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El Congreso recuerda por primera vez el Holocausto judío y a sus víctimas españolas

El presidente de la Cámara pide reconciliación y advierte contra el racismo y la xenofobia

Carlos E. Cué

Por primera vez, 60 años después de la liberación de Auschwitz, el Congreso español se unió ayer a las ceremonias de desagravio que se celebran en toda Europa por el Holocausto judío. El acto, cargado de emoción, concluyó con muchos de los asistentes con los ojos enrojecidos por el llanto. "Hemos tardado demasiado tiempo en honrarles en las Cortes Generales; lo lamento", dijo el presidente de la Cámara, el socialista Manuel Marín, quien llamó a la "reconciliación" y advirtió de que "los riesgos del racismo, la xenofobia y el antisemitismo no han desaparecido".

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El acto, de forma completamente inédita en el Congreso de los Diputados, incluyó una ceremonia religiosa judía, en la que el rabino principal de Madrid rezó ante todos los presentes puestos en pie el kaddish, la oración funeraria judía. También se encendieron seis velas en honor de los seis millones de muertos judíos; del millón y medio de niños que había entre ellos; de los 6.000 españoles que fallecieron en los campos nazis; del pueblo gitano que también sufrió la persecución; de los "hombres justos" que arriesgaron sus vidas para salvar a las víctimas del Holocausto, y de los supervivientes que aún lo pueden recordar.

Un acto similar sólo se había organizado el año pasado, en la misma fecha, en la Asamblea de Madrid, por iniciativa de Esperanza Aguirre. Pero el Gobierno central jamás había propuesto algo así. Fue el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, según reconocieron tanto el embajador de Israel, Víctor Harel, como el presidente de la Federación de Comunidades Israelitas de España, Jacobo Israel, quien se empeñó en lograr que el Ejecutivo impulsara la declaración oficial, en el Consejo de Ministros, del 27 de enero como fecha para conmemorar, también en España, el Holocausto.

Marín pidió perdón por que la democracia española haya tardado 60 años en rememorar de forma oficial el Holocausto, algo que los demás países europeos, con regímenes surgidos de la victoria contra el fascismo y el nazismo en 1945, realizan habitualmente desde ese año. "A partir de ahora este acto se realizará todos los años", explicó el presidente de la Cámara. "Porque los riesgos del racismo, de la xenofobia y del antisemitismo no han desaparecido. Hemos tardado demasiado tiempo en honrarles en las Cortes Generales; lo lamento".

En medio de un pesimismo generalizado entre los intervinientes, porque sigue habiendo matanzas indiscriminadas en todo el mundo -se habló de Bosnia, de Ruanda, de Darfur (Sudán)-, Marín habló de "reconciliación para mirar al futuro". "No vamos a olvidar, vamos a estar vigilantes. Pero si el nazismo fue execrable, hay que poner de manifiesto el enorme esfuerzo del pueblo alemán por reconstruirse a sí mismo. Hay que recordar que el canciller Willy Brandt se arrodilló ante el monumento al Holocausto, las lágrimas de Helmut Kohl y el discurso del actual canciller, Gerhard Schröder". Marín también tuvo un recuerdo emocionado para los 10.000 republicanos españoles deportados, de los cuales se calcula que murieron unos 6.000 en los campos. Y reconoció "el esfuerzo del pueblo alemán por reconstruirse".

Juan Fernando López Aguilar, ministro de Justicia, dijo que el homenaje se hacía "en cumplimiento de un deber del Gobierno". "En Auschwitz murió una cierta idea del ser humano. Ahora sabemos que siempre está al alcance de la barbarie. Tenemos que estar alerta", insistió. También repitió en alto la pregunta que lanzó George Steiner: "¿Dónde estaba Dios en Auschwitz?". Entre los presentes, aunque no habló, estaba el portavoz de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Martínez Camino. López Aguilar llamó a todos los españoles a luchar "para desmentir a aquellos que creen que la historia de la humanidad es una sucesión de barbaries".

Esperanza Aguirre, que el lunes comparó las actuaciones policiales de Madrid contra militantes del PP con los métodos de la Gestapo, también pidió "no banalizar el mal". "El Holocausto es la negación absoluta del otro. Lo fueron los judíos, y en alguna parte lo siguen siendo. El antisemitismo está mucho más presente en nuestra sociedad de lo que quisiéramos los amantes de la libertad", señaló. "Hay un antisemitismo de nuevo cuño que surge precisamente de los defensores de la pluralidad, de la diferencia y de los pacifistas a ultranza".

Estas palabras, que provocaron numerosos asentimientos entre los miembros de la comunidad judía presentes en el acto, indignaron a Izquierda Verde por las posibles referencias directas a los movimientos que defienden los derechos del pueblo palestino. Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia, se quejaba a la salida. "He sentido como si me llamaran antisemita, porque yo soy pacifista. Es intolerable. No estar de acuerdo con la política del Gobierno de Israel no implica ser antisemita".

El embajador de Israel, quien perdió a su abuela materna en los campos de concentración de Auschwitz, también criticó la "banalización del Holocausto" en los medios de comunicación españoles y pidió que se enseñe en las escuelas esa parte de la historia.

Jacobo Israel y Enrique Múgica, defensor del Pueblo, también judío, agradecieron que al fin el Congreso recuerde "esa operación industrial y metódica de asesinato de pacíficos ciudadanos europeos".

Un momento de la ceremonia religiosa judía oficiada ayer en el Congreso, durante el acto de desagravio por el Holocausto.
Un momento de la ceremonia religiosa judía oficiada ayer en el Congreso, durante el acto de desagravio por el Holocausto.CRISTÓBAL MANUEL

"Campos en Palestina"

Enric Marco, superviviente republicano del campo de Flossenbürg, ya anunció que no iba a hacer un discurso "protocolario". Pero algunos de los judíos presentes en el acto, y especialmente el embajador de Israel, Víctor Harel, cambiaron su rostro sobrecogido por el testimonio de Marco cuando habló de los nuevos campos de concentración y citó entre ellos a "los de Palestina". Éstas fueron las palabras del superviviente:

"Hay que proceder a una educación para enseñar la historia. Hay nuevos campos de concentración, en Ruanda, Sierra Leona, Etiopía, donde los chiquillos se mueren por millones".

"Los hubo en Kosovo. Hay que decirlo con la voz muy alta; desgraciadamente, por una serie de razones, los hay en Guantánamo, y en Palestina, qué duda cabe, y en el Irak, y en todas partes. ¿Cuántas veces tendremos que seguir recordando? Al final tendremos campos de concentración aquí cerca, porque alguien se inventará una guerra preventiva".

El embajador y algunos de los judíos presentes, visiblemente molestos, no aplaudieron a Marco y luego le pidieron explicaciones.

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