"El monopolio de las agencias espaciales se está reduciendo"
Víctor Reglero está al frente del grupo de Astrofísica y Ciencias del Espacio del Instituto de Ciencias deMateriales de la Universidad de Valencia. En noviembre fue nombrado en Vancouver, Canadá, vicepresidente de la Federación Internacional de Astronáutica (IAF), organización con 53 años de historia que agrupa a las principales empresas del sector aerospacial. Reglero ha participado en el desarrollo de siete satélites desde 1990, ha sido el segundo español en formar parte del Comité de Actividades Científicas (SAC) de la ESA, y fue candidato a dirigir el Centro Europeo de Astronomía Espacial de Villafranca, en Madrid. Trabajó en la creación del satélite Integral, que estudia las fuentes de rayos gamma.
"El astronauta que sube a la estación representa sólo el 10% de la actividad espacial"
"Nuestra participación voluntaria en la ESA está muy por debajo de lo que debería"
Pregunta. El resto de vicepresidentes de la IAF provienen de grandes empresas o de agencias espaciales. ¿Lo eligieron a usted por sus méritos científicos?
Respuesta. Más bien tecnológicos. Cuando les pregunté los motivos me contestaron que yo había trabajado en siete desarrollos para satélites en 14 años, desde 1990, lo cual es un récord bastante alto. He sido miembro del SAC, el máximo comité de la ESA antes de los ministros, y he participado en toda la definición del programa espacial europeo de manera bastante directa en los últimos 10 años.
P. ¿Qué es la IAF?
R. Es la reunión de las industrias y las agencias. Su función es coordinar a las empresas, coordinar a las agencias, asesorar a los gobiernos y desarrollar una labor de difusión. No hay universidades ni centros de investigación. Aunque parece caminar hacia la apertura.
P. ¿De qué tipo?
R. El mundo aerospacial está en transición. Del coto cerrado de las agencias y las empresas líderes se evoluciona hacia un mercado más amplio e interactivo. Existe la idea de que las universidades o los centros de investigación punteros puedan hacerse miembros de la IAF, y también más empresas, no solamente las que construyen cosas.
P. ¿Cómo cuáles?
R. En el mercado hay nuevos operadores. Compañías privadas que demandan servicios de GPS, o de observación de la Tierra, como las petroleras. Las empresas de telecomunicaciones dependen de los satélites que utilizan. Son consumidoras de productos, y podrían estar interesadas en participar en una federación donde se discuten las nuevas tecnologías, porque para ellas son críticas.
P. ¿En eso consiste la transición?
R. Lo que aparece en los medios de comunicación, como el astronauta subiendo a la estación espacial, representa el 10% de la actividad. El otro 90% son los satélites de observación de la Tierra, de telecomunicaciones, algún satélite científico. El espacio se está conviertiendo en algo mucho más cotidiano, rutinario. Y el monopolio de las agencias se está reduciendo.
P. ¿En qué ámbito?
R. Hay por ejemplo un mundo emergente de empresas de ingeniería pequeñas, a lo mejor de 200 trabajadores, que están desarrollando diseños de satélites para ser vendidos, y productos tan sofisticados como un cohete, un lanzador. Por supuesto, de bajo coste. Es posible que un satélite de telecomunicaciones no lo tenga que lanzar la ESA, la NASA o Rusia. Y que una universidad, un grupo de investigación, o una pequeña empresa pueda tener su propio satélite.
P. Trabajó en el desarrollo del satélite Integral. ¿Qué frutos ha dado hasta ahora?
R. Se están haciendo mapas de las fuentes emisoras de rayos gamma de la galaxia. Es decir, de las estrellas de neutrones y de los agujeros negros. Investigar cuántos hay, y su posición con una precisión 3.000 veces superior a la que tenía la anterior misión para la observación de fenómenos de alta energía, que era el GRO de la NASA. Y se está investigando también la historia química de la galaxia.
P. ¿Puede explicar en qué consiste?
R. Se está cartografiando la galaxia en busca de aluminio, hierro y titanio. Los elementos pesados se forman en la explosión de las estrellas. Y su abundancia relativa depende de cuándo se produjo la explosión. Por tanto es un mapa en el espacio y es también un mapa en el tiempo. En definitiva, una historia química de la galaxia en términos de elementos pesados.
P. ¿Están satisfechos con los resultados de Integral?
R. Yo espero que dé mejores resultados que los que ha dado hasta ahora, porque la técnica de Integral es extremadamente compleja. No tenemos ni lentes ni espejos. Detectar fuentes de energía superbrillantes como CygnusX1 es fácil, pero otras son mucho menos visibles. Las técnicas para deconvolucionar, crear imágenes que no están basadas en lentes ni en espejos, no son triviales, y hasta ahora no se habían desarrollado con la magnitud que proporciona Integral.
P. ¿Durante cuánto tiempo se va a trabajar con Integral?
R. Llevamos dos años de operaciones, tenemos aprobados otros dos más, y será la ESA la que decida cuánto tiempo continuará. Pero no tengo duda de que con los datos de Integral se va a trabajar al menos 10 años, para sacarle todo su partido. En realidad estamos desbordados por el flujo de datos.
P. Integral supuso un avance en la participación de España en la ESA. ¿A qué nivel está ahora?
R. La participación española en el programa científico de la ESA, que es obligatorio, ha pasado en 14 años de ser un desastre a ser lo que toca. Serio, riguroso y de acuerdo con nuestro peso industrial. Tenemos un Plan Nacional del Espacio, que tiene financiación e ideas claras para mantener los grupos de desarrollo, científicos o tecnológicos en el largo plazo.
P. ¿Y en los programas opcionales?
R. En los programas opcionales, como observación de la Tierra, prototipos de comunicaciones, meteorología, etcétera, nuestra participación está muy por debajo de lo que debería. Ponemos el 2% de la financiación, cuando podríamos llegar al 4% o 5% sin ninguna dificultad. Pero eso requiere ser serios y tener políticas industriales y una responsabilidad estratégica en el largo plazo.
P. ¿Hoy no existe?
R. Desarrollar un satélite, una misión, requiere tiempo, y los frutos de la inversión son a 10 años vista. Da igual que sea Integral, GPS, Galileo, observación de la Tierra... Hace falta seriedad por parte de los responsables tecnológicos e industriales. Porque a lo mejor cuando la inversión empiece a rendir, él concretamente ya no va a estar en el cargo. Una carretera, en cambio, puede acabarse en tres años.
P. Fue candidato a dirigir el Centro Europeo de Astronomía Espacial de la ESA, ¿qué opina de la decisión final?
R. Yo dejé claro en la entrevista que ni estaba buscando trabajo, ni buscaba jubilarme como director. Mi oferta era de cooperación, limitada a cuatro años, para poner en marcha el centro. Dije también que quería estar seguro de que se quería crear un centro de excelencia científica y tecnológica, y de que se pondrían los medios. Si el objetivo era otro, a mí no me interesaba. La dirección de la ESA ha elegido a Vicente
[Gómez], un ex político de gestión. Espero que lo haga muy bien.
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