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Reportaje:

Las colas resisten la subida del Prado

Cientos de visitantes aguardaban ayer a las puertas de la pinacoteca a pesar de que el precio de entrada se ha duplicado

Andrea Aguilar

Escucharon por la radio la noticia de que la entrada al Museo del Prado les costaría el doble que hace cuatro días -de tres a seis euros-. Marisa y Federico se indignaron, pero el nuevo precio no fue suficiente para frenar su planeada visita a la pinacoteca madrileña. "Venimos desde Granada. Todavía recuerdo cuando se podía acceder al museo sólo con presentar el DNI, y a la Alhambra también podías entrar gratis si eras de la ciudad. Esta subida es muy fuerte, entendemos que hay que colaborar y pagar un poco, pero esto es excesivo. El museo lo pagamos todos", dijeron.

A juzgar por la larga cola que les precedía, a pocos detuvo ayer el nuevo precio. En las taquillas aseguraban que la mañana transcurrió con normalidad: "Casi todo el mundo había visto anunciada la subida y no ha habido muchos comentarios al respecto entre los visitantes". El acceso al Prado dejó de ser gratuito en julio de 1994. El precio normal de entrada se fijó en 400 pesetas (2,40 euros) y no fue alterado hasta 1996. Desde entonces no ha habido subidas. "A los extranjeros siempre les ha parecido barato", explican los encargados de taquilla.

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La subida que se hizo efectiva ayer fue aprobada por el patronato el pasado noviembre y desde la oficina de prensa del museo afirman que se trata de "asegurar la sostenibilidad financiera de la institución". Niegan que el nuevo precio esté relacionado con las obras de ampliación de la pinacoteca: "Al margen de la subida, la ampliación generará más espacio y más gasto, pero el nuevo precio no tiene que ver. Este año recibiremos la asignación del Estado más cuantiosa, pero un museo no debe depender siempre de los presupuestos públicos. Se trata también de ajustar el precio a la media de las tarifas europeas", argumentan.

Antonio y Beatricce, una pareja de italianos, y el danés Johan se cuentan entre los visitantes de la UE que consideran que el precio es "apropiado". Santiago, venido desde Argentina, tiene una perspectiva distinta tras aguardar cerca de una hora y media de cola en su primera visita al Prado: "Acá todo es caro, pero merece la pena pagar para ver lo que hay en el museo".

Miguel, Marino y Nuria, de Barcelona, se muestran indignados con "las subidas en general". "Es una barbaridad, subir un 100% la entrada es bastante punkie. Si costase más de 10 euros no entraríamos", aclaran. En la oficina de prensa del museo cuantifican en 18 euros el precio que los dos millones de visitantes del Prado deberían abonar si el Estado no aportase dinero.

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El matrimonio Shian procedente de Washington elabora una improvisada comparativa: "Es más caro que en Washington, pero más barato que París". Karin, una estadounidense que visita por primera vez Madrid, fija en 20 euros el precio límite que pagaría por la visita. Menciona Londres, donde la entrada a la colección permanente de la National Gallery es gratuita, pero no a las exposiciones temporales: "La última muestra que vi en Londres me costó 10 libras".

A pesar de la subida, el Prado sigue siendo más barato". Y entre los madrileños, María se muestra indiferente porque se beneficia del descuento para mayores de 65 años y Manolo se arrepiente de no haber comprado por adelantado. "Lo que echa para atrás no es el precio, sino las colas. El cine cuesta casi seis euros y mientras el museo esté cuidado y mantenido no me parece mal", dice.

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Sobre la firma

Andrea Aguilar
Es periodista cultural. Licenciada en Historia y Políticas por la Universidad de Kent, fue becada por el Graduate School of Journalism de la Universidad de Columbia en Nueva York. Su trabajo, con un foco especial en el mundo literario, también ha aparecido en revistas como The Paris Review o The Reading Room Journal.

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