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Reportaje:

El peligro de una playa en verano

Al menos 27 personas han muerto ahogadas este verano en el mar y en las piscinas

Las aparentes aguas mansas del mar Mediterráneo se han cobrado desde el inicio del verano la vida de, al menos, 27 personas en las playas valencianas. Ayer, un anciano de 73 años falleció cuando se bañaba, mientras ondeaba la bandera roja, en la playa de La Mata en Torrevieja (La Vega Baja). En ese mismo instante, otro hombre de 26 años que trató de rescatarle logró salvarse pero resultó grave. Momentos más tarde, los bañistas continuaban adentrándose en el mar sin considerar los últimos accidentes. Mientras, otro hombre de 71 años fue rescatado grave en la playa del Acequión en Torrevieja. 24 horas antes, otro cadáver fue hallado flotando en las proximidades del espigón de la Playa del Postiguet en Alicante.

El perfil de las víctimas fallecidas es una persona de entre 60 y 70 años. La "imprudencia" de los bañistas es, en un porcentaje elevado, la principal causa de los accidentes en el mar. Mientras el Cantábrico es "manifiestamente peligroso", las aparentes apacibles aguas mediterráneas llevan a los bañistas a desafiar las advertencias sobre el estado de las playas, señala un responsable de salvamento en playas de Cruz Roja.

Expertos consultados de la Federación Valenciana de Salvamento y Socorrismo y de Cruz Roja precisaron ayer que todas las víctimas no han de ser computadas como ahogados, ya que algunos fallecieron a causa de dolencias físicas o causa de haber ingerido demasiada comida. En cualquier caso, según los especialistas, la "trágica" cifra pone de manifiesto la necesidad clamorosa de una legislación a propósito de los servicios de asistencia y salvamento de playas y de sus profesionales.

Hasta la fecha, la Administración obliga a vigilar las playas con una afluencia "media y alta" de turistas, sin considerar los medios materiales y humanos óptimos de auxilio, ni la titulación del socorrista. Las dos entidades "más exigentes" que expiden la titulación de socorrismo son tanto la Federación autonómica, que cuenta con el respaldo de la Nacional en tanto que disciplina deportiva, y Cruz Roja. Sin embargo, hay entidades que imparten esta titulación sin ningún tipo de control. De esta forma, empleados ejercen de socorristas con conocimientos exclusivamente de primeros auxilios. "Por la sensibilidad de esta prestación debería ser un servicio público", apuntó el presidente de la Federación Valenciana de Salvamento y Socorrismo, Jesús Troyano. De la misma manera, según un experto de Cruz Roja, Alicante debería tener cerrada al público playas por su contaminación o peligrosidad.

Este vacío legal también es extrapolable a las piscinas. Hasta el momento hay cinco personas, muertas, dos de ellas niños, en piscinas. Según datos facilitados por la Federación Valenciana de Salvamento, un porcentaje superior al 30% de las piscinas valencianas -el censo real se desconoce, los últimos datos disponibles fijaban 2.240 piletas- carece de socorrista o está atendida por personal no cualificado. Troyano reclamó un control más riguroso de las condiciones higiénicas y de seguridad tanto de las piscinas públicas como de las privadas para prevenir los accidentes. Los motivos de la deficiente vigilancia de la piscina son las precarias condiciones laborales de los socorristas y los nulos controles de la Administración. Los extranjeros argentinos copan estos puestos con ínfimos sueldos.

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