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El 'cuaderno de ruta' de Pasqual Maragall

- Relaciones con el Gobierno de España. En España hay un Gobierno que entiende lo que representa y lo que quiere Cataluña. Eso facilita enormemente las cosas al presidente de la Generalitat de Cataluña, que lo que quiere es contar, estar, participar y empujar, en el buen sentido de la palabra. Hemos hablado de proyección exterior, de la España plural, del Estatuto y la Constitución. También de economía y tecnología y, en ese marco, de la importancia de la eurorregión. Hemos hablado de las empresas catalanas y del rol de empuje que deberían tener en la economía española. Le he explicado al presidente del Gobierno español nuestro acuerdo para la internacionalización y la competitividad de la economía. La buena sintonía afecta al estilo de la relación entre el presidente de España y el presidente de la Generalitat. También se trata de superar una relación basada mayoritariamente en la negociación concreta y en el regateo permanente. Este tipo de relación no había dado los resultados que cabría esperar, sobre todo desde Cataluña, pero también desde la España concebida como una pluralidad.

Nunca había habido una bandera catalana junto a la española a la entrada de La Moncloa
Por primera vez un gobierno español sitúa un centro estratégico, la CMT, fuera de la capital

- La Generalitat es Estado. Hoy le he dicho al presidente del Gobierno que la Generalitat de Cataluña es Estado, quiere ser considerada Estado y va a ejercer de Estado. De hecho, ya es así. ¿Cómo creen ustedes, si no, que se ha podido solucionar en 15 días el problema de la renovación de los permisos de residencia y de trabajo de más de 30.000 inmigrantes? Cataluña es una las comunidades nacionales que componen la España plural, la España nación de naciones, en palabras de Anselmo Carretero, un segoviano de nacimiento y leonés de adopción. Porque la Administración de la Generalitat ha hecho lo que tenía que hacer y ha trabajado como Estado, en nombre del Estado y como Estado. En la línea de hacer visible la confianza federal, creemos que caben medidas y gestos que sirvan de ejemplo de un nuevo tipo de relación política e institucional más adulta, seria y comprometida. Vemos el futuro con optimismo.

- Instituciones culturales. Podemos preguntarnos por qué las cosas han ido como han ido o son como son todavía. ¿Por qué en los patronatos de las principales instituciones del Estado, por ejemplo las culturales, hay tan poca presencia catalana: en el Prado, el Thyssen, el Reina Sofía, la Fundación Carolina? De eso hemos hablado. Eso hay que remediarlo. ¿Y por qué el Estado no está más presente en las instituciones catalanas? Está en el Liceo, está en el MNAC, está, por supuesto, en el Archivo de la Corona de Aragón, que es la única institución plenamente estatal, la única. En Barcelona debe de haber 30 museos, de los cuales uno es del Estado. Los demás son del Ayuntamiento y de la Generalitat. En Madrid hay 30 museos, todos del Estado, menos uno, que es de la ciudad.

- Cosas que cambiar. Ésa es la dicotomía en la que consiste España. Una ciudad en la que todo es Estado, y otra ciudad que no es su rival, sino otra gran ciudad, otro gran centro urbano, creativo, económico, industrial y tecnológico español que básicamente no es estatal. Hay que poner remedio a esta situación absurda. Es deseo del presidente Zapatero que la política internacional española tenga más presencia institucional en Cataluña. Es deseo del presidente Zapatero fortalecer la Casa Asia, centro de formulación de las políticas españolas en relación con los países asiáticos, y el Instituto Europeo del Mediterráneo, que tiene el mismo rol en la formulación de las políticas mediterráneas. Y para ello pretendemos crear el Centro de Estudios Internacionales, que agrupe todas estas instituciones. Es deseo del presidente Zapatero que el capital catalán esté presente en el sector de la cultura y de la comunicación de ámbito español. Y es deseo común también que la crisis del diario Avui tenga una rápida solución. He insistido en la necesidad de fortalecer las comunicaciones en la eurorregión del Mediterráneo y Pirineos para potenciar un centro de redistribución de comunicaciones aéreas, sobre todo de carácter transoceánico. He planteado que el Estado favorezca el desarrollo de iniciativas de carácter cultural y turístico en Cataluña, como la ya anunciada de devolución del castillo de Montjuïc a la ciudad de Barcelona, y apoyar las iniciativas de carácter cultural y turístico en el castillo de Sant Ferran de Figueres. Al lado de la frontera, dentro casi de la autopista, podría ser, dentro de las áreas de las autopistas de peaje, un lugar idóneo para hacer una iniciativa potente en ese punto crucial de la eurorregión que es la frontera franco-española.

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- Cataluña en Madrid. He expuesto el proyecto de fortalecer la Delegación de la Generalitat de Cataluña en Madrid, de convertirla en un centro activo de formulación de políticas en Cataluña y en España. Hemos acordado que dos días a la semana una persona que representará a ese centro estará presente en La Moncloa en las discusiones de trabajo en materia de política internacional, puesto que el presidente Zapatero quiere que Cataluña sea un lugar de creación de política internacional. He expuesto, además, el deseo y el proyecto de tener mayor presencia en general en instituciones y organismos del Estado, como son AENA, Renfe, el Tribunal de la Defensa de la Competencia y otros órganos reguladores o inversores.

- Capitalidad. He insistido en la posibilidad de descentralización de organismos del Estado en Cataluña y en otras comunidades coincidiendo totalmente con el criterio del presidente del Gobierno, que sabe que una cosa es el Estado y otra su capital. El Estado no es la capital, la capital representa al Estado y tiene una clara conciencia, al estilo del federalismo alemán, de que las instituciones del Estado no tienen por qué estar todas en el mismo lugar. Ambos presidentes hemos coincidido en la importancia del proyecto America Cup y de la Exposición Internacional de Zaragoza en 2008. Saben que está proyectada sobre los temas del agua y el medio ambiente, nunca tan bien escogido el tema, tan problemático.

- Lengua. Vamos a lanzar a España hacia una política lingüística que reconozca la pluralidad y hacia un estatus acordado de cooficialidad de las tres lenguas nacionalitarias en diversos ámbitos. No tendría ningún sentido ganar terreno, como lo estamos haciendo, y mucho, para que el catalán sea idioma oficial en Europa y que no ocurra lo mismo en España. ¿Es lógico que existan más cátedras de catalán en las universidades europeas que en las españolas? Si Irlanda pide y consigue el gaélico como idioma oficial, el catalán tiene más posibilidades en Europa. En el artículo 4.10.2 de la nueva Constitución europea, a instancias de España, movida por Cataluña, se han incluido entre los idiomas cooficiales los que los Estados miembros decidan incluir, y por tanto traducir la Constitución, que no es tema menor. Pero además se añadió una declaración anexa al tratado, la única que han firmado todo los países, que es la declaración anexa al tratado constitutivo a favor de la diversidad lingüística. Dice que "la UE ayudará y protegerá las lenguas que los Estados hayan declarado cooficiales" y por tanto cooficiales en Europa.

- Sedes internacionales. Hay una serie de medidas y gestos que creo que van a expresar claramente un trato muy especial del Gobierno español a la Generalitat en cuanto Estado. Tengo que darles dos grandes noticias: la organización de la Segunda Conferencia Euromediterránea en Barcelona, en el recinto del Fórum, en 2005. Esta segunda Conferencia Euromediterránea de Barcelona va a ser crucial no sólo para nosotros, sino para el papel de Europa en el Mediterráneo y en el mundo. Y en segundo lugar, la ubicación en Cataluña de la sede de la agencia estatal de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones, en un edificio que el alcalde Joan Clos ha ofrecido en la zona circundante del Fórum. Por primera vez en este país, un gobierno español decide tomar una parte de Estado por modesta que sea, y ésta no lo es, es estratégica, y situarla fuera de la capital, en un centro que es de algún modo competitivo, pero en todo caso perfectamente preparado, donde se regulen las telecomunicaciones de todo el país.

- Deslocalización. Siempre hay problemas, y tiene que haberlos. Yo los he vivido. Siempre que se trata de temas de deslocalización de grandes empresas, ha habido que preparar welcome programs: para alemanes que venían a Barcelona cuando Volkswagen se instaló en la Zona Franca de Barcelona. Sabemos mucho de eso y lo vamos a arreglar. Además, las personas con quienes tenemos que hablar están unidas a mí por el vínculo de la amistad antigua. Otras sedes del mismo sector pueden seguir a esta primera para la creación de un cluster significativo en el mismo territorio, más adelante.

- Aeropuerto y ferrocarril. Hemos acordado la participación de la Generalitat en la gestión del aeropuerto de Barcelona. Vamos a estudiar la posibilidad de una experiencia piloto de voto electrónico en el referéndum de la Constitución europea. Sólo puede ser piloto porque requeriría una modificación de la ley electrónica. Y vamos a sopesar la posibilidad de que la única compañía ferroviaria española no estatal, Ferrocarrils de la Generalitat, constituya una entidad de gestión conjunta con el Estado de la red ferroviaria en Cataluña, dejando al margen la alta velocidad. Es voluntad del ministerio tratar de iniciar un proceso de descentralización de las cuestiones ferroviarias, empezando por Cataluña, que ya dispone de experiencia en gestión ferroviaria.

- Viajes conjuntos. Hemos decidido también realizar viajes conjuntos. El presidente ha aceptado la idea de ser acompañado por presidentes autonómicos en sus visitas al extranjero. No vamos a ir muy lejos la primera vez. En la segunda, supongo que sí. La primera va a ser una visita este otoño a Toulouse y Montpellier. Seguimos en la vía de coordinación de las salidas al extranjero. Siempre trata el presidente de la Generalitat de no anticiparse a los viajes que pueda hacer el presidente del Gobierno español, puesto que él es quien tiene competencias fuertes en la materia, como es lógico y así está mandado. Éste ha sido el caso de Marruecos y va a ser el caso de Argelia, que será mi próximo viaje en el mes de septiembre. Y hemos comprobado que en este territorio del Magreb las cosas están cambiando y que la desafortunada política de enfrentamiento provocado por España que se siguió en los últimos ocho años está teniendo ya remedio. No hay que optar por uno contra otro. España debe tener, como empezó a tener con los gobiernos de Felipe González, una política magrebí conjunta y no de enfrentamiento.

- Constitucion. Sobre la base de la confianza federal, tiene que producirse un diálogo de fondo sobre la nueva etapa del desarrollo autonómico y la actualización constitucional en la que la idea de la España plural y diversa tiene que ir concretándose a través de fórmulas jurídico-políticas y estatutarias, y reformas estatutarias y constitucionales que reconozcan la singularidad de las tres nacionalidades históricas y de la Comunidad Foral de Navarra. Y que pongan en marcha la transformación del Senado en una Cámara de corte federal, lo que no obsta para que existan senadores elegidos directamente por el pueblo, pero que representarán las comunidades autónomas al mismo tiempo. Tampoco creo que deba obstar ese carácter a la presencia de las grandes ciudades españolas en el Senado. Viejo tema al que fui muy aficionado en épocas anteriores y que ahora me reclama con lógica, con rigor, el presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias, Francisco Vázquez. Y estoy de acuerdo.

- Eurorregión. El mapa de infraestructuras en red incluye la alta velocidad entre Barcelona, Valencia y Montpellier, y entre Barcelona y Bilbao. Es decir, el eje mediterráneo y su unión con el eje cantábrico, que es el eje del valle del Ebro, ese río que Aznar quería vaciar y cuyo valle se va a convertir en fundamental para la comunicación del triángulo económico, decisivo al norte y noreste de la Península. Este mapa de infraestructuras en red va a ser la columna vertebral de la eurorregión mediterráneo-pirenaica que el presidente del Gobierno apoya.

- Símbolos. El dinero es muy importante. Las infraestructuras todavía más. Pero en el terreno de los símbolos también vamos a avanzar. Han visto hoy la bandera catalana al lado de la española, a la entrada de La Moncloa, en el despacho del presidente. Eso no había ocurrido nunca. La bandera de Cataluña es también la del presidente del Gobierno. Y le he comentado que la bandera española deriva de la de la Corona de Aragón. Cuando los barcos españoles del siglo XVIII tenían problemas de identificación visual porque su bandera era blanca y amarilla -además, se confundía con la del Vaticano-, se decidió adoptar para la Marina una nueva y se fue a buscar la bandera de la Corona de Aragón, la bandera de Cataluña, las cuatro barras. Y se cogieron dos, no las cuatro. Esto puede parecerles puramente romántico, pero no lo es: los símbolos también cuentan.

- Financiación autonómica. Estamos totalmente de acuerdo en que las regiones ricas contribuyan y las menos ricas reciban, pero queremos que se haga conforme a una regla conocida e inteligible. ¿Usted tiene más renta que las demás autonomías? En esa medida paga. ¿Tiene más población? En esa medida recibe. Es una cantidad que tiene que tasarse, conocerse y publicarse. No se trata tanto de ver las balanzas fiscales bilaterales. Lo importante es que exista un principio claro de distribución de las cargas y los beneficios. Y también que haya transparencia y que la gente sepa por qué paga y cuánto paga y cuál es el baremo que lo decide.

- Nuevo periodo. Lo que se abre es un nuevo periodo, un nuevo cuarto de siglo que promete ser tan fructífero como el primero vivido en democracia y autonomía. Quiero subrayar que se lo debemos a todos los que han gobernado y a todos los que han representado los intereses de España y de sus pueblos. Eso no impide que nos peleemos. Por eso nos pagan, por defender cada uno nuestra ideología y nuestros derechos territoriales y sociales. Aquí todos han contribuido a que España pueda decir, 25 años después, que hemos tenido 25 años de paz, autonomía y progreso. España está hoy a la cabeza del progreso económico europeo, tiene posibilidades de seguir. En el campo de la tecnología y en el de las exportaciones, no sólo de bienes sino también de empresas, está en unas condiciones magníficas. Políticamente hemos vivido lo que siempre habíamos querido vivir. Tenemos todavía problemas de traducción de los textos iniciales, que debieron de hacerse con un cuidado casi escrupuloso y religioso para no herir sensibilidades que pudieran malograr el proyecto. No se malogró y se hizo gracias a esa sensibilidad y cuidado. Lo que no podemos ahora es no decir, 25 años después, que las cosas son así y lo que queríamos decir entonces es lo que queremos decir y decimos ahora. Se abre pues un nuevo periodo, unos nuevos 25 años en los que creo que va a poder verse una Cataluña entendida, una España entendedora, comprensiva, que admita su propia pluralidad. Y que cada uno de los puntos de su territorio, que cada uno de sus pueblos tiene que ser protagonista no sólo de su propio destino, sino del destino del conjunto de los pueblos de esta nación de naciones que es España.

- Cambios en la Constitución. Está abierta la Constitución y está abierto el Estatut. El calendario es muy difícil de modificar porque, en los últimos cuatro años, Cataluña ha estado de vacaciones desde el punto de vista gubernativo. Tenía un Gobierno un poco en retirada que buscaba perpetuarse, como es lógico y humano, y se preocupó más de eso que de otras cosas. Pero para poder gobernar tuvo que apoyarse en otro partido, que estaba en el Gobierno español y le impidió ni siquiera pensar en la reforma del Estatut. Eso obligó a la oposición, muy sólida y fuerte numérica y cualitativamente, a llevar a la comisión de autogobierno un proyecto de Estatut que hoy está casi hecho. No estoy diciendo que lo que entonces se hizo sea lo que vaya a ser aprobado, porque los partidos que no estuvieron -PP y CiU- entrarán. Pero decir ahora que hay que esperar otros cuatro años, porque Aznar lo dijo y no conviene, no sería ni entendido ni aceptado en Cataluña. Sería una gran frustración. Lo vamos a hacer con el cuidado que Rodríguez Piñeiro reclamaba, y que el propio presidente del Consejo del Estado conoce perfectamente.

- Archivo de Salamanca. No lo hemos tratado porque no creo que sea ya un problema. Está en buenas manos.

- Reformas constitucionales. Cuando el presidente y yo hablamos de esos temas hace unos meses, la tesis oficial era que sólo había una temática, que era el Senado y tampoco había que asustar a nadie. Luego resultó que son cuatro. Creo que la Constitución está abierta. No diré por los cuatro costados, porque parecería que está despanzurrada. No, la Constitución es muy sólida. Tiene cuatro temas que hay que revisar y los vamos a revisar.

- Voto electrónico. De lo único que hemos hablado es de la posibilidad de hacer esta prueba piloto de voto electrónico porque pensamos que va a ser decisivo en el futuro en este tipo de convocatorias [como las europeas]. Cuanto más lejos está el centro de poder al que uno está votando, más debe facilitarse el acceso a decidir a la población. En Cataluña soy un voto sobre seis millones. En España, uno sobre 40, y en Europa, uno sobre 450. Y Bruselas está mucho más lejos que Madrid. En Estados Unidos pasa lo mismo, y no les preocupa mucho, porque les parece que es prueba de la solidez del sistema. La variación es marginal entre unos partidos y otros. No digo eso de Europa, pero habrá que estrujarse la cabeza e imaginar de qué forma esas elecciones, que son tan decisivas y a la vez tan lejanas y tan poco vividas, puedan ser más seguidas, sin que debamos rasgarnos las vestiduras porque los porcentajes sean bajos. El voto electrónico es una posibilidad, un ensayo que probablemente en el futuro se extenderá.

- Reconocimiento del catalán. Yo siempre seré partidario de la elocuencia en la medida que sea posible y que no genere más costes de los necesarios. En España hay cuatro lenguas: una lengua común y tres lenguas oficiales en tres territorios. Éstas son reconocidas, pero deberían serlo de una forma más activa y quizá en otros terrenos que no sean exclusivamente el del debate político. Es interesante, pero no es el único reconocimiento. El idioma puede ser el símbolo, por ejemplo, en las matrículas de los coches, tan despreciadas por el presidente Aznar, que habló de chapitas.

- Financiación autonómica. Su calendario será más rápido que el de la reforma de la Constitución. Creo que la reforma de la financiación autonómica va a avanzar mucho más deprisa. La sanidad es el tema del que más hemos hablado porque está mal financiada en toda España, y especialmente en Cataluña. Tenemos un presupuesto de un billón de pesetas al año -6.000 millones de euros-, y en los últimos años hemos acumulado un déficit que se acerca a los 2.500 millones. La cifra es muy considerable. Esto no funciona, está mal planteado y mal financiado. Creo que ahora va a haber más sensibilidad por parte del Gobierno. No sólo por su ideología sino porque la propia población de Madrid ha sufrido la transferencia de la sanidad, y por tanto ahora sabe lo que vale un peine. Tiene que irse a una solución general, y el presidente del Gobierno tiene una preocupación especial.

- Eurorregión. No conozco la posición oficial del Gobierno de la Generalitat Valenciana por otra vía que no sea la de alguna declaración. No me consta reticencia alguna. Mi experiencia como alcalde es la de haber organizado con cinco alcaldes más una red que se llamaba C-6, en la que estaban las ciudades de Montpellier, Tolouse, Barcelona, Zaragoza, Valencia y Palma de Mallorca. En ese momento había como mínimo dos o tres alcaldes populares, y siempre funcionó muy bien. Es cierto que cuando se habla del terreno de comunidades autónomas se está entrando en un nivel de mayor trascendencia política, pero no veo inconveniente por ninguna parte. Todos somos conscientes de que en la globalización y en la Europa abierta tienes que crear tu mercado y tu solidaridad territorial, alcanzar una población crítica o mínima para ser alguien en Europa. Si no, estás perdido. Nosotros vamos a ayudar también a que Valencia traiga la Copa América. Nos parece fantástico. Nos favorece a nosotros que Valencia la tenga, así como que el eje mediterráneo disfrute de alta velocidad y de todo lo que tiene que tener. En este sentido, la eurorregión es imbatible. Es una idea que no tiene pretensiones ideológicas excesivas, que existe en toda Europa. Podría citar cinco eurorregiones fronterizas. Son las zonas de nuevo crecimiento en Europa, las que no podían crecer por la existencia de fronteras europeas. En el momento en que las quitas, bum. Hay que dimensionar, hay que saber dibujar cuál es esa zona y hay que hacerlo sin una gran trascendencia ideológica y, en cambio, servir a los intereses que dicen servir los que persiguen con discursos más nacionalistas y más ideológicos en el fondo lo mismo: el buen gobierno, la buena marcha de la economía y la salud política de sus países, de sus regiones; eso es lo que vamos a hacer.

- Financiación de la sanidad. Hay que corregir los criterios de población y renta con los de población desplazada y turística. Si medimos Baleares por la población censada, como decía Jaume Matas, no les hacemos un favor, porque tienen una cantidad enorme de población flotante a la que se tiene que atender sanitariamente y en otros aspectos. Por tanto, hay que modular o ponderar cofactores de calidad de coste y, por supuesto, de atracción. Si no, las cuentas no saldrían.

- Plazos para las reformas. Espero que el texto del Estatut esté acabado en enero, y que se apruebe en abril. La Constitución, no. Hay temas que posiblemente obliguen a un referéndum, y quizá a más de uno, e incluso a disolver las Cortes y convocar elecciones. Aunque no hemos hablado sobre ello, mi opinión es que sería raro que el presidente del Gobierno acortara su mandato. El horizonte de la reforma constitucional está mucho más lejos. De ahí viene este problema, más terminológico que otra cosa, y más técnico que real, que consiste en qué es primero y que puede hacer uno sin que el otro se haya pronunciado. Decía Rodríguez Peñeiro que era cuestión de transitorios. Todo tiene solución. Los problemas de calendario siempre tienen solución. Con paciencia, por supuesto.

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