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Reportaje:

Los 'ultras' invaden el entrenamiento del Atlético y amenazan a la plantilla

Los violentos derribaron una valla e intimidaron a los jugadores, pero el club no denunció los hechos

Un grupo de dirigentes muy destacados del Frente Atlético irrumpió ayer por la fuerza, tras romper a patadas una valla metálica, en el campo donde se entrenaban los jugadores rojiblancos e insultó y amenazó de muerte a los miembros de la plantilla y el cuerpo técnico. El único guardia de seguridad que había en todo el recinto se encontraba en la otra punta de las instalaciones. La Guardia Civil, que acudió urgentemente, no detuvo a nadie. El club no ha denunciado los hechos y el delito sólo es perseguible penalmente si el precio de la alambrada rota superase los 300 euros.

En el recinto sólo había un miembro de seguridad, y un empleado del club llamó a la Guardia Civil
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Un grupo de 11 hinchas -otros cinco aguardaron en el exterior- caminaron hasta donde estaban los jugadores balanceando los brazos, andando con lentitud e intimidando con sus gestos a los futbolistas. En las instalaciones, en Majadahonda, al noroeste de Madrid, no había seguridad, excepto el guardia de la puerta. Tres coches todoterreno de la Guardia Civil y dos de la policía local de Majadahonda acudieron tras recibir una llamada de auxilio de un empleado del club, el único que sobre el césped tenía un móvil a mano. Cuando llegaron, los radicales ya habían abandonado el recinto. La Guardia Civil no practicó ninguna detención y, a través de su portavoz, precisó que el acto sólo se podría considerar delito en caso de que la valla "cueste más de 300 euros". Desde el club no se ha denunciado el hecho, por lo que tampoco los cuerpos policiales pueden actuar.

El jefe de seguridad del Atlético, José Camarero, no se encontraba en el lugar, asistía a una reunión sobre seguridad de cara al derby de mañana en el Bernabéu. Algunos habituales de la ciudad deportiva rojiblanca afirman que ya "se sabía" que los radicales tenían planeada "una visita" a los jugadores y su entrenador.

"Mercenarios", "hijos de puta", "negro de mierda", "paleto, vete a tu pueblo", "estamos hasta los cojones", ese fue el repertorio principal, antes y después del asalto, dependiendo del blanco de sus insultos. Miguel Bastón, el entrenador de porteros, recibió varias amenazas personalizadas del líder del grupo -"no vas a vivir más"- tras encararse con ellos. También trató de apaciguarlos el capitán Fernando Torres y el portero Leo Franco, así como el jefe de prensa, Antonio Sanz. El resto de los futbolistas hacían estiramientos sin siquiera atreverse a mirar a los ultras, que, con las piernas extendidas, plantadas en el césped, a medio metro de ellos, seguían insultándoles. El entrenamiento concluyó en ese instante. Bastón salió lívido tras las fuertes amenazas y rehusó hacer ningún tipo de declaración. Ningún futbolista, por órdenes del club, valoró lo sucedido.

"Es muy difícil echarles del estadio, porque luego se intercambian los abonos", comentó el presidente de la entidad, Enrique Cerezo. El dirigente confirmó que a partir de hoy se incrementará la seguridad en el recinto. "Quién se va a imaginar que suceda algo así", apuntó Cerezo, que lamentó el hecho y tildó de "vándalos" a los agresores.

Lo cierto es que no es infrecuente ver a esos mismos hinchas en los entrenamientos hablando amistosamente con algunos futbolistas o accediendo a zonas que en teoría les están vetadas. Uno de los asaltantes, vestido con un traje gris y corbata y cubriendo su rostro con un pasamontañas rojiblanco, fue identificado por varias personas como el jefe del Frente Atlético. Su peculiar indumentaria -en contraste con la de sus compañeros, que vestían pantalones vaqueros ceñidos, camisetas, chaquetas con capucha y botas militares o zapatillas- se debe a que es abogado y ayer, día laborable. Varios de sus acompañantes también pertenecen a la directiva de esta peña que se ubica en el fondo sur del Calderón. Uno de ellos, con la treintena muy superada, es uno de los socios más antiguos del grupo. Muchos de ellos llevaban el rostro descubierto y los que se lo cubrieron lo hicieron después de que las cámaras les enfocaran. Para introducirse en el recinto rompieron, en realidad, dos vallas. Una, a patadas, y la otra, previamente en mal estado, por estar contigua a la que trataban de derribar. Un habitual del Cerro del Espino comentó: "Al menos cambiarán esa valla, que estaba hecha un asco".

El técnico rojiblanco, César Ferrando, quien tiene pie y medio fuera del club, se limitó a calificar de "lamentable" lo sucedido, y apostilló: "Es normal que la afición esté enfadada". Antes, en el césped, hizo una pregunta en dirección a donde observan la práctica los periodistas: "¿Quién ha llamado a esta gente?". El grupo de asaltantes también amenazó e insultó a los periodistas. Ferrando no se extendió comentando los incidentes, aunque recordó que "a nadie le gusta que le vengan a insultar a su casa".

Los agentes cortaron la calle por la que los jugadores tienen que salir con sus coches en previsión de nuevas agresiones en el exterior del recinto. Al cortar la vía, los futbolistas podían salir directamente a la avenida principal sin tener que girar en una rotonda, donde podrían estar esperándoles los hinchas violentos.

Los jugadores salieron sin demorarse charlando entre ellos, algo frecuente, aunque alguno hizo algún comentario a la prensa -"ahora habrá que ponerse a dar vueltas por Majadahonda para despistarles"- y mucho antes de lo habitual. Salieron todos a la vez y ninguno se pudo quedar en el gimnasio, como en otras ocasiones. Mientras, el director de las instalaciones, Adelardo, mítico ex jugador rojiblanco, se quedó con los efectivos de la Guardia Civil.

Once <i>ultras</i> del Frente Atlético insultan y amenazan, tras irrumpir en el campo de prácticas, a los jugadores rojiblancos mientras éstos se ejercitaban.
Once ultras del Frente Atlético insultan y amenazan, tras irrumpir en el campo de prácticas, a los jugadores rojiblancos mientras éstos se ejercitaban.DIARIO AS

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