El TNC hará obras en la Sala Gran tras detectar deficiencias acústicas

Desde que el Teatre Nacional de Catalunya (TNC) abrió sus puertas, en 1996, las quejas sobre la deficiente sonoridad de la Sala Gran han sido recurrentes. En el diseño del edificio, proyectado por el arquitecto Ricardo Bofill, se tuvieron en cuenta las recomendaciones del especialista en acústica Albert Yaying Xu, pero fuentes del teatro aseguran que su dictamen se emitó a partir de "una única visita" a las obras. Ahora, un nuevo estudio recomienda la instalación de paneles resonadores en las paredes y en el techo del proscenio para conseguir que el sonido se proyecte hacia los espectadores y no hacia arriba como ocurre actualmente.

Las obras se realizarán el próximo mes de julio y tendrán un coste de 60.000 euros, que deben sumarse a los 6.000 euros que ha costado el estudio.

El análisis de las deficiencias sonoras de la Sala Gran se encargó a la empresa García BBM Acústica, dedicada a la consultoría y la asistencia técnica en las áreas de acústica, ruido y control de las vibraciones. Según su informe, el teatro tiene unos índices de tiempo de reverberación (tiempo de permanencia de la energía sonora en el recinto tras haber cesado la fuente que la producía) adecuados para un uso predominante de la palabra. Pero, dado que las paredes del proscenio son lisas y totalmente verticales, el sonido se escapa hacia arriba. Para mejorar la claridad sonora, se recomienda la instalación de una serie de paneles convexos, con una adecuada orientación para permitir que el sonido se refleje adecuadamente sobre la audiencia.

Mejorar la confortabilidad

Esta solución es un primer paso necesario para lograr la mejora acústica. "Con ella se conseguirá mejorar notablemente la confortabilidad del espectador", asegura Joan Francesc Marco, consejero delegado del teatro. Pero, para que ésta sea realmente efectiva, queda pendiente una segunda intervención, todavía por concretar, encaminada a eliminar el ruido de fondo de la sala.

Según el estudio, la sala concentra un excesivo nivel de contaminación acústica generado por su propio funcionamiento (provocado por elementos como los ventiladores de los proyectores de luz y otros mecanismos electrónicos). El informe señala que éste es el factor más importante para una buena acústica, "ya que si el ruido de fondo es excesivo, aunque el resto de los parámetros sean correctos, la sensación de audición se ve enmascarada". Así, para un espacio de las características de la Sala Gran del TNC, el nivel óptimo de ruido de fondo se establece entre 28 y 30 decibelios, pero en las mediciones técnicas se han registrado unos índices de en torno a 36 o 37 decibelios. Los técnicos de la empresa encargada del diagnóstico y las soluciones están analizando en profundidad el origen del ruido ambiental en la Sala Gran y no ofrecerán sus conclusiones al respecto hasta el próximo julio.