Luque: "Le dedico el gol a Raúl, al que más admiro"

Justo cuando se cumplían ocho años de su debú con la selección, en un partido sin goles contra la República Checa en una gélida Praga, Raúl no falló, y celebró tan peculiar aniversario con un gol. Su imponente remate, mediada la segunda parte a un centro medido de Míchel Salgado a su cabeza, redondeó sus números con la camiseta roja: 40 goles en 79 partidos, tres de penalti, y 51 victorias por 16 empates y 12 derrotas. "Estoy muy feliz, era muy importante conseguir una victoria para encarrilar la clasificación", aseguró nada más escucharse el pitido final, con su porte siempre serio; "nos da moral para el partido del próximo miércoles, donde esperamos lograr un buen resultado, pero ahora estamos más cerca del Mundial", remachó.

Puestos a analizar el encuentro, cuyo resultado final mucho facilitaron las expulsiones de Defaldre y Goor, el siete blanco, que el 29 de octubre también conmemorará su debú de hace diez años con el Real Madrid en La Romareda, apuntó: "Desde la expulsión todo se ha facilitado y hemos tenido paciencia, pero nos ha costado mucho marcar el primer gol del partido; hoy en día no es fácil hacer gol a ningún equipo".

Más sonriente se mostraba Albert Luque, autor del primer tanto del encuentro y "doblemente contento" al inaugurar su curriculum de goleador con España. "Ha sido mi primer gol con la selección y eso me motiva mucho", manifestó el delantero devenido en extremo. "El otro gol lo ha marcado el jugador al que más admiro, que ostenta todos los récords y siempre ha sido para mí un ejemplo", añadió el catalán del Deportivo, en lo que era una evidente referencia a Raúl, capitán español y quien andaba de aniversario.

La victoria contra los herederod de Scifo relajó de inmediato a los hombres de Luis Aragonés, a los que la ansiedad delataba tras dos empates consecutivos con Escocia y en Bosnia. Así lo expresó Iker Casillas: "Después del empate contra Bosnia en la primera jornada era muy importante ganar". "De momento tenemos cuatro puntos y hemos cumplido con el objetivo, que era ganar y ahora tenemos que pensar en hacerlo en Lituania".

Reyes, que no quiso "darle vueltas a lo de Luis

[su comentario desafortunado sobre el francés Thierry Henry], son cosas que pasan", reconoció lo costoso del triunfo hispano. "El partido no ha sido para enmarcar, ha sido más bien jodío y ellos destruían el juego, pero con uno menos y jugando en casa teníamos que ganar como fuera, y se ha notado en nuestra mentalidad ganadora", resumió. Se notaba que sólo le importaban los tres puntos, y restó trascendencia a la posibilidad perdida de haber aumentado la renta española, de cara a liderar la clasificación del grupo por el mayor casillero de goles. "Sólo importaba la victoria, no el número de goles", recalcó el punta del Arsenal.

Más discreto, Joaquín también expresó su alegría: "Necesitábamos la victoria, los belgas eran un equipo fuerte y se cerraban muy bien, aunque después de la primera expulsión lo hemos tenido más fácil". Los mismos pensamientos circulaban por la cabeza de Míchel Salgado, que se autodefinó como "el abuelo del equipo": "Hemos movido el balón y al final era cuestión de tiempo". Su veteranía en estas lides la mostró en las siguientes palabras: "Lo importante es no dejar escapar puntos en casa y puntuar fuera", explicó, antes de congratularse por la savia nueva que en su opinión corre por el cuadro español: "Salvo mi caso, esta selección tiene una media de edad muy joven, y cuentan con una calidad enorme... pero también necesitan tiempo".

Menos alegrías hubo entre los belgas, en especial entre los expulsados. La policía tuvo que separar a Deflandre, el primero en irse a la ducha antes de lo que esperaba, del cuarto árbitro en el túnel de vestuarios. El colegiado reserva se abalanzó sobre el lateral del Genk, tras golpear la caseta donde se alojaba y arrojar al suelo el peto que le entregaron para ver el partido desde el banquillo. La rápida intervención policial evitó que el percance pasara a mayores.