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LA SITUACIÓN EN IRAK

Los mandos militares de EE UU quieren más soldados

Los jefes militares norteamericanos en Irak aseguran que es más que probable que se produzca un incremento de tropas estadounidenses en Irak. Convencidos de que la batalla de Faluya ha debilitado a la insurgencia, desean aprovechar la situación y acabar con toda área de resistencia en el país.

Con más de 10.000 marines en el interior de Faluya (la inteligencia militar advierte del riesgo de reducción) y una operación abierta en Mosul (donde ayer unos desconocidos asesinaron a un clérigo suní, miembro del Consejo de los Ulemas), las tropas norteamericanas se encuentran al límite de su capacidad.

"Lo que es importante es mantener la presión ahora que les hemos expulsado de Faluya", dice un alto mando que habla con la condición de no ser nombrado. "Estamos en una fase ofensiva y no debemos parar". La posibilidad de enviar tropas de refresco fue estudiada antes de las elecciones presidenciales de EE UU, pero se apartó por razones electorales. Ahora, otras elecciones -las de Irak, previstas para el 30 de enero- aconsejan tomar una decisión rápida en ese sentido. En octubre, el Pentágono ordenó una prórroga de dos meses de 6.500 soldados que se encuentran en Irak.

Más información
La conferencia sobre Irak pide tropas para proteger a la ONU durante las elecciones

Los mandos estadounidenses en Bagdad aseguran que el número exacto de tropas de refresco necesarias aún no se ha establecido, pero que supondrá el envío de varios batallones (de unos 3.000 soldados cada uno). En primavera hubo un recorte de hasta 100.000, pero el incremento de la violencia desde abril obligó a aumentarlas de nuevo hasta a 138.000.

Señal equivocada

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Pero no todos los militares están de acuerdo. Algunos piensan que un aumento de las tropas proyectaría una señal de debilidad ante la insurgencia, es decir, un reconocimiento explícito de que EE UU no puede con ella. Estos militares creen que el mejor camino es potenciar las tropas iraquíes, dotar al actual Gobierno de una mayor capacidad de defensa. El primer ministro interino, Ayad Alalui, contempla ambas opciones, que considera compatibles.

Ésta trata de multiplicar sus acciones dentro del triángulo suní en un intento por demostrar que nada ha cambiado tras Faluya e impedir la celebración de las elecciones el 30 de enero. Ayer fue asesinado Sadun al Nueimi, cuñado del vicepresidente del Consejo del Mando de la Revolución iraquí, en Kirkuk, y un soldado estadounidense perdió la vida en Bagdad en una explosión.

Con su muerte son 1.226 los militares norteamericanos que han muerto desde el inicio de la guerra. Los datos son algo menos precisos con los iraquíes; se calcula que han muerto cerca de 5.000 militares y entre 14.000 y 16.000 civiles.

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