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Los sindicatos creen que ELA favorece a la patronal al rechazar el diálogo social Escasas esperanzas

LAB prefiere mantener su estrategia a una relación "no leal" con la central mayoritaria

Los sindicatos CCOO, UGT y LAB consideran que la negativa de ELA, la central mayoritaria de Euskadi, al diálogo social y su opción por la "lucha" que explicitó de cara al pasado 1 de Mayo favorece esencialmente a los empresarios. Mientras, la patronal Confebask cree imposible establecer un marco de diálogo sin ELA, que suma más del 40% de la representación en la comunidad autónoma.

El secretario general de ELA, José Elorrieta, aseguró al presentar el manifiesto de su central para el 1 de Mayo que el diálogo social no tiene ahora sitio en el País Vasco. Agregó que su práctica en el conjunto de España y en Navarra ha tenido efectos "nefastos". Ante "la gran ofensiva lanzada por la patronal, el camino a seguir no es el del diálogo social, sino el de la lucha", en opinión de la central nacionalista. Todos los sindicatos coinciden, eso sí, en que la precariedad laboral es el principal problema.

CCOO, UGT y LAB no coinciden en su análisis global de la situación en Euskadi, pero sí en apreciaer que el mayor beneficiado por la línea de acción de ELA es la patronal. "Sería bueno coincidir, pero no nos vamos a rasgar las vestiduras ni a renunciar a posiciones por unas relaciones no leales", dice José Luis Rezabal, responsable de negociación colectiva de LAB. La central de la izquierda abertzale, que por vez primera en diez años no participó con ELA en la manifestación del Día del Trabajo, considera que el sindicato mayoritario está "conceptualmente equivocado al contraponer lucha sindical y diálogo social".Los secretarios generales de UGT y CCOO en Euskadi, Dámaso Casado y Josu Onaindi, respectivamente, coinciden con LAB en este punto, pero discrepan sobre la posibilidad o no de plantear el diálogo social sin la central mayoritaria. Ambas centrales creen que se puede dialogar prescindiendo de ELA.LAB cree posible llegar con CCOO y UGT a acuerdos sobre la negociación colectiva, pero descarta pactos estratégicos por su diferente concepción del marco político autonómico, ya que la central abertzale se define como

independentista. Esta diferencia no debería suponer una negativa al diálogo, según las centrales no nacionalistas, que no renuncian al marco estatal, al que ven cada vez más condicionado por el europeo. "No creemos en marcos autárticos", puntualiza Onaindi.

"Se puede hacer sin ELA, pero son los empresarios los que no quieren, ya que se aprovechan de la situación para hacer lo que desean", señala Casado, quien lamenta que vayan a ser los trabajadores vascos los principales perjudicados por la falta de acuerdo. "Si se quieren autoexcluir que se autoexcluyan. Estamos ante modelos sindicales diferentes. Unos primamos el acuerdo y otros la exclusión y la hegemonía sindical", señala Onaindi.

La patronal, mientras, no ve posible impulsar el diálogo social en la comunidad autónoma "si la novia no quiere". Jon Bilbao, responsable de negociación colectiva de Confebask, considera que toda la estructura de relaciones laborales en España está "pensada para favorecer a los sindicatos mayoritarios". Bilbao apunta que el legislador estaba convencido de que la central que fuese mayoritaria aportaría "serenidad y razón". "Cuando el mayoritario cambia de estrategia y va a la radicalidad, el esquema se parte de raíz y se complica", agrega. La patronal considera que ELA está jugando el papel que normalmente desarrollan las centrales minoritarias, que no tienen responsabilidades, y compara lo que ocurre en Euskadi con que CCOO y UGT decidiesen para el conjunto de España seguir, por ejemplo, la política sindical de la CGT.

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Los empresarios recuerdan que hasta diciembre de 2000, ELA jugó un papel clave en las relaciones laborales, hasta que en esa fecha apostó por configurarse como un contrapoder, "lo contrario a lo que había hecho durante 20 años", dice Bilbao. En cualquier caso, Confebask recalca que aboga por el diálogo social, pero si la otra parte no quiere, opina que no hay nada que hacer.

Los empresarios también ven que la situación se ha complicado mucho para la negociación colectiva y que la economía vasca no puede seguir por la línea de aumentos salariales y reducciones de jornada porque atacan directamente a la competitividad.

Nadie espera mucho del nuevo Gobierno. Los agentes sociales no se atreven a aventurar quinielas, pero creen que la historia demuestra poca voluntad del Ejecutivo. Los empresarios opinan que tienen margen para trabajar, pero que las actuaciones han sido muy "tímidas". LAB estima que Euskadi puede hacer poco al carecer de la legislación necesaria y además el "sesgo ideológico" le impedía hasta ahora otras acciones.

UGT y CC OO coinciden parcialmente. No hablan de falta de competencias, sino de un Ejecutivo que no ha querido asumir la pluralidad y la diversidad y "ser un Gobierno para todos y no de parte". "`Para hacerlo no hay que ser rehén de ningún sindicato", dice Onaindi.

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