Se acabaron los acuerdos
El desmarque del PP del acuerdo para el llamado impulso democrático hizo albergar a los socialistas esperanzas en mantener, en cambio, una alianza estratégica con IU y PA, formaciones éstas que siguieron adelante con su apoyo a un paquete de medidas legislativas y políticas que constituía una de las principales novedades en esta legislatura de la mayoría absoluta del PSOE. Sin embargo, cumplido un año de mandato, el escenario es bien diferente.
Los primeros en descolgarse han sido los andalucistas, deseosos de distanciarse de la larga sombra del primer partido en nuestra comunidad. La llegada a la secretaria general de Julián Álvarez ha terminado provocando el inevitable giro que quiere imprimir a un PA deseoso de encontrar una trayectoria propia. Y si bien dicen en la nueva dirección que continúan con su respaldo a ese entendimiento básico cerrado en torno al impulso democrático, han encontrado en el Consejo Audiovisual de Andalucía el territorio propicio para marcar distancias a pesar de que, tal vez, no hayan sabido explicarlo debidamente.
La encendida defensa que hacen del PP para que no salga perjudicado en el reparto de consejeros les hace aparecer ante la opinión pública como sus principales valedores y da alas a aquéllos que siguen pensando que quien realmente está detrás de los actuales dirigentes del partido no es otro que Alejandro Rojas-Marcos, ahora en plena coincidencia con el objetivo prioritario de los populares, como es fraguar una alternativa a los socialistas.
A pesar de todo, en IU no están por la labor de soltar el trozo de más que les ha correspondido en el reparto de puestos en el Consejo, pero parece que hasta ahí llegan. Vuelven por sus fueros al aferrarse a que, esta semana, en el pleno del Parlamento andaluz salga una resolución que condicione la posición del Gobierno andaluz a la hora, no ya de rechazar el plan Maragall, sino de acometer el proceso de negociación del nuevo sistema de financiación autonómica.
La pinza
Le reprochan los socialistas que los izquierdistas, con este paso, se muestran deseosos de volver a la pinza, la etapa en la, que de acuerdo con el PP, mantenían maniatado al Ejecutivo de Manuel Chaves. Así que no se aventura posibilidad de acuerdo en la Cámara. El PSOE puede que se quede solo, lo que servirá a los populares para interpretar este hecho como un signo de aislamiento de los socialistas. Un aislamiento que para sí quisieran el resto de partidos si se tiene en cuenta el respaldo mayoritario en votos con que cuenta el PSOE.
Puestos ya en esa línea, puede que la actual portavoz de la coalición, Concha Caballero, se muestre más cómoda que nunca. Eso de llegar a entendimientos con los socialistas parece que le provoca sarpullidos. Es mejor la confrontación de modo que no se descarta que, al final, esta deriva provoque que se disipe la tentación que pudiera albergar el coordinador regional, Diego Valderas de dar un golpe de timón, también él, en su formación.
Los socialistas están abocados a andar por ahí pidiendo perdón por la mayoría absoluta hasta el punto de que resulta más que improbable que, a partir de este choque de trenes, se pueda recobrar el consenso con los pequeños partidos para sacar adelante nuevas propuestas. No hay que perderse, tampoco, la imagen que propiciarán, este lunes, el presidente andaluz con la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez y la consejera de Obras Públicas, Concepción Gutiérrez.Firmarán en Jerez el acuerdo que posibilitará la supresión del peaje de la autopista Sevilla-Cádiz en el tramo comprendido entre la ciudad jerezana y la capital gaditana. Este encuentro debe servir, además, para despejar incertidumbres en torno a la viabilidad de esta medida, así como, también, sobre la ejecución del proyecto de desdoble de la N-4 entre Jerez y Dos Hermanas para que, de esta forma, la supresión del peaje sea total.
