, pero mantiene desde hace años 100 apartamentos, en edificios dotados con servicios comunes, para personas mayores que pueden vivir por sí mismas pero no tienen dónde. "Aquí sí hay lista de espera", reconoce el director general, "pero tenemos que derivarlos a la Comunidad". Los inquilinos pagan de alquiler el 20% de su pensión: de media, 80 euros.

- Respiro familiar. Éste es uno de los servicios más promocionados por Botella desde su creación en 2004. Pero no parece haber tenido mucho éxito: sólo 24 de las 50 plazas existentes fueron usadas ese año, y en lo que va de 2005 "tampoco se ha cubierto la oferta", dice Marín, que no dispone del dato concreto. Se trata de dos centros a los que pueden acudir los fines de semana aquellas personas que cuidan de familiares mayores o enfermos, y dejarlos allí de diez de la mañana a seis de la tarde. "El objetivo es que estas familias puedan descansar al menos el fin de semana", explica. Los familiares pagan la comida (cuatro euros) y 15 euros más si no pueden llevar personalmente al mayor al centro.

- Comidas a domicilio para mayores. Es uno de los programas cuya "falsa propaganda" provoca más enfado en los socialistas, y que el PP pone como ejemplo de buen servicio. Las comidas se reparten, de nuevo, no con un criterio de renta (a quien no tiene para comer), sino con otro bastante más específico: las reciben aquellos mayores que, por una cuestión u otra, "por ignorancia, discapacidad o problemas funcionales", tienen hábitos pésimos de alimentación y corren, por tanto, riesgo de malnutrición. Según Marín, "los estudios determinan que eso le pasa al dos por mil de los ancianos". Así que, con los actuales 500 usuarios, el Ayuntamiento "cubre al 50% de los potenciales necesitados". "Es un ejemplo de cómo cuenta el PP las cosas: en esa cifra de 500 personas engloban no sólo las comidas del programa comidas a domicilio, sino todas las que dan las juntas municipales por su cuenta, y que computan después en otras partidas presupuestarias", protesta el PSOE. "Sí, este año hemos agrupado todas. Pero son comidas que se dan, ¿no? Y no van a computar dos veces", asegura Marín. Los mayores reciben una comida diaria y pagan, según su renta, entre 50 céntimos y cinco euros.

- Cuidar al cuidador. Pretende, como el respiro familiar, ayudar a mayores que cuidan a otros mayores, pero en este caso sólo se les da "apoyo psicológico", en sesiones de grupo, "para que superen el agobio, el estrés y la angustia".

- Centros de apoyo a las familias. El año pasado atendieron a 403 familias, y, según la directora general de Infancia y Familia, Esperanza García, este año van ya por 1.897 familias, un dato que el PSOE no se cree: "Computan hasta al que entra a pedir la hora", sostienen los técnicos del grupo socialista. Son cuatro centros en los que se da "orientación" pero también se presta un servicio de "mediación" en casos de divorcio y se habla con los padres sobre sus hijos adolescentes o sobre cómo elegir el colegios para los pequeños.

- Escuelas de padres. Existen desde 1990, y en ellas los padres pueden seguir cursos gratuitos, dos horas a la semana, para entender las distintas etapas por las que pasarán sus hijos. A día de hoy hay menos de 30 usuarios por distrito.

- Puntos de encuentro. El Ayuntamiento mantiene tres puntos habilitados para que cónyuges separados y que no se llevan bien o, directamente, no pueden ni verse se hagan mutua entrega de los hijos, los fines de semana, e incluso realicen las visitas allí. Casi 400 niños y sus padres usaron el servicio en 2004, muchas veces derivados por los jueces tras el proceso de separación.

- Apoyo a niños acogidos por familiares. En Madrid hay cerca de 900 niños acogidos por sus abuelos o familiares cercanos porque sus padres no pueden hacerse cargo de ellos. "Viven una situación delicada, y hay que enseñarles, por ejemplo, a que identifiquen los roles, para saber que un abuelo no es un padre, o ayudarles a que las visitas periódicas que hacen a sus progenitores vayan bien", cuenta García. El programa comenzó el año pasado y prestó ayuda a 88 familias.

- Centros de día para adolescentes conflictivos. Desde hace un año, el Ayuntamiento mantiene cuatro centros para atender a menores conflictivos, con fracaso escolar o que han pasado por centros de internamiento de la Comunidad, y ayudarlos a "integrarse en su medio de convivencia". Ahora van a abrirse centros específicos para menores inmigrantes que sufren desarraigo y pueden acabar siendo presa de las bandas juveniles.

- Ayuda a domicilio para menores. En situaciones puntuales (por enfermedad, por ejemplo) en las que los padres no pueden atender a sus hijos, el Ayuntamiento paga a una persona para que los lleve al colegio o les haga la comida.

- Programa primeros días. "El ejemplo más claro del humo que puede llegar a vender Botella", afirma el socialista Zerolo. Desde marzo de este año, el Ayuntamiento presta ayuda a madres solteras, con familia numerosa o que han tenido un parto múltiple. Pero son exactamente 14 horas de ayuda, a distribuir como quieran durante los primeros tres meses. "Comparado con nada, es mucho", asegura Esperanza García.

- 'Guarderías' para niños en Navidad. La pasada Navidad, los padres de 521 niños pudieron dejarlos al cuidado de los servicios municipales para poder descansar. Gratis. Quedaron otras 400 plazas vacantes, según reconoce Asunción Miura, directora general de Igualdad. "Pero fue una gran ayuda para las familias que sí usaron el programa".

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