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EL DEBATE POLÍTICO EN EL PAÍS VASCO

PP y PSE exigen que el 'plan Ibarretxe' no se vote con el sistema electrónico

Socialistas y populares reclamaron ayer, tras la polémica aprobación de los Presupuestos el martes en el Parlamento vasco, que la votación del plan Ibarretxe se produzca hoy por un sistema distinto del electrónico, del que desconfían tras lo sucedido el martes con el sufragio de una representante socialista que no se registró. Las votaciones en la Cámara de Vitoria se realizan normalmente por ese sistema, pero el Reglamento establece que la votación será nominal o secreta cuando lo pidan dos grupos o un tercio de los parlamentarios (25). Populares y socialistas suman 31 escaños.

El portavoz popular, Leopoldo Barreda, anunció que su grupo solicitará al inicio del debate que la votación se haga de forma nominal. "Hay que hacer todo lo posible para evitar que se vuelva a cometer una arbitrariedady una vulneración de los derechos de un parlamentario", señaló. Los socialistas se limitan a reclamar que se use cualquier sistema distinto del electrónico. "Queremos evitar que el presidente [de la Cámara, el peneuvista Juan María Atutxa] pueda arrogarse cualquier interpretación del reglamento y aprovechar cualquier descuido o error para favorecer al Gobierno vasco", dijo el socialista Rodolfo Ares.

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Independientemente de la decisión que adopte Atutxa, el lehendakari, quien ayer repetía que Euskadi no participará "nunca en el proyecto común del Estado español" si los vascos no lo deciden libremente, se enfrenta hoy a la votación crucial del buque insignia de su legislatura. Subirá a las 9.30 a la tribuna para defender un plan que pasará a la historia con su apellido, pero que, salvo sorpresas de última hora, no logrará la mayoría absoluta precisa (38 escaños) para seguir su tramitación en el Congreso de los Diputados.

En realidad, el PNV y EA no esperan un cambio de última hora en la postura contraria de Sozialista Abertzaleak (SA, grupo heredero de la ilegalizada Batasuna) al plan. La formación abertzale ha reiterado su oposición a apoyar un nuevo Estatuto para tres provincias que "no soluciona el conflicto político de fondo". Por ello, los nacionalistas se han embarcado ya, con la reedición de su acuerdo de coalición para las elecciones vascas de 2005, en un trabajo de "socialización" de la propuesta. PNV y EA dicen que ya tienen "fecha" para la consulta del plan en la próxima legislatura y parecen dispuestos a mantener el órdago con el Estado hasta el final, lo que supondría un enfrentamiento institucional sin precedentes. Antes tendrán que obtener en las urnas la mayoría absoluta de la que ahora carecen, aún con la incógnita de si la izquierda abertzale podrá presentarse a dichos comicios.

Coincidiendo con los tres últimos plenos de política general, Ibarretxe ha dicho de manera solemne en la tribuna de la Cámara vasca que "nada ni nadie va a impedir" la consulta a la sociedad, aunque el plan sea rechazado en el Congreso. También ha subrayado que si España cree en la democracia debe "incorporar la voluntad democrática de la sociedad vasca al ordenamiento jurídico".

El pleno de hoy es un trámite obligado, del que los nacionalistas no esperan sorpresas, la última estación de una legislatura que para los constitucionalistas se ha perdido, mientras que para los nacionalistas, SA y Ezker Batua-IU ha puesto la primera piedra para lograr un "nuevo marco político", tras la "muerte del Estatuto", como proclamó el portavoz del grupo heredero de Batasuna, Arnaldo Otegi.

El 12 de julio de 2002, la Cámara vasca aprobó el dictamen de su comisión de autogobierno en la que por primera vez PNV, EA y EB ponían un plazo al Gobierno central para transferir las competencias pendientes: dos meses. Además, se daba luz verde a la "reforma del marco jurídico" para superar el Estatuto. El informe salió adelante gracias a la abstención de Batasuna.

En el pleno de política general de ese año, celebrado el 27 de septiembre, Ibarretxe llenó de contenido esa reforma con su propuesta de "libre asociación" de Euskadi en un "Estado plurinacional". Había nacido el plan Ibarretxe. Y, atendiendo a la técnica del folletín que ya no abandonaría, el lehendakari anunciaba la presentación en un año de un texto articulado para lograr un nuevo "pacto político" con el Estado. Una de las principales reivindicaciones, además del derecho de autodeterminación y la capacidad plena para convocar referendos, era la reivindicación de la nacionalidad vasca a efectos jurídicos y políticos, algo que para socialistas y populares abría la puerta a la existencia de ciudadanos de primera y de segunda. Su sospecha que se vio confirmada cuando en el pleno de política general del 26 de septiembre de 2003 y en el articulado aprobado por el Gobierno vasco el 25 de octubre siguiente, el plan Ibarretxe recogía la diferenciación entre ciudadanía y nacionalidad.

Ese artículo es rechazado de plano por el tercer socio del tripartito vasco, Ezker Batua, junto a otros aspectos del texto, pero ello no le ha impedido votar a favor de la propuesta. De nuevo, el 20 de diciembre pasado, fue Batasuna la que con su abstención posibilitó al tripartito salvar la votación en comisión. Éste es el resumen de las posturas de cada portavoz en los debates del plan.

- JOSEBA EGIBAR (PNV). El portavoz peneuvista está persuadido de que "la ciudadanía vasca quiere avanzar" por el camino dibujado en el plan, aunque admite: "No sabemos con qué velocidad". A su juicio, el "pueblo vasco es un sujeto político que tiene derecho a decidir su futuro". "Al final", mantiene, "será la ciudadanía la que va a decidir", la clave de bóveda del proyecto.

- LEOPOLDO BARREDA (PP). "El plan es ilegal y antidemocrático obtenga la mayoría absoluta o no", ha asegurado. Barreda defenderá hoy en la tribuna que el plan ha sido el "parto de los montes para en realidad redactar el programa electoral de los nacionalistas". Cree que una victoria electoral en 2005 no lo legitimará. "Lo único que le importa al PNV es mantenerse en el poder".

- JESÚS EGIGUREN (PSE-EE). El presidente de los socialistas vascos cree firmemente que los nacionalistas "dicen lo que piensan" con el plan y que si alcanzan la mayoría absoluta se van a deslizar por la cuesta abajo del "conflicto con el Estado". El plan es "un proyecto claramente independentista" que lleva a los vascos al "conflicto, el empobrecimiento y a la ruptura" al hacer saltar todos los consensos.

- ARNALDO OTEGI (SA). Tras proclamar la muerte del Estatuto de Autonomía, el líder de la izquierda independentista avisó de que la clave no está en un nuevo estatuto para tres provincias, sino en el derecho de autodeterminación, la consulta y la territorialidad. "Hay que construir la paz sobre el derecho de autodeterminación".

- RAFAEL LARREINA (EA). "El nuevo marco jurídico es una necesidad para el país", asegura el dirigente de EA. Agrega que la coalición con el PNV "va en serio" y la próxima será "la legislatura de la consulta". En democracia sólo cabe "reconocer las mayorías democráticas" y "si logramos la mayoría absoluta, no hay nada malo en la "tensión democrática con el Estado".

- OSKAR MATUTE (EB). "No somos una fuerza de bloque y aunque hay aspectos troncales del plan que no compartimos, lo vamos a apoyar", dice. El dirigente de EB, con todo, afirma que su formación mantiene su propuesta federalista.

- ENRIQUETA BENITO (UA). La dirigente de la formación alavesista considera que hay un acuerdo entre el PNV, EA y Sozialista Abertzaleak. "No descarto nada hasta el último momento. Todos quieren lo mismo", dice. La consulta popular anunciada por el lehendakari supone un "intento de subversión del orden constitucional", afirma.

"No somos florero de nadie"

Los nacionalistas se aferran como a un clavo ardiendo a la palabra dada por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero de que va a respetar la decisión que adopte por mayoría el Parlamento catalán en el proceso que tiene abierto esa Cámara para reformar su actual Estatuto. "Queremos el mismo trato", han repetido al unísono el lehendakari y el presidente de su partido, Josu Jon Imaz, al igual que los dirigentes de EA. Pero ni Ibarretxe ni los dirigentes nacionalistas citan con igual fuerza la segunda parte del discurso de Zapatero cuando habla de las reformas estatutarias en el proyecto de la España plural: deberán hacerse respetando la Constitución y las reglas de juego y con consensos amplios entre los partidos que las impulsen.

Ayer mismo, en el pleno, Juan José Ibarretxe advirtió: "No participaremos nunca en el proyecto común del Estado español si no lo decidimos nosotros por nuestra cuenta, libremente". Y prosiguió: "¿Acaso no se han dado cuenta ya de que nosotros no somos florero de nadie, ni una parte subordinada de nadie, ni vamos a acudir nunca a una reunión como una parte subordinada de nadie?", espetó desde la tribuna el lehendakari, en respuesta a una interpelación del PP.

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