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EL FIN DE UNA ERA

Hamás y Yihad Islámica prometen continuar la lucha violenta contra Israel

Miles de palestinos se echan a la calle para mostrar su fervor por el dirigente fallecido

"Mientras haya ocupación, habrá resistencia", aseguraba ayer Salá, uno de los jóvenes jefes de las Brigadas Al Quds, el brazo armado del movimiento fundamentalista Yihad Islámica, en el campo de refugiados de Yabalia, al norte de la franja de Gaza. La omnipresente Hamás, tras expresar sus "condolencias" por la muerte del "gran líder", advirtió de que la pérdida de Yasir Arafat "incrementará la determinación de continuar la lucha contra el enemigo sionista hasta la victoria".

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Fue una jornada muy triste para decenas de miles de palestinos, que se echaron a las calles para mostrar su fervor o respeto hacia quien ha sido el icono de la resistencia contra la ocupación israelí durante cuatro décadas.

La franja de Gaza, clausurada ayer por el Ejército israelí, lloró la muerte de Yasir Arafat, Abu Amar, cuya efigie aparecía por doquier en mayor medida que la de los jefes de los movimientos fundamentalistas. Aunque sólo fuera por un día. Decenas de miles de palestinos salieron a las calles en las ciudades de Gaza, Rafá y Jan Yunis para mostrar su congoja. Infinidad de ellos no escondían su enorme pesadumbre. Algunos dirigentes entrevistados por diversos canales de televisión no podían terminar su alocución o lo hacían entre sollozos. En los populosos y míseros campos de refugiados de Yabalia y Beit Lahia, feudos de Hamás y Yihad Islámica, al norte de la capital de la franja, la aflicción era menor, pero imperaba, salvo excepciones, un enorme respeto hacia la figura de Arafat.

Pocos minutos después de las seis de la mañana (una hora menos en la España peninsular), las ráfagas de fusiles automáticos comenzaron a oírse con nitidez en la ciudad de Gaza. Y a percibirse el pestilente hedor de goma quemada de los neumáticos que centenares de jóvenes y niños colocaban en infinidad de cruces. Espesas columnas de humo se elevaban al cielo nublado. A las 9.00 era casi imposible divisar el puerto de Gaza, a 200 metros de distancia. Las rotondas estaban empapeladas con fotografías de Arafat en todas las etapas de su vida. Innumerables vehículos también se desplazaban empapelados con la figura de Arafat.

Los fieles a Al Fatah, el partido fundado por Arafat en París, organizaron una manifestación que comenzó junto a uno de los principales cuarteles policiales en el centro de Gaza, una antigua instalación de las tropas coloniales durante el mandato británico sobre Palestina. Pero a las banderas amarillas de este partido se sumaban las negras de Yihad Islámica, portadas por los leales a este grupo fundamentalista, aunque no compartieran algunas de las consignas. "Siempre quedarás en nuestra alma y en nuestro corazón", clamaban los partidarios de Arafat por megafonía entre el estruendo de los disparos. Pero muchos miembros de Yihad Islámica no guardan simpatía hacia el líder que les ha encarcelado en alguna ocasión.

Gaza fue ayer una ciudad sin actividad comercial. Sólo las tiendas que vendían banderas palestinas y retratos de Abu Amar mantenían sus puertas abiertas. Infinidad de vehículos con hombres armados con fusiles automáticos a bordo circulaban veloces por calles y avenidas. Disparaban al aire sin cesar. Cientos de agentes de los cuerpos policiales patrullaban por todos los rincones de la ciudad.

Cuatro palestinos muertos

"Levanta la cabeza, estás en la guarida de Ezedin al Kasam". La pancarta del brazo armado del movimiento Hamás saluda a quien se adentra en el depauperado campo de refugiados de Yabalia, escasos kilómetros al norte de la ciudad de Gaza, donde escasean los retratos del líder fallecido. Abundan las pintadas en honor de los mártires de Hamás y de Fati Shikaki, dirigente de Yihad Islámica asesinado por agentes del Mossad, servicio secreto israelí, en Malta, en 1995.

Salá, uno de los jefes de las Brigadas Al Quds, milicia de Yihad Islámica, asegura que su organización "se siente poderosa". No obstante, no oculta su desconfianza, a pesar de los acuerdos alcanzados con el primer ministro, Ahmed Qurei, para garantizar una transición sin sobresaltos: "Si respeta los pactos no habrá problemas, pero si se producen detenciones estallará un serio conflicto". Añade Salá que "mientras haya ocupación, habrá resistencia". Sin ir más lejos, al menos cuatro milicianos murieron ayer cuando atacaban con granadas y armas automáticas el asentamiento judío Netzarim, al sur de la ciudad de Gaza.

El portavoz de Hamás, Sami Abu Zuhri, expresó en un comunicado su "profunda aflicción y tristeza por la pérdida del símbolo y gran líder del pueblo palestino", e hizo un llamamiento a la unidad de todos los partidos palestinos. Pero, al igual que Yihad Islámica, no planea bajo ningún concepto frenar la resistencia.

Pero no todos los palestinos fueron tan respetuosos con el venerado dirigente. Fayed, un comerciante de 40 años del campo de Beit Lahia, apuntaba rotundo tras acusar de corrupto a Arafat: "Llevamos 40 años con su liderazgo y cada vez estamos peor". Con todo, el sentimiento predominante se resume en la frase que lanzaban los miembros de Al Fatah por sus altavoces: "Arafat no morirá nunca. Quien diga que Abu Amar ha muerto, no conoce la historia".

Varias mujeres expresan su dolor ante la sede de la Autoridad Nacional Palestina en Gaza.
Varias mujeres expresan su dolor ante la sede de la Autoridad Nacional Palestina en Gaza.ASSOCIATED PRESS

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