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Trillo responsabiliza a los mandos militares del 'caso Yak-42' y no asume ningún error

La Comisión de Defensa del Congreso aprueba la reprobación del hoy diputado del PP

Miguel González

"No se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo, y aquí hay alguien que lo está intentando. Probablemente se engañe a sí mismo". Federico Trillo-Figueroa adoptó un tono shakespeariano en su extenso alegato exculpatorio ante la Comisión de Defensa del Congreso. Negó cualquier error propio, atribuyó toda la responsabilidad del caso Yak-42 a los militares y alegó que la suya, de existir, ya está amortizada, pues Aznar no le admitió la dimisión y los electores le echaron del Gobierno. Su reprobación fue aprobada por 22 votos (PSOE, ERC, IU, PNV y Grupo Mixto) contra 15 (PP).

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La incertidumbre se mantuvo hasta el último minuto. Instantes antes del inicio de la sesión, el presidente de la Comisión de Defensa, Joaquín Leguina, recibió un escrito del propio Trillo, en el que le pedía que suspendiese el debate de su reprobación por el caso Yak-42, el accidente aéreo en el que murieron 62 militares españoles el 26 de mayo de 2003 en Trabzon (Turquía).

El ex ministro de Defensa ya sabía que su petición, idéntica a la que rechazó el martes la Mesa del Congreso, no podía prosperar, por lo que pidió, como alternativa, "que se me conceda audiencia para alegar cuanto a mi derecho convenga". Una demanda a la que accedió Leguina, pese a los reparos del PSOE y ERC.

"Nadie puede ser condenado sin ser oído", se justificó Trillo-Figueroa. El coordinador de IU, Gaspar Llamazares, le recordó que no estaba en un juicio. Pero la dependencia donde se celebró el debate, en la última ampliación del Congreso, que ha ocupado la antigua sede central del Banco Exterior, recordaba una sala de Justicia. En vez de la habitual disposición en forma de aula, los diputados se sentaron a derecha (PP) e izquierda (los demás) del estrado donde se levantaba la mesa, a modo de tribunal.

La diferencia es que nadie pudo interrogar a Trillo, quien utilizó la flexibilidad del presidente, que le cedió la palabra sin límite de tiempo, para pasar del papel de acusado al de acusador, un cambio subrayado por los gestos del dedo índice de su mano derecha. Empezó por la propia comisión, a la que recriminó por incurrir en una "grave perversión del funcionamiento del sistema democrático", y acabó con su sucesor al frente de Defensa, José Bono, a quien trató de mentiroso.

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El PP reprueba a Bono

El Grupo Popular llegó incluso a pedir que se propusiera al pleno la reprobación de Bono por "manipulación de datos" y "ánimo persecutorio" contra su antecesor en el caso Yak-42.

Trillo levantó la expectativa de que iba a realizar importantes revelaciones, con frases como "ya no me voy a callar nada", pero no admitió haber cometido ningún error. Reconoció que hubo fallos en la identificación de los cadáveres (30 en total), pero recordó que ya pidió disculpas a las familias "en nombre" de los militares que se equivocaron. No en el suyo propio.

Tuvo una forma curiosa de trasladar la responsabilidad a los mandos de las Fuerzas Armadas, pues al tiempo que proclamaba su inocencia, -"actuaron legal, regularmente y de buena fe", dijo- los puso públicamente en el disparadero.

"Yo no he acusado a ningún militar, he dado la cara por ellos, aunque me hayan dejado solo en esa labor", declaró, antes de situar como responsable directo del vuelo al entonces jefe del Estado Mayor del Mando Aéreo de Levante y ahora director general de la Guardia Civil, Carlos Gómez Arruche.

También se quejó de que Bono no cumpliera su promesa de separar del mando a todos los militares que intervinieron en la contratación del Yak y señaló al jefe del Estado Mayor Conjunto en aquella época, el teniente general Juan Luis Ibarreta, y al ex jefe de la división de Operaciones, el vicealmirante José Antonio Martínez Sainz-Rozas.

Por el contrario, se eximió a sí mismo de cualquier responsabilidad, asegurando que un decreto de 2001 atribuyó la competencia exclusiva del alquiler de los aviones a órganos técnicos de las Fuerzas Armadas. Si alguna responsabilidad le quedara, alegó, ésta quedó colmada a su juicio cuando, el 28 de mayo de 2003, tras el funeral de Torrejón de Ardoz (Madrid) en el que fue insultado por familiares de las víctimas, presentó su dimisión a José María Aznar y éste no se la aceptó "El presidente del Gobierno me dijo que no era responsable de nada", reveló.

Para completar el argumento dijo que, en las elecciones del 14 de marzo, "el pueblo español ya decretó la sanción máxima: la pérdida del Gobierno", por lo que no cabe pedir más. "¿En serio me están planteando que deje mi escaño?", le espetó a Joan Puig, de ERC. "Lo dejo a su conciencia", respondió el diputado independentista. "Yo no voy a ser el chivo expiatorio", concluyó Trillo.

Llamazares le acusó de defender "una concepción chilena del Ejército", como si los militares fuesen autónomos de los políticos, y una especie de "ley de punto final", según la cual se hace borrón y cuenta nueva en cada legislatura. Margarita Uría, del PNV, recordó al PP que no actuó así en 1996, cuando se creó una comisión de investigación sobre el supuesto perdón de una deuda tributaria de 200.000 millones.

"Ha hecho usted un discurso justificativo de su propia supervivencia política. Ha perdido la oportunidad de reconciliarse con la verdad y con las familias de las víctimas", le reprochó la socialista Carmen Sánchez.

Bono pidió a Trillo que no descargue su responsabilidad en las Fuerzas Armadas. "El señor Trillo ha intentado hacer responsables del accidente del Yak a los militares, yo le pido que los deje en paz", declaró. "En cuanto a sus responsabilidades, allá él con su conciencia, lo que parecería inaceptable es que quisiera inventarse una mentira para hacerla verdad y acabase siendo culpable del accidente el ministro Bono".

Por su parte, Gómez Arruche negó que fuera responsable de los vuelos de sostenimiento a Afganistán o del propio Yakovlev, como dijo Trillo. "Cualquier profesional del Ejército del Aire o del Estado Mayor de la Defensa puede constatar que no es verdad", dijo el director general de la Guardia Civil.

El ex ministro Federico Trillo-Figueroa, durante su intervención en la Comisión de Defensa del Congreso.
El ex ministro Federico Trillo-Figueroa, durante su intervención en la Comisión de Defensa del Congreso.ULY MARTÍN

"La responsabilidad afecta al ministro Trillo"

La proposición no de ley sobre el caso Yak-42, aprobada por la Comisión de Defensa del Congreso, declara que "la responsabilidad de los poderes públicos por las graves negligencias detectadas en el seguimiento y control de la contratación del vuelo del avión siniestrado, así como los importantes errores del proceso de identificación de cadáveres, durante el cual se constató además un constante y claro menosprecio a las familias, no corresponde exclusivamente a las instancias militares, sino que afecta directamente a las autoridades políticas, en concreto al ministro de Defensa Federico Trillo, que ejercía las máximas funciones de dirección de la Administración Militar y de la defensa en el tiempo que tuvieron lugar los hechos".

Además, el Congreso insta al Ministerio de Defensa a "remitir toda aquella nueva información que vaya conociendo y en concreto la investigación sobre la cadena de subcontrataciones de los aviones y sus posibles beneficiarios, garantizando así al Parlamento y a los familiares de los militares fallecidos una información rigurosa".

El texto, pactado por PSOE, IU y ERC, tuvo el apoyo del PNV y Grupo Mixto. Coalición Canaria y Convergència i Unió se ausentaron de la votación, alegando que el caso se ha convertido en motivo de disputa partidista.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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