"La UE no puede reconocer intentos independentistas o secesionistas"

Abogado, profesor y políglota, Íñigo Méndez de Vigo(Tetuán, 1956) es el político español que más ha participado e influido en la elaboración de la Constitución europea. Eurodiputado del PP desde 1992, fue miembro del Presídium u órgano de dirección de la Convención que redactó el proyecto bajo la presidencia del francés Valéry Giscard D'Estaing. Ayer, la Eurocámara respaldó ampliamente el informe sobre el nuevo Tratado constitucional que Méndez de Vigo redactó junto con el socialista británico Richard Corbett.

Pregunta. ¿Por qué necesitaba Europa una Constitución?

Respuesta. Porque se había quedado pequeño el minibús construido hace 50 años para transportar a seis Estados. Ahora necesitamos un autobús, con avances tecnológicos y comodidades actuales, para trasladar al menos a 25 Estados muy diversos.

El nuevo Tratado constitucional marca el fin de la división en el continente

P. ¿Y por qué se le llama Constitución?

R. Su título es muy correcto: Tratado que establece una Constitución. Es un Tratado, pero lo que establece es una verdadera Constitución. Esto no es un Tratado como el de Niza, que reforma los Tratados actuales. Esta Constitución deroga todos los anteriores.

P. ¿Qué beneficios aporta al ciudadano?

R. Muchos. De entrada, le aporta la seguridad de estar perteneciendo a un proyecto común. Establece con toda claridad que Europa es un proyecto político en el que habrá más democracia, más eficacia y más claridad, por lo que el ciudadano encontrará mejores posibilidades para resolver sus problemas.

P. La Constitución define a la UE como una unión de ciudadanos y de Estados, no de ciudadanos y de pueblos. ¿Por qué?

R. Porque en esta Unión son muy necesarios los Estados. La Unión sólo tiene aquellas competencias que le han transferido los Estados, y son los Estados con los ciudadanos y sus representantes los que toman las decisiones a nivel europeo. Concibe a las regiones como partes de esos Estados, y no entiende como sujetos de soberanía de ningún tipo a pueblos o naciones sin Estado.

P. El artículo 5 re refiere a la integridad territorial de los Estados. ¿Es aplicable en este caso o no?

R. La Constitución sigue una coherencia: la Unión como unión de Estados y ciudadanos. Y dice que los Estados tienen determinadas competencias exclusivas suyas, en las que Europa no entra a regular en ningún caso. Una de ellas es su organización territorial. Ésta es una cuestión de los Estados. Es una garantía de que fuera del orden constitucional de cada Estado la UE no puede reconocer intentos independentistas o secesionistas.

P. Sostiene usted que la vida en la Unión será más democrática con esta Constitución. ¿En qué terrenos?

R. Refuerza el papel del Parlamento Europeo, que colegislará con el Consejo en casi todos los sectores; los Parlamentos nacionales podrán ejercer un control sobre las iniciativas legislativas europeas; existirá la llamada iniciativa popular, y se reconoce el papel de los interlocutores sociales, de las Iglesias, de la sociedad civil... La acusación del déficit democrático queda enterrada.

P. ¿Qué pasará si no ratifican la Constitución todos los Estados?

R. Hay una declaración adjunta a la Constitución en la que se dice que si cuatro quintos de los países la han ratificado, el Consejo decidirá qué hacer si hay problemas en algún otro país.

P. ¿Que ocurrirá con los que digan no?

R. La Constitución prevé la retirada voluntaria de la Unión. Será muy difícil que en una Europa con 25 países el barco más lento pueda modificar la velocidad del convoy.

P. ¿Hay alguna ventaja específica para el ciudadano español?

R. Es muy protagonista de esta Constitución. Cuando se da más importancia que ahora a la educación, por ejemplo, hay que recordar que son muchísimos los estudiantes españoles que se han beneficiado y quieren beneficiarse del Programa Erasmus. O cuando se incluye la creación del cuerpo de voluntarios, un área muy sensible para los jóvenes españoles. Y la impronta española está en las referencias a la lucha contra el terrorismo.