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Entrevista:SUSO DE TORO | Escritor

"España es todo lo que está en el Parlamento"

La catástrofe del Prestige puso al escritor Suso de Toro (Santiago de Compostela, 1956), Premio Nacional de Narrativa 2003, en primera línea contra la actuación del PP. En poco más de dos años, ha escrito tres libros de artículos y reflexiones políticas. El último, Otra idea de España (Península), es "un conjunto de escritos para dar a los jóvenes una ideología alternativa", explica. "Son argumentos de democracia para una nación de ciudadanos".

Pregunta. Primero fue Nunca máis, luego Españoles todos. ¿Otra idea de España cierra la trilogía?

Respuesta. Sí, en primer lugar porque se me acaban las fuerzas. Francamente, puedo seguir opinando en prensa sobre estos temas, pero sería redundante. Lo esencial está en este libro, que quiere ser un contradiscurso, una idea alternativa de España. Yo vengo de la izquierda y del galleguismo. Lo coherente con el mundo del que procedo sería hablar del Estado español, pero deliberadamente he puesto España. Ni toda mi vida ni todo yo cabe dentro de Galicia; hay aspectos de mi vida y mi experiencia que tienen relación con eso que llamamos España. Yo vi que para la gente joven que se activó con el movimiento de Nunca Máis España hoy sólo significa cosas negativas. España son agresiones, imposiciones, cultura reaccionaria. Yo tuve acceso a otras ideas de España que esta gente joven no conoce. En los últimos veintitantos años se han creado generaciones en Euskadi, Cataluña y menos en Galicia, muy generosas, muy activas, espabiladas, donde la única idea de España es negativa. Quise rescatar una parte de mí, que yo resumo en las canciones de Paco Ibáñez, que muestra que no siempre fue así. Hay que construir un contradiscurso al señor Rajoy.

P. ¿Esa España negativa es provocada por el PP?

R. El PP es quien con más convicción y extremismo lo lleva adelante, pero también manejan esa idea de España Bono, Ibarra o Chaves. Es la España que nos enseñaron en la escuela franquista. Para mí, España es todo lo que está en el Parlamento. Es España el señor Rajoy y el señor Acebes, pero también Zapatero y su partido y Esquerra Republicana y los nacionalistas vascos y catalanes. Vengo de Madrid asustado, porque es una ciudad que ha sido tomada desde el punto de vista de la comunicación y la ideología por la extrema derecha.

P. ¿Cómo ve Euskadi?

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R. Con optimismo. Los partidos han fracasado en una sociedad fragmentada y bloqueada en la que se ha creado una cultura de la parcialidad, no hay un espacio común, pero soy optimista porque hay una novedad cualitativa: hace un año estaba Aznar y ahora está Zapatero, que tiene otra idea de España. Es más difícil deshacer la situación en Madrid, donde hay un nudo de ideología compartida por mucha gente que no es de extrema derecha.

P. ¿Qué le parece lo más alarmante?

R. Que no escuchen. He encontrado un estado de ánimo contra vascos y catalanes. El nacionalismo español en los últimos ocho años ha sembrado el odio. Por eso, propongo otro nacionalismo español, un nacionalismo de ciudadanos y no basado en un discurso identitario. Tiene que existir un nacionalismo español, pero otro.

P. ¿Cómo?

R. Yo digo un nacionalismo de nación, más o menos. Ya no va a haber una nación de franceses, ni de españoles como la había, ni de los catalanes, ni de los gallegos como se puede imaginar cualquier discurso nacionalista tradicional.

P. Su libro tiene formato de panfleto. ¿Tiene todavía vigencia escribir panfletos?

R. Sí. Obliga a reflexionar sobre temas, plantear un debate y una propuesta. El trabajo de los intelectuales puede ser positivo o negativo, pero tiene efecto.

P. El modelo del intelectual comprometido de otras épocas...

R. A mí no me gusta nada, me carga mucho, Sartre. El tono de mi libro no es el de alguien que habla desde la auctoritas. Puedo ser apasionado, beligerante, pero expongo unas razones sin condescendencia. No soy más listo que otros, tengo un sentido muy igualitario. Quiero que me discutan.

P. ¿Le ha hecho daño como escritor esta etapa?

R. Sí. Tengo una novela parada, pero no es sólo eso. Sobre todo, no estoy viviendo como escritor. El escritor debe construir un tiempo personal basado en la monotonía, en el diálogo sereno. Hemos vivido días de mucho ruido en Galicia. La beligerancia descentra, no es bueno para nadie y menos para un escritor.

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