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El Gobierno de EE UU y Kofi Annan intentan superar sus diferencias

Powell se felicita del apoyo de la ONU a la celebración de elecciones en Irak

Tras la tormenta en las relaciones entre el Gobierno de EE UU y el secretario general de la ONU -estimulada por algunos congresistas y medios de comunicación, que pidieron hace tres semanas la dimisión de Kofi Annan-, las aguas vuelven relativamente a su cauce y Washington reitera su confianza en Kofi Annan, que estuvo ayer en la capital estadounidense de paso hacia la cumbre de la Unión Europea.

Annan no vio a Bush; se despidió del secretario de Estado, Colin Powell, y se reunió con la nueva responsable de la diplomacia estadounidense, Condoleezza Rice.

Las elecciones en Irak y el escándalo de corrupción en el programa Petróleo por Alimentos estuvieron en el centro de la visita. Bush, enfadado con Annan por haber dicho en tres ocasiones que la guerra era ilegal, necesita el respaldo de la ONU en Irak; y el secretario general sabe que necesita el apoyo de EE UU para superar la crisis y dedicarse a la reforma de la organización.

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Powell, que reiteró que EE UU "apoya a Naciones Unidas y apoya la labor que está haciendo su secretario general, en el que confía", celebró "los esfuerzos de la ONU para respaldar a los iraquíes" en la preparación de las elecciones previstas para el próximo 30 de enero y dijo que es muy importante la presencia de Naciones Unidas en Bagdad y otras ciudades.

Annan dijo que la ONU "echará de menos a Powell" y anunció que se aumentará el respaldo a la comisión electoral iraquí: "Tenemos un importante programa por delante y estamos decididos a ayudar a los iraquíes a que triunfen en su esfuerzo".

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El secretario general añadió que la ONU está lista para colaborar en las elecciones municipales y parlamentarias que se celebrarán en primavera en Afganistán, después del "gran éxito" de las presidenciales de octubre.

Annan, que vio a Rice por la tarde, no se entrevistó con Bush, pero trató de quitar importancia a la cuestión ante los periodistas: "El presidente y yo nos hemos reunido en muchas ocasiones y también hablamos por teléfono. No creo que por el hecho de venir a Washington y no tener la oportunidad de entrevistarme con él deba sentirme ofendido o ninguneado".

Hace dos semanas, Bush no se pronunció sobre las declaraciones de un pequeño grupo de congresistas que hacen responsable al secretario general del descontrol del programa Petróleo por Alimentos, la fórmula que durante siete años permitió las ventas de crudo iraquí para aliviar los sufrimientos de la población con los ingresos obtenidos, ingresos que, en parte, fueron a parar directamente a Sadam Husein y sirvieron para sobornar a empresas e individuos de docenas de países.

La ONU y el Congreso de EE UU investigan lo ocurrido. "El secretario general y yo estamos profundamente preocupados por este asunto y queremos conocer la verdad. Queremos que las investigaciones lleguen a conclusiones, de forma que se puedan establecer las responsabilidades. El mundo quiere conocer cuanto antes el resultado de estas investigaciones", dijo Powell.

Annan, a su lado, coincidió en la preocupación por el programa Petróleo por Alimentos: "Estoy deseando llegar al fondo de asunto y que acaben las investigaciones tan pronto como sea posible, para que podamos superar esa cuestión y concentrarnos en las labores esenciales de la ONU".

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