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VIOLENCIA EN IRAK

Los 'marines' intensifican sus ataques contra los milicianos chiíes en Nayaf

Los combates alcanzan el patio de la mezquita del imán Alí y dañan sus muros

Los marines estadounidenses y los milicianos chiíes combatieron ayer con intensidad en los alrededores del mausoleo de Alí en la ciudad santa de Nayaf, en alguno de los peores enfrentamientos desde que comenzó el asedio hace 20 días. Por lo menos 15 explosiones de artillería, además del constante tableteo de ametralladoras, pudieron escucharse en las cercanías de la mezquita del imán Alí, donde los milicianos del Ejército del Mahdi están atrincherados. Por la noche, el Ejército estadounidense utilizó la aviación para atacar las posiciones chiíes, que permanecen rodeadas por los marines.

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La metralla ha alcanzado el patio del mausoleo, cuyos muros exteriores han resultado dañados por las casi tres semanas de combates. Cualquier daño grave al lugar más sagrado para los chiíes de todo el mundo podría provocar una oleada de indignación de imprevisibles consecuencias entre los musulmanes que profesan esta corriente del islam.

En el inmenso cementerio cercano a la mezquita, uno de los más grandes del mundo, también prosiguieron los combates y pudieron verse grandes columnas de humo producidas por los bombardeos de cazas estadounidenses.

El paradero del propio Al Sáder seguía siendo ayer desconocido. La policía iraquí en Nayaf aseguró que se encontraba en Suleimaniya, en el Kurdistán iraquí, aunque varios ayudantes del clérigo negaron esta información.

Anoche, las potentes ametralladoras de los aviones de combate AC-130 atacaron las posiciones de las milicias chiíes después de un fin de semana de infructuosas conversaciones con los partidarios del joven clérigo Múqtada al Sáder para entregar las llaves del mausoleo a representantes del ayatolá Alí al Sistani, la máxima autoridad religiosa chií de Irak, que actualmente se encuentra hospitalizado en Londres.

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En lo que parece una rebaja en una de las condiciones impuestas por los milicianos para entregar las llaves de la mezquita -que sean sus propias fuerzas las que se queden a cargo de la seguridad del recinto-, un portavoz de Al Sáder, el jeque Ahmed al Sheibani, dijo ayer que "los líderes religiosos se ocuparán de la seguridad y deberían tener sus propias fuerzas".

La revuelta chií, que tiene su epicentro en Nayaf, aunque ha afectado a numerosas ciudades del sur de Irak, además de Bagdad, es un claro desafío al Gobierno interino del primer ministro, Ayad Alaui, que ocupa el cargo desde hace dos meses. Frente a la rebelión chií, su Gobierno ha llevado una política en la que ha mezclado las amenazas de lanzar una ofensiva contra los milicianos atrincherados con las ofertas para buscar una salida negociada a la crisis, que incluye la conversión del Ejército del Mahdi en un partido político.

Ayer había menos milicianos visibles en los alrededores del mausoleo de Alí, aunque el portavoz de Al Sáder aseguró que no había variado el número de combatientes. Los militantes del Ejército del Mahdi dicen que tienen víveres, agua y municiones para resistir el asedio durante semanas, incluso meses.

La violencia también continuó en otros lugares de Irak. Fuentes médicas indicaron que cuatro personas murieron en la noche del domingo al lunes en combates en Ciudad Sáder, una inmensa y paupérrima barriada chií de Bagdad en la que se se hacinan más de dos millones de personas. Además, el Gobierno de Nepal confirmó ayer el secuestro de 13 de sus ciudadanos después de que un grupo islamista difundiese el domingo un vídeo con las imágenes de 12 de ellos. Los nepalíes residían en Jordania y fueron enviados a Irak por la compañía para la que trabajaban. El Gobierno de Katmandú pidió su liberación "por motivos humanitarios".

El presidente de Irán, Mohamed Jatamí, aseguró ayer que el Gobierno iraquí puede perder todo el apoyo popular si continúa defendiendo la ofensiva estadounidense contra las milicias de Al Sáder. "Ayer era Faluya, hoy es Nayaf y, si la tendencia continúa [el Gobierno de Ayad Alaui], puede enfrentarse a una revuelta de todos los iraquíes", dijo Jatamí, citado por la agencia oficial IRNA. Varios dirigentes del Ejecutivo provisional iraquí, así como representantes de Estados Unidos, han acusado al Gobierno de Teherán de apoyar la revuelta, una acusación que Jatamí rechaza.

Policías iraquíes arrestan a sospechosos en Baquba, en el norte de Irak, ante soldados de Estados Unidos, en una imagen difundida ayer por el Ejército de Estados Unidos.
Policías iraquíes arrestan a sospechosos en Baquba, en el norte de Irak, ante soldados de Estados Unidos, en una imagen difundida ayer por el Ejército de Estados Unidos.REUTERS

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