_
_
_
_
_
Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Ocho mujeres

La eterna y vana discusión sobre la existencia de una mirada y un modo de crear genuinamente femenino es el trasfondo de la exposición Labios de Penélope, que reúne a ocho artistas con inquietudes y métodos de expresión muy distintos y que, aparentemente, sólo están relacionadas por su condición de mujeres. Sin embargo, ninguna de ellas parece interesada en una temática típicamente femenina y la visión de conjunto nos ofrece una pluralidad de lenguajes y formas de expresión que son la mejor muestra de superación de la inevitable dicotomía masculino/femenino también presente en el mundo del arte.

Todo esto no obsta para que alguna de las artistas que participan en la muestra utilice la representación del cuerpo de la mujer como iconografía y signo de identidad próximo a la antropología cultural. Así, la lucense Ana de Matos enfatiza la feminidad con elementos como el tejido que utiliza de soporte, mientras que la sevillana Ana Soler utiliza la horma de zapatos de tacón para crear objetos escultóricos de gran potencia creativa.

LABIOS DE PENÉLOPE

Galería C5 colección

Travesa da Universidade, 1

Santiago de Compostela

Hasta el 3 de julio

Por otra parte, en los cuadros con representaciones de cajas de cartón de la francesa Anne Heyvaert nos acercamos a una artista muy ocupada en descubrir sentimientos y significados aparentemente ausentes de los objetos representados. El papel habitual de los paisajes y naturalezas muertas queda suplantado por objetos cotidianos que transmiten texturas, pliegues, veladuras, manchas, etcétera. Marta Prieto se decanta por congelar un instante de tiempo en bolas de resina donde representa a distintas mujeres a través de objetos personales.

En una perspectiva totalmente diferente, Marina Núñez trata de buscar en sus obras la identificación del espectador con unos personajes que despiden una gran dosis de seducción. La rotundidad de sus cuadros contrasta abiertamente con otras propuestas cuasi minimalistas y no duda en utilizar el cuerpo femenino como un instrumento de denuncia, de repulsión y atracción al mismo tiempo. Sus obras son el punto final en el recorrido de una exposición que comenzaba de forma muy distinta, con los textos de marcado carácter escultórico de la vizcaína Yolanda Herranz que aluden al lema de la muestra. La mítica Penélope vuelve para expresarse esta vez a través de las obras de ocho artistas.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_