La corriente alterna de Nagares

Desde un desconocido lugar de La Mancha donde los girasoles se hermanan con el trigo y la cebada y se espera el paso del AVE, como un nuevo Mister Marshall una pequeña y joven empresa exporta sus productos de microelectrónica para el automóvil a Australia, China, Brasil, Japón, EE UU... A contracorriente de las últimas tendencias que agrupan los proveedores de componentes junto a las plantas de producción, en Motilla del Palancar (Cuenca) se ha desarrollado una industria fabricante de elementos eléctricos para el automóvil que aplica las tecnologías más avanzadas. "Una seta en un desierto", según el ex presidente de la Comunidad de Castilla-La Mancha y actual ministro de Defensa, José Bono.

"Las industrias de componentes que no han invertido en I+D durante los últimos años no han pasado el corte de las crisis del sector"

Todo empezó a principios de los años setenta cuando desde su pequeño taller de reparaciones, Herminio Navalón observaba los frecuentes defectos que presentaban los intermitentes de los camiones. Fabricó un pequeño aparato que solucionaba el problema y que instalaban en su taller. Posteriormente lo adaptó para una intensidad de 12 voltios que permitiera su instalación en los automóviles. Empezaron a llegar pedidos -Citroën les hizo uno importante de 1.000 unidades diarias para su factoría de Vigo- y con un desembolso de 25.000 pesetas decidieron crear "una empresa de verdad".

Hoy dispone de una plantilla próxima a los 400 empleados con la que facturan en torno a los 55 millones de euros. A las intermitencias se han unido temporizadores de precalentado, relés, reguladores de ventilador, de limpiaparabrisas... En algunas de sus líneas de producción se montan más de 35.000 componentes a la hora y de alguna de sus máquinas han salido ya más de setenta millones de piezas.

El secreto no es otro, según Navalón, que "reinvertir. Yo no soy ambicioso y no tengo otras actividades al margen de la empresa". En algún ejercicio han llegado a destinar a la investigación y el desarrollo el 12% de su facturación, en otras ocasiones se ha situado en el 8% y ahora está en torno al 5%. "Los que no hicieron ese esfuerzo hace años no pasaron el corte de las crisis".

Dispone de 60 ingenieros repartidos a partes iguales entre la producción y la I+D. "Al principio estaban juntos, pero me di cuenta de que era mejor que permaneciesen separados. Colabora estrechamente con la Universidad Politécnica de Valencia, donde tiene concentrados sus esfuerzos de investigación.

Además de la planta inicial en Motilla han levantado otra en la misma localidad -Nagares Cables- dedicada a la producción de cables para el automóvil, y a mediados de la década pasada adquirió Grupelec Electrónica, ubicada en el parque tecnológico de El Boecillo, en Valladolid, dedicada al diseño y fabricación de circuitos electrónicos. El grupo se completa con Grupo Navares Desarrollo -GND-, en el parque tecnológico de Paterna (Valencia), dedicada a la investigación y desarrollo de nuevos productos para el automóvil.

Sus principales competidores son firmas como Bosch o Siemens, pero Navalón es consciente de sus ventajas competitivas: "Sus costes de producción son mucho más altos que los nuestros". Aunque ha recibido ya algunas ofertas de compra, a sus 60 años, Herminio Navalón prefiere de momento asegurar el futuro de su "cuarto hijo", como llama a su plantilla, para la que prepara una sucesión profesional.