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Mas aclara que en el congreso de Convergència habrá "más autoafirmación que autocrítica"

Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) inició ayer en L'Hospitalet de Llobregat su 13º congreso, el primero en la oposición después de 23 años ininterrumpidos al frente del Gobierno catalán. Los casi 2.000 delegados se pusieron de inmediato a debatir, a puerta cerrada, las cuatro ponencias congresuales. Un debate que en ningún caso, adelantó ayer Artur Mas, estará presidido por la autocrítica. "Autocrítica habrá en el informe de gestión, pero será equilibrada. Sobre todo habrá autoafirmación porque Convergència puede presentar más activos que pasivos", afirmó el secretario general en su comparecencia informativa. Su principal activo, insiste en proclamar, es su victoria en las elecciones autonómicas de 2003 en número de diputados, que no en votos.

Artur Mas habló con conocimiento de causa. En los más de 200 folios que ocupan las cuatro ponencias congresuales, tan sólo hay dos elementos destacables de autocrítica. Convergència asume su parte de culpa en su distanciamiento estratégico de Esquerra Republicana, por lo que apuesta por tender puentes con esta formación, y admite que gran parte de su desgaste electoral lo ha provocado su pacto con el Partido Popular. "Reconocer el error propio es el primer paso para recuperar la confianza del electorado", se sostiene en la ponencia.

La sesión de ayer los delegados la dedicaron al debate interno. Mas ni siquiera habló en el plenario. Lo hará por primera vez esta mañana en la presentación de su informe de gestión. Una labor que compartirá con Jordi Pujol -el líder que ganó las elecciones autonómicas seis veces consecutivas-, que realizará un balance de la historia de CDC, una tactica organizativa para evitar un eventual voto de castigo a Artur Mas. Pero a su entender, este extremo no se dará porque CDC puede presumir de "grandes activos". "Convergència tiene algunos motivos para reconocer algunas debilidades y carencias y no las tenemos que esconder. Pero somos conscientes de nuestros grandes activos", aclaró.

A tenor de lo manifestado ayer por Mas, los delegados no tienen motivos para castigar a la dirección. Y si los militantes están descontentos, ya se han encargado los presidentes comarcales de instruir a sus delegados y reclamarles su voto afirmativo a cada una de las propuestas que presente la dirección, incluida la nueva ejecutiva, en la que el secretario general ha renovado más del 60% de sus miembros.

Estos profundos cambios en la estructura organizativa no suponen, a juicio de Mas, que se haya "prescindido de nadie" o que se "quiera romper nada que sea esencial" para el proyecto convergente. Pero a continuación exhortó a los dirigentes excluidos de la nueva dirección a la "unidad en el proyecto" porque la ejecutiva supone "una síntesis de opiniones y sensibilidades". La ejecutiva, dijo el secretario general, será un reflejo de la diversidad de la sociedad catalana a la que CDC aspira convencer para recuperar el Gobierno. Con este objetivo, los convergentes afrontan este 13º congreso bajo el lema La nueva Convergència, para una Cataluña sin límites.

Volver a presidir la Generalitat no será una tarea fácil, reconoció Mas. Para ello CDC intentará primero consolidar su propio espacio electoral, esquilmado en las últimas citas con las urnas, y posteriormente superarlo e ir a la conquista de otras bolsas de votantes.

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