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Esquerra votará 'no' a la Constitución europea si no arranca un gesto del Gobierno de Zapatero

Francesc Valls

Esquerra Republicana ha decidido qué va a votar en el referéndum sobre la Constitución europea. Josep Lluís Carod Rovira, presidente de la formación, explicó ayer que, después de un "largo, intenso y apasionado debate", los integrantes de la ejecutiva se inclinaron por el voto negativo, que sólo reconsiderarán si el Gobierno central adopta "gestos democráticos imprescindibles que modifiquen el marco institucional vigente". Esta misma semana, ERC pedirá una entrevista con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para hacerle llegar sus peticiones, entre las que figura el reconocimiento de la plurinacionalidad de España. Este compromiso podría plasmarse tanto en la reforma de la Constitución española como en los reglamentos que desarrollen la Constitución europea.

Carod matizó que no desea que su posición tenga connotaciones antieuropeístas. "Reafirmamos nuestra voluntad europeísta y en esto nadie nos puede dar lecciones", dijo. La dirección republicana evaluó las distintas alternativas, como el voto en blanco y el voto nulo, pero se acabó decidiendo por ese no condicional, que no quiere circunscribir sus peticiones a un asunto de lengua o meramente de simbología nacionalista. Los republicanos pretenden que el alcance de sus reivindicaciones contenga elementos sociales, medioambientales y económicos. La presencia catalana en la Unión Europea y la corresponsabilidad en la toma de decisiones del Gobierno español estarán entre las peticiones más firmes, según fuentes del partido que reconocen que durante años -en palabras de Carod- en Cataluña "ha habido una especie de euroingenuidad que hacía pensar que aquello que España no resolvía ya lo haría Europa". "Pues bien: Europa no resolverá nada que previamente no hayamos resuelto nosotros mismos en pacto con el Estado español", subrayó Carod. El presidente de Esquerra -que ayer compareció con la nueva ejecutiva de su partido- reivindicó el papel de Esquerra frente a las formaciones catalanas que nunca han condicionado su apoyo a un mayor reconocimiento en Europa.

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