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La Europa mediterránea pide a Barroso deducciones fiscales por inversión en I+D

Convertir la Unión Europea en la zona más productiva y competitiva del mundo en 2010, como pretende la Agenda de Lisboa, requiere fijar incentivos fiscales para que las empresas inviertan en investigación. Es una de las principales ideas que escuchó anoche el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, del Consejo de Cooperación Económica. Este organismo, que representa a las grandes empresas de Francia, Italia, España y Portugal, con el apoyo de los Gobiernos de los cuatro países, trasladó a Durão Barroso sus propuestas para mejorar la competitividad europea. Con estas y otras sugerencias, Barroso presentará en tres días un plan de competitividad para la UE.

Las sugerencias de este organismo, solicitadas por el propio presidente de la Comisión, incluyen una deducción fiscal para las empresas equivalente a entre el 10% y el 15% de su inversión en investigación y desarrollo (I+D). "Sabemos que es un asunto complejo, porque no existe armonización fiscal, pero es importante para impulsar proyectos de I+D", afirma Andrea Canino, presidente de ese Consejo de Cooperación Económica.

Sin medidas de ese tipo, según Canino, no es posible alcanzar el objetivo de elevar la inversión en I+D al 3% del producto interior bruto (PIB). Europa debe aunar esfuerzos y volcar su capacidad tecnológica en proyectos de éxito, como el gigante aeronáutico Airbus, que ya ha ganado terreno a su rival estadounidense Boeing. "Europa es capaz de hacer 10 nuevos proyectos como el de Airbus", enfatiza Canino.

Para este organismo, los trabajadores constituyen "el capital más preciado de la UE", por lo que es necesario invertir más en su formación. El único factor que distancia la productividad europea de la estadounidense es el número de horas de trabajo invertidas. "Si los europeos trabajaran más horas con la misma productividad, la brecha con Estados Unidos se reduciría", asegura el presidente del Consejo.

El documento, que incluye 18 medidas, aboga por una mayor movilidad de los trabajadores europeos entre los diferentes países, así como por una integración del mercado de servicios. El Consejo de Cooperación Económica recomienda no retrasar más allá de 2010 los objetivos de la Agenda de Lisboa, que ahora están en revisión tras la falta de avances registrados desde el año 2000.

El comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, explicó ayer en Barcelona que, ante la falta de avances de la Agenda de Lisboa, Bruselas aprobará "un decálogo de medidas dirigidas específicamente a cada país para señalar las reformas más necesarias en cada caso", informa Claudi Pérez. En el caso de España, Almunia adelantó que los objetivos fundamentales pasan por "una reforma laboral pactada con los sindicatos para solucionar la precariedad y los problemas del empleo femenino". Destacó, además, que los responsables económicos de la UE mantienen un "debate intenso" sobre la posibilidad de reformar el Pacto de Estabilidad", y se mostró "optimista" respecto a un acuerdo de cara al próximo Consejo Europeo.

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