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Reportaje:

Los comercios chinos se abren paso

La apertura de establecimientos asiáticos se extiende en Alicante desde la estación de autobuses hasta el Mercado Central

Abren casi siempre y ofrecen de todo. Los establecimientos comerciales regentados por chinos se abren paso en Alicante y se van extendiendo y especializando. Las primeras tiendas abrieron en la zona próxima a la estación de autobuses, pero ahora también conviven con los magrebíes de la calle San Francisco, del centro de la ciudad, y con las tiendas regentadas por ecuatorianos y colombianos de las inmediaciones del Mercado Central.

La amalgama de productos que ofrecen es amplia y variada: comestibles, productos asiáticos de importación, prendas de vestir, telas y sobre todo pequeños aparatos electrónicos. Emilio Chacón, presidente de la Asociación de Vecinos del Ensanche de Alicante, calcula que hay más de 50 establecimientos comerciales en unas pocas calles próximas a la estación de autobuses. "Hace años que pedimos que se declarara zona comercial saturada y no lo conseguimos", recuerda el portavoz vecinal, que resume en dos los principales problemas que presentan estas tiendas: su peligrosidad ante el riesgo de incendio y las molestias que generan los camiones por la carga y descarga de la mercancía. "Van a la suya, no molestan ni se meten con nadie", reconoce Chacón.

Los vecinos se quejan de la peligrosidad en caso de incendio de estos almacenes
"El número es mayor y su visibilidad es nula" dice el sociólogo Carlos Gómez Gil

Sin embargo, los vecinos sufren las molestias que estos establecimientos generan debido al trasiego continuo de vehículos y furgonetas descargando en doble fila. "Hemos conseguido algunos pasos de peatones protegidos, pero faltan más", comentó el portavoz vecinal que observa con preocupación cómo los chinos utilizan estas tiendas como almacenes. "Acumulan gran cantidad de material inflamable, y lo más dolorosos es que desde mayo del año pasado no se haya hecho una inspección", asegura Chacón que pide al Ayuntamiento que apruebe una ordenanza municipal en la que los gerentes de estos establecimientos se responsabilicen de posibles daños en caso de incendio. Los alicantinos que viven en estas calles se preguntan cómo los chinos pueden hacer frente a pagar los elevados gastos de alquiler de los locales comerciales, que en la mayoría de los casos supera los 1.800 euros mensuales. Algunos vaticinan que con la masiva apertura de establecimientos regentados por inmigrantes en un periodo corto de tiempo el precio de los alquileres bajará al caer la demanda. "Una cosa si que han conseguido", explica Chacón, "destruir el comercio tradicional". La edil socialista en el Ayuntamiento de Alicante, Pilar Pérez Cuenca, reconoce la "elevada peligrosidad" de estos establecimientos en caso de incendio y recuerda cómo se consiguió durante algunas temporadas que el Ayuntamiento suspendiera temporalmente la concesión de licencias.

El crecimiento de la población china residente en Alicante ha sido espectacular durante los últimos tres años, según datos del padrón municipal. En 2002 había censados 399 ciudadanos chinos, en 2003 la cifra pasó a 496 y el año pasado eran 546. "El número cada vez es mayor pero su visibilidad es nula", comenta Carlos Gómez Gil, director del Seminario Permanente de la Inmigración en la Universidad de Alicante, que advierte de una circunstancia curiosa entre este colectivo inmigrante " no acuden a los servicios públicos, como los sanitarios, y la presencia en las ONG es nula".

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El sociólogo sostiene que están "infrarepresentados" y en términos de "marginación y segregación" la comunidad china supera a cualquier otra. Algunos de ellos basan su modelo de vida en "redes cerradas y mafiosas". En Elche, donde en el polígono del Carrús también hay una importante colonia de empresas de calzado asiáticas, el año pasado había censados 479 chinos, y tras los incidentes ocurridos hace unos meses con el incendio de naves industriales chinas, Gómez Gil echa en falta que la Administración no esté trabajando en el diseño de unos programas de convivencia y de integración. "Sin duda creo uno de los grandes desafíos que plantea la inmigración es la integración de los chinos", explica Carlos Gómez Gil.

Mientras llega ese momento, la comunidad china busca abrirse paso en la urbe done van proliferando el número de establecimientos con productos Made in China.

Un polígono 'amarillo'

El crecimiento de los almacenes de venta al por mayor de propiedad china crece acompañado, entre otros factores, de la proliferación de tiendas en los núcleos urbanos. La clientela, en cualquier caso, no es ni mucho menos exclusiva. Una mirada rápida el pasado viernes en el Polígono Masia de la Cova en Manises dejaba claro que los negocios de importación y suministro de todo tipo de productos (desde juguetes a bolsos, perfumería o artículos de papelería, por citar algunos) tienen una clientela muy diversa.

El Ayuntamiento de Manises dice tener localizadas 20 empresas chinas en este polígono industrial de algo más de 300 negocios. Preguntados por la razón de esta concentración que desde hace un par de años se está produciendo en el citado polígono, en el consistorio de Manises mencionan la buena conexión que tiene esta zona industrial con el puerto de Valencia y también explican que mucho material se descarga en el aeropuerto, en la misma localidad de L'Horta Sud.

La responsable de una de las naves chinas del citado polígono habla de motivos prácticos para explicar la concentración de almacenes asiáticos en el Polígono de Manises. La joven dice que esta concentración favorece el trabajo de los compradores, que de esta forma no han de desplazarse de una zona a otra para comprar diversos productos. La joven explica también que cuando empezaron a implantarse en la zona, hace unos años, muchas de las naves estaban vacías.

La convivencia entre comerciantes en esta zona industrial es pacífica. Una aparente normalidad, en cualquier caso, que no evita la existencia de malestar entre comerciantes autóctonos, que en algún caso critican la voracidad de las prácticas empresariales chinas e incluso hablan de reglas de juego diferentes para unos y otros.

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