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Columna
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Adjetivos

Elvira Lindo

Al periodismo, hoy, le sobran adjetivos. Yo misma, que me dedico a escribir adjetivos, busco sedienta en los periódicos la noticia sin más, sin esos adjetivos con los que el columnista quiere dar la opinión mascada. Dice el escritor Amoz Oz que el intelectual europeo vive de los adjetivos, Bush el mentiroso, Bush el ignorante, Bush el tartaja, pero no siente la necesidad de contar las razones de tales adjetivos. Siempre es más cómodo escribir adjetivos que investigar los hechos y dejar al lector adulto que saque sus propias conclusiones. A estas alturas de campaña electoral americana no seré yo quien escriba los adjetivos que Bush merece. Ustedes ya los han leído todos. Más bien alguien debería contar el mecanismo por el cual la mitad de un país cree ciegamente en él, un país en el que la distancia entre los ricos y los pobres es cada vez más insalvable, en el que una enfermedad puede dejar al ciudadano en la indigencia, en el que no hay vacunas de la gripe disponibles para los grupos de riesgo, en el que las mujeres negras e hispanas con VIH van a morir como mueren en el África más pobre, en el que la financiación de las escuelas públicas depende a veces de un ingreso tan estúpido como el pago que hace Pepsi para mantener en los pasillos su máquina expendedora, en el que cuatro de cada diez niños pobres son gordos, en el que la clase media está ahogada por los impuestos manteniendo la avaricia de los ricos, en el que un camarero se apoya en la barra, a última hora de la noche, y se desahoga (al contrario que en las películas, aquí el beodo charlatán es el camarero), te habla de terrorismo, del Mal, de que "ellos" quieren matar a nuestros niños, te asegura que sólo Bush tiene la determinación de pelear contra "ellos". Y aunque uno comprende a todos esos opinadores que dicen que Kerry ni es progresista, ni el gran pacificador, uno siente que el demócrata representa a esa otra mitad americana que desea rebajar unos grados el cóctel formado entre el fanatismo religioso y el capitalismo extremo. Sospecho, además, que muchos de los que dicen que Kerry es igual a Bush, en el fondo, están deseando que gane Bush. O bien prefieren la catástrofe absoluta o son tan reaccionarios como él.

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Sobre la firma

Elvira Lindo
Es escritora y guionista. Trabajó en RNE toda la década de los 80. Ganó el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por 'Los Trapos Sucios' y el Biblioteca Breve por 'Una palabra tuya'. Otras novelas suyas son: 'Lo que me queda por vivir' y 'A corazón abierto'. Su último libro es 'En la boca del lobo'. Colabora en EL PAÍS y la Cadena SER.

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