Joven y riguroso
Miguel Ángel Torres Segura, juez titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Marbella, se enfrenta, a pesar de su corta experiencia -tiene poco más de 30 años-, a una de las instrucciones más complejas de los últimos tiempos.
Procedente de Granada, Torres Segura lleva en Marbella desde 2003, una ciudad que aparece cada día más en las páginas de sucesos que en las de la prensa del corazón. Desde la llegada de Jesús Gil y Gil a la alcaldía, políticos y financieros han pasado por los juzgados marbellíes, que no siempre han contado con profesionales de la judicatura a la altura de las circunstancias.
Antes de llegar a Marbella, Torres Segura estuvo a cargo del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Santa Fe (Granada). El 31 de enero de 2003, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) lo ascendió a magistrado. Marbella es su primer destino en este cargo.
Estos días se señala en la ciudad que Torres Segura tiene un perfil parecido a otro magistrado con el mismo primer apellido, Santiago Torres Prieto, cuyo despacho ocupa ahora el joven juez. Torres Prieto intervino en numerosos casos que tenían a Jesús Gil y a sus colaboradores como protagonistas, en docenas de asuntos relacionados con el urbanismo. Hoy, el relevo en la maraña de corrupción que atenaza a Marbella le corresponde al juez granadino, del que se dice que es riguroso y amante de los largos interrogatorios.
