Pimec impulsa un polígono industrial para 230 empresas en Rumania
Hasta 230 empresas catalanas tendrán cabida en el parque industrial que esta primavera empezará a construirse en Brasov (Rumania) con la idea de que las compañías que deseen trasladar su actividad a un país con costes salariales hasta nueve veces inferiores a los de aquí tengan dónde aterrizar. La creación de este polígono la impulsa la patronal de las pequeñas y medianas empresas (pymes), Pimec, que ha contado con el respaldo del Departamento de Comercio, Turismo y Consumo, a través del COPCA, según explicó ayer el presidente de Pimec, Josep González.
Los terrenos donde se ubicará este parque, con una superficie de 80 hectáreas, ya han sido adquiridos por la empresa Graells i Lloch, por un coste que ronda los 20 millones de euros (el metro cuadrado está a 25 euros en la zona), o "veinte veces más barato", grosso modo, que aquí, según Bonaventura Batlle, secretario general de Pimec, organización que se quedará con 10.000 metros cuadrados en los que podría levantar naves que posteriormente alquilaría. Las obras de urbanización del polígono serán una realidad esta próxima primavera.
Una treintena de empresas catalanas han mostrado interés sobre la conveniencia de deslocalizar parte de su actividad, o simplemente instalarse, en Brasov, una zona que Pimec ha elegido por su abundancia de mano de obra. "Determinar dónde ubicarse es crucial", enfatizó González. El consejero Josep Huguet se mostró partidario el pasado mes de noviembre de seleccionar áreas donde levantar polígonos industriales en zonas emergentes como Europa del Este, Asia y el Magreb, con el fin de que la empresa catalana tenga mayor presencia internacional.
La perspectiva de un ingreso en la Unión Europea, pero sólo a medio plazo, los proyectos de desarrollo de infraestructuras en curso y el recorrido de los costes laborales han convencido a la patronal de las pymes sobre la idoneidad de Rumanía como primer país en el que lanzar esta iniciativa. "La idea es competir por costes, es evidente que no se trata de desarrollar allí actividades de alto valor añadido", comentó Josep González. Un trabajador cualificado cobra en la industria cerca de 200 euros, frente a los cerca de 1.800 euros que, según los datos de Pimec, percibe aquí.
Todavía no está decidido qué especialización tendrá el parque industrial -la idea de estos polígonos en el exterior pasa por agrupar empresas de una actividad similar para crear sinergias e incluso recortar costes-, aunque una de las empresas que han mostrado mayor interés pertenece al sector de componentes del automóvil. No se descarta tampoco que este desembarco empresarial vaya acompañado de la apertura de un grupo financiero catalán.
Cuando las obras se terminen y la zona pueda declararse parque industrial, las empresas contarán con una desgravación fiscal del 10% más algunas ayudas para afrontar el despliegue de infraestructuras de gas y electricidad.
La deslocalización a países con menores costes estuvo ayer presente en la firma de un convenio entre Pimec y la Empresa Nacional de Innovación (ENISA), adscrita al Ministerio de Industria. La directora general de Política de la Pyme, María Callejón, defendió que se deslocalicen determinadas fases de la producción de bajo valor añadido, aunque el Gobierno, señaló posteriormente el secretario general de Industria Joan Trullén, no está a favor de apoyar económicamente los traslados de producción. Su apuesta, subrayó Callejón, es la innovación.
Precisamente el acuerdo firmado ayer entre ENISA, cuyas riendas lleva Antonio Cano, y Pimec persigue ayudar a innovar a las pymes catalanas, sobre todo facilitándoles instrumentos de financiación, y, en particular, préstamos participativos. Cano explicó que el 30% de los créditos participativos que otorga ENISA van a parar a empresas catalanas, porcentaje que quiere aumentar.
