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Las adopciones en el extranjero suben un 35% y superan las 5.000 en un año

El 44% de los niños prohijados en 2004 fuera de España procede de China y un 29% de Rusia

España batió en 2004 su récord de adopciones internacionales. Tan sólo en los nueve primeros meses se adoptaron unos 4.000 menores en el extranjero, más que en cualquier otro año. Se estima que, al cerrarse 2004, el número de adopciones superó los 5.000 (un 35% más del 2003). A la cabeza de los países a los que acuden los padres españoles se sitúa China (44% de las adopciones), seguida de Rusia (29%) y, a distancia, por Ucrania y Colombia. España es el segundo país en adopciones internacionales en términos absolutos, después de EE UU, y el primero en términos relativos.

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En los tres primeros trimestres de 2004 los españoles adoptaron un número igual de niños que en todo 2003. Es sólo uno de los datos que avalan que la adopción internacional es un fenómeno multiplicador. A la vez que una fórmula asumida de acceder a la paternidad. Aunque Asuntos Sociales suele dar a conocer las cifras anuales con un año completo de diferencia (el dato de que en 2003 se prohijaron 3.951 niños extranjeros se difundió en septiembre del año pasado), un avance de las adopciones registradas hasta septiembre de 2004 indica que ya en estas fechas habían sido adoptados unos 4.000 niños. El recuento no es del todo completo, ya que algunos consulados no han enviado aún los datos del tercer trimestre, como Guatemala, Costa Rica, Ecuador, Chile, Haití, Nicaragua y Panamá, en América Latina; Letonia en Europa, y Jerusalén en Asia. También faltas datos de algunos países africanos donde los españoles han emprendido en los últimos años la aventura de la paternidad. Pero sí están completas las cifras de los países donde la adopción española arraiga con más fuerza: China, Rusia, Ucrania y Colombia.

China vuelve a estar en cabeza, con 1.782 adopciones en 2004 (sólo hasta septiembre). Todo parece indicar que 2004 duplicará las cifras de 2003 (1.043) y sobrepasará con creces las de 2002 (1.427). La pequeña bajada de 2003 hay que achacarla a la suspensión temporal en la entrega de niños por la epidemia de neumonía atípica, y por las secuelas de las limitaciones impuestas en 2002. China impuso a España un cupo en 2002 por haberse retrasado el año anterior en la entrega de los informes de seguimiento. Hace dos años China levantó el cupo a condición de que los españoles envíen los informes de seguimiento en el plazo convenido.

En los últimos dos años, Rusia y los países del Este se están consolidando con la misma fuerza que China, aunque en 2004 previsiblemente quedarán en segundo plano. Hasta septiembre de 2004 se produjeron 1.196 adopciones, más que en todo 2003. Ucrania, el tercer país en cifras absolutas, y el segundo del Este, mantiene niveles similares al año anterior, pero no se aprecia crecimiento. Hasta septiembre de 2004 se adoptaron 251 niños, mientras que en 2003 se alcanzó el número de 462. El cuarto país en número de adopciones sigue siendo Colombia, con 190 adopciones hasta septiembre de 2004.

Aunque Rumania mantiene las puertas cerradas a la adopción internacional desde 2001 debido a que está modificando su legislación en la materia, continúa registrándose una paulatina salida de niños a España. Su adopción se encontraba en una fase avanzada y las autoridades han permitido finalizarlas por motivos humanitarios. Asuntos Sociales no ha dejado de interesarse por la evolución de estos casos. Todavía queda un remanente de familias españolas en distintas fases de tramitación y que sigue a la espera de una mayor apertura de Rumania. En estos momentos, el nuevo Gobierno salido de las elecciones ha establecido que una Comisión estudie los casos "realmente excepcionales". Pocos son los que entrarían en este supuesto. Uno de ellos es el de un niño que ya tiene un hermano adoptado en España y cuya tramitación está pendiente. Los padres y las autoridades españoles confían en que puedan reunirse pronto.

Aunque la motivación de la adopción sea la de ser padres y madres, no se puede obviar la situación del país del menor. Cualquier parón o decisión administrativa tiene consecuencias: pasado un tiempo, los candidatos tienen que solicitar un nuevo certificado de idoneidad y si cambian de país, pierden el dinero abonado a la ECAI (entidad colaboradora para la adopción internacional) primitiva. El paso del tiempo afecta a los solicitantes en un doble sentido: cumplidos los 40, las administraciones tienden a elevar la edad de los niños de forma más restrictiva de lo que hoy día impone la biología (43, 3; 44, 4). Todo ello provoca ansiedad, en especial en los solteros, que, a pesar de contar con menos ayuda, son a menudo invitados por las ECAIS a acoger a menores con alguna discapacidad o a niños algo mayores.

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