Menos vigilancia, más incendios
El cuerpo de agentes rurales de la Generalitat tiene encomendada, por ley del Parlament, la prevención, vigilancia, detección e investigación de los incendios forestales. Somos el único colectivo con presencia en todo el territorio de Cataluña y nuestro trabajo es la protección del medio natural en todos los ámbitos.
Pero somos cuatro gatos y hay mucho trabajo por hacer. Los días más cálidos de este verano, cada patrulla de agentes rurales tiene encomendada la vigilancia de una media de más de 60.000 hectáreas, superficie equivalente a la comarca de la Cerdanya.
La escasa plantilla de este cuerpo (400 agentes en toda Cataluña) hace que sólo se cubra un turno en verano, el de máximo riesgo de propagación de incendios. Resultado: durante la mayor parte de la mañana y la tarde no hay ningún control sobre pirómanos o furtivos que acceden al medio natural con poca conciencia ecológica.
A pesar de eso, el Departamento de Medio Ambiente afirma que no piensa incrementar la plantilla en toda la legislatura porque "no forma parte de sus prioridades". Es más, se niegan a cubrir nueve miserables plazas vacantes, lo que en este cuerpo equivale a una comarca entera sin agentes.
Resulta que para un gobierno catalanista y de izquierdas, y para una consejería "ecologista de verdad", no es prioritario potenciar el colectivo que tiene encomendada la defensa de la naturaleza.
