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Reportaje:ESCAPADAS

Atmósfera medieval de frontera

Visita al castillo de Loarre, elegido por Ridley Scott como escenario

Reconozcámoslo. El primer impulso de la mayoría de visitantes que llega al castillo de Loarre es dar unos golpecitos con los nudillos en la fachada para comprobar que es de ve

rdad y no un decorado de cartón-piedra. Pero en efecto: es real. Y los nudillos se resienten al chocar contra la dura sillería de roca caliza levantada en el siglo XI por el rey navarro Sancho el Mayor para fortificar la inestable frontera pirenaica frente al enemigo musulmán de la llanura oscense. Cómo ese castillo altivo y solitario sobre un espolón de roca ha llegado a nuestros días convertido en el mejor ejemplo de arquitectura civil y militar románica, con un grado de conservación que levanta envidias en medio mundo, es una de las más apasionantes historias de nuestras fortalezas medievales.

En realidad, el castillo de Loarre, a cuatro kilómetros de la localidad oscense del mismo nombre, en la comarca de La Hoya de Huesca, tiene unos orígenes vulgares, como tantos otros torreones peninsulares. Aprovechando un lugar privilegiado, los romanos levantaron un primer fortín, que luego se reconvertiría en atalaya árabe y, más tarde, en los primeros año del siglo XI, pasaría a manos cristianas conforme la frontera del reino de Aragón abandonaba los pliegues ultramontanos del Pirineo para ir ganado terreno en la llanura.

Es entonces, hacia 1033, cuando el rey Sancho III el Mayor de Navarra, que había unido a su cetro la corona de Aragón, ordena levantar sobre el viejo recinto un castillo adelantado de sus posesiones, con capacidad para unos 40 soldados y la misión de vigilar a los sarracenos, que en aquella época habían situado en Bolea el extremo norte de sus territorios. Medio siglo después, su nieto Sancho Ramírez lo manda agrandar hasta el perímetro que hoy conocemos.

Avance hacia el sur

En su interior se establece una comunidad de monjes agustinos. Pero su presencia en Loarre no iba a ser muy larga. Apenas 25 años después, los avatares de la guerra dan un paso adelante y las tropas aragonesas conquistan Huesca, se adentran en la llanura y la frontera entre cristianos y musulmanes vuelve a desplazarse otro buen montón de kilómetros hacia el sur. Monjes y soldados se mueven entonces al castillo de Montearagón, que cobra mayor valor estratégico, y Loarre, altivo sobre el último promontorio pirenaico, queda relegado a un papel segundón de residencia feudal en un territorio de retaguardia.

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Gracias a esta corta historia como punta de lanza del reino aragonés, el baluarte quedó al margen de grandes refriegas y asedios, por lo que sus recios muros, sus dos torres almenadas, la del homenaje y la de la reina, el recinto conventual o la bellísima iglesia románica apenas sufrieron agresiones y han llegado hasta nuestros días como una joya de la arquitectura románica europea, en donde el director de cine Ridley Scott rodó parte de su película The kingdom of heaven (El reino del cielo). Para ello hubo que levantar un poblado medieval completo en la explanada extramuros, pero dicen quienes participaron de extras en el rodaje que del propio baluarte apenas fue necesario tocar nada para que reviviera sus mejores días de gloria medieval. Según los datos oficiales, sólo se ha restaurado un 4% de su fábrica; el resto es original de 1071.

La entrada a la fortaleza ya augura magnificencia. Una poderosa línea de murallas exteriores, levantada en 1287 para proteger al núcleo de población, el viejo Loarre, circunda el conjunto. De allí se pasa al portal de los reyes, que da acceso a una gran escalinata con peldaños tallados a dos alturas, cuya misión era desaguar el agua de lluvia por las zonas acanaladas porque el castillo se asienta sobre la roca madre y el patio principal vierte aguas por esta zona. A mitad de escalera, una pequeña puerta da acceso a la cripta del castillo primitivo, cuya sonoridad ya quisieran muchos recintos de conciertos.

Si seguimos las escaleras, o también si optamos por unas estrechas gateras que salen de la misma cripta, accederemos a la iglesia románica de Sancho Ramírez, compuesta por una única nave apoyada también en la roca madre y adaptada a la irregularidad del terreno. Es de decoración austera, pero muestra un ábside semicircular con doble arquería, cordón ajedrezado en el inicio de las bóvedas y ventanas aspilleras con cristal de alabastro.

La parte mejor conservada es la correspondiente al antiguo convento de agustinos, y la más deteriorada, la del viejo castillo original de Sancho III, que se articulaba en torno a un patio de armas y un aljibe.

Al final de todo, sobre el último promontorio de roca, despunta la poderosa torre del homenaje, con un puente levadizo que permitía a la guarnición encerrarse en ella y aguantar un largo asedio. Desde sus almenas, el visitante moderno puede ver aún la misma extensión de terreno que controlaban los vigías aragoneses del medievo: la Hoya de Huesca y sus vegas, la colegiata de Bolea, las estribaciones pirenaicas. Sólo que a lo lejos ya no se ven subir tropas con banderas de media luna, sino decenas de autocares y coches particulares de visitantes.

El castillo de Loarre, construido hacia 1033 y 1071, conserva prácticamente la totalidad de su fábrica original (sólo alrededor de un 4% ha sido restaurado).
El castillo de Loarre, construido hacia 1033 y 1071, conserva prácticamente la totalidad de su fábrica original (sólo alrededor de un 4% ha sido restaurado).AGE FOTOSTOCK

GUÍA PRÁCTICA

Datos básicosPoblación: Loarre tiene censados 400 habitantes.- Localización: el pueblo se encuentra a 33 kilómetros por carretera al noroeste de la ciudad de Huesca (tomar primero la A-132, y luego, la A-1206 hasta la carretera de acceso a Loarre).Visitas- Castillo de Loarre (974 38 26 74; www.castillodeloarre.org). Horarios: hasta mediados de marzo, excepto lunes, de 11.00 a 14.00 y de 16.00 a 17.30; entre abril y finales de octubre, lunes, cerrado, excepto en junio, julio y agosto; de 10.30 a 13.30 y de 16.00 a 19.00. Precio: la entrada al castillo sin visita guiada es gratuita; visita guiada, dos euros por persona.- www.castillodeloarre.com.Dormir- Hospedería de Loarre (974 38 27 06; www.hospederiadeloarre.com). Plaza de Miguel Moya, 7. Loarre. Construcción del siglo XVI. Habitación doble, entre 45 y 62 euros, según temporada. Incluye desayuno.- Hotel Pedro I de Aragón (974 22 03 00). Parque, 34.En Huesca (a 33 kilómetros de Loarre). Habitación doble, 79,85 euros.- Hostería de Guara (974 31 81 07). Oriente, 2. Bierge (a unos 70 kilómetros de Loarre). Hotel con encanto (Rusticae). La habitación doble, entre 63 y 69 euros.Comer- Asador Casa O'Caminero (974 38 26 96 y 974 38 27 21). Carretera, 8. Loarre. Menú, entre 10 euros y 12 euros.- Restaurante de la Hospedería de Loarre. Menú, 12,50 euros.- Restaurante Las Torres (974 22 82 13). María Auxiliadora. Huesca. De 20 a 30 euros. Menú degustación, 42.Información- Oficina de turismo de Huesca (974 29 21 70; www.huescaturismo.com).

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