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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Minimalismo fulminado

El artista cubano Jorge Pardo (1963) ha descubierto cómo fulminar el tan odiado y amado minimalismo. Y lo ha hecho con mano de seda y de carpintero. Con ironía y con oficio. En la instalación que presenta en la Fundación "la Caixa" se exhiben algunas de las obras de la colección firmadas por Robert Mangold, Donald Judd, Alan Charlton o Richard Serra en un contexto que las desactiva, las desangra, un escenario barroco de paredes fosilizadas por la decoración que engulle la limpieza de formas. Pardo propone al espectador un juego ambiguo de jerarquías donde poder cuestionarse las convenciones sobre la representación, el contexto y la percepción del arte. Un espacio que ahora, suntuosamente decorado con lámparas de colores y paredes repintadas de rojo anaranjado, permite al menos reflexionar sobre cómo se codifica la obra y en qué medida el artista es capaz de poner a prueba esa caja de resonancia que la autentifica. ¿Qué pasa cuando la obra se presenta fuera del contexto para el que ha sido creada? ¿De qué medidas de control dispone el artista? Cuestiones que permiten lanzar puentes entre esas magníficas peanas que son los museos y el espacio público "contaminado" por la acción artística.

JORGE PARDO

Un proyecto para la Colección

de Arte Contemporáneo Fundación "la Caixa".

Avenida del Marqués

de Comillas, 6-8. Barcelona

Hasta el 7 de noviembre

El trabajo de Jorge Pardo es fronterizo, entre la escultura y la pintura, la arquitectura y el diseño, pero siempre hace referencia explícita a la situación concreta de la exposición. En 1997 creó un embarcadero, Pier para el Skulptur, Projekte de Münster y para el MOCA de Los Ángeles construyó y expuso su propia casa en Mount Washington, que durante la exposición sirvió de anexo al museo. También fue el encargado de renovar la planta baja del Dia Center for the Arts en Nueva York, pero lo que le ha dado más fama son las creaciones de sus lámparas y sillas, que siguen el diseño de comienzos de los setenta, con sus formas orgánicas y colores sugerentes que facilitan el acceso directo a la obra, y que en algunas de sus instalaciones mezcla con piezas ya clásicas. Aunque la obra de Pardo es profundamente dependiente del marco en que se promueve, consigue liberarse y liberarnos de las consecuencias de esa esclavitud.

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