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Hallados muertos en su casa una inmigrante y su hijo recién nacido

Los fallecimientos se produjeron tras un parto sin ninguna ayuda

Una mujer de 35 años, inmigrante marroquí, y su bebé recién nacido fueron hallados muertos, el pasado miércoles, en su domicilio en Plasencia (Cáceres). Tanto la muerte de la mujer como la del bebé se produjeron tras un parto natural en la casa, sin ningún tipo de atención médica ni ayuda, según indicaron algunas fuentes. Las muertes se produjeron, al parecer, entre el 17 y el 20 de diciembre pasado.

Los cadáveres de la mujer, cuya identidad no fue difundida, y del recién nacido fueron localizados por los bomberos el pasado miércoles por la tarde en el número 92 de la calle Ancha, en la zona intramuros de Plasencia.

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La fallecida vivía sola, era madre de otros dos hijos, y podría haber muerto entre el 17 y el 20 de diciembre de 2004.

La hermana de la víctima, que desconocía que ésta estuviera embarazada, fue quien dio la voz de alarma. Se personó en el domicilio y a pesar de tener llave no pudo acceder a la casa porque la puerta de entrada estaba cerrada por dentro. Llamó al timbre y, extrañada al no obtener respuesta, avisó al Cuerpo Nacional de Policía (CNP). Los agentes llamaron a los bomberos, que penetraron en la vivienda y se encontraron la dramática escena de la mujer y el bebé muertos. Los cadáveres no presentaban signos de violencia.

Fuentes de la policía confirmaron que el recién nacido, con el cordón umbilical cortado y el cuerpo lavado, había sido depositado en una toalla sobre una cama. Mientras, la madre yacía a pocos metros, en el pasillo.

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Fuentes policiales señalaron que, según los primeros indicios, la mujer pereció desangrada como consecuencia de haber dado a luz sin asistencia médica, pero se desconoce si el bebé nació con o sin vida y si fue un parto prematuro.

Autopsias

Los investigadores no descartan que la madre tuviera tiempo para cortar el cordón umbilical, lavar al niño y envolverlo en la toalla pero no para evitar su propio desangramiento, lo que supuestamente causó su muerte.

Si el bebé nació vivo, pudo haber fallecido por falta de alimentos y atención. Ayer estaba previsto que se les practicara la autopsia a ambos para determinar tanto las causas como el día de los fallecimientos.

Según informaba ayer El Periódico Extremadura, la mujer no llegó a expulsar la placenta y en el interior de la vivienda no había cuna ni ropa de bebé.

La noticia provocó gran sorpresa entre los vecinos de la calle Ancha, que aseguraron no haber oído gritos e, incluso, desconocer que la mujer estaba embarazada. Los vecinos definieron a la víctima como una persona callada y señalaron que alguna vez la vieron acudir a un comercio cercano para comprar ropa. "Pasaba desapercibida", señalaron algunos vecinos, que se preguntaban por qué la mujer no acudió a un centro sanitario si tenía la documentación en regla. No obstante, cualquier inmigrante, regularizado o no, tiene derecho a asistencia sanitaria pública.

La policía intenta localizar al padre del bebé y determinar por qué la mujer no avisó a algún vecino.

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