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Los buzos encuentran el pecio de 'O Bahía' y buscan en su interior los cadáveres que faltan

El Gobierno ofrece a los familiares "todos los mecanismos del Estado" para el rescate

Ya no queda esperanza, sólo el consuelo de arrebatar al mar los cinco cadáveres que faltan. El equipo de buzos trasladado a la Costa da Morte (A Coruña) desde Alicante logró identificar ayer, a unos 50 metros de profundidad, el pecio del pesquero O Bahía, que se hundió el miércoles con sus diez tripulantes en las proximidades de las islas Sisargas. Cinco cadáveres han sido recuperados, y los restantes se supone que están atrapados en el casco del buque. Los escafandristas tienen previsto iniciar hoy las inmersiones para inspeccionar el pecio y buscar los cuerpos, una operación muy compleja, para la que el Gobierno comprometió ayer "todos los mecanismos del Estado".

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Desde los alrededores de Vigo, donde vivían los marineros del pesquero O Bahía, hasta Corme, en la Costa da Morte, uno de los centros de las operaciones de rescate, hay unos 150 kilómetros por carretera que los familiares de los desaparecidos volvieron a recorrer ayer en autobús para seguir los rastreos sobre el terreno.

Los familiares temen que el impacto de la tragedia se una a varios días de "sinvivir", como expresaba ayer uno de ellos, ante las dificultades para recuperar los cadáveres. Dar descanso en tierra a las víctimas de los naufragios es un deber en el código de los marineros y se suele convertir en una obsesión para los familiares, cuyo sentimiento de pérdida se acentúa si no recuperan los cuerpos de los suyos.

Los más allegados a los marineros del O Bahía no son una excepción. Encerrados en la Casa del Mar de Corme, tratando de esconder su dolor a la curiosidad periodística, los familiares ruegan a todas las autoridades que les visitan para que no cejen en la búsqueda de los cuerpos. Algunos de ellos, con larga familia marinera, ya han pasado por otros trances similares, y esa proximidad a la tragedia les infunde una "entereza de ánimo" especial, según resaltó uno de los psicólogos de la Xunta de Galicia que les está prestando asistencia.

Los familiares son conscientes de las dificultades para rescatar los cuerpos si, como se sospecha, los marineros quedaron atrapados en el casco del buque sin tiempo a reaccionar tras el brutal golpe de mar considerado como la causa más probable del fulminante hundimiento.

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A menos profundidad

Las imágenes del pecio que tomó el sónar con que cuentan los buzos de Alicante parecen indicar que los restos del O Bahía están a menos profundidad de la prevista en un principio, unos 50 metros en lugar de los 70 calculados por los pesqueros que el pasado jueves localizaron el lugar exacto del naufragio siguiendo el reguero de gasoil que dejó el buque.

A esa distancia de la superficie los submarinistas tienen grandes dificultades para trabajar. Únicamente pueden permanecer unos minutos, la luz es escasa y en la Costa da Morte actúan muchas corrientes profundas. El aparejo de pesca que llevaba el barco pesquero también puede dificultar la operación de rescate, y las condiciones del mar siguen sin ser las óptimas, a pesar de que en tierra ya reina el verano.

Los buzos tienen previsto comenzar hoy las inmersiones que los familiares esperan con impaciencia y un punto de escepticismo mezclado con la desolación que les embarga. En los corrillos de los marineros se especulaba con las posibilidades de éxito, y algunos proponían otras soluciones, como reflotar el barco entero.

"El barco está justamente en el límite de las posibilidades para actuar", advirtió el presidente de la Xunta, Manuel Fraga. Aunque rodeados de cautelas, los gobiernos gallego y central se han comprometido a "no escatimar esfuerzos".

La ministra de Agricultura y Pesca, Elena Espinosa, lo reiteró tras visitar las capillas ardientes de cuatro de los fallecidos en el tanatorio de Redondela (Pontevedra), donde vivían la mayoría de las víctimas. "Pondremos todos los mecanismos del Estado para resolver el rescate lo más rápido posible", declaró la ministra. Espinosa enfatizó que la prioridad será buscar una solución que no demore la angustia de los familiares.

La ministra se ha volcado personalmente en la operación. Desde que ocurrió el naufragio, se ha instalado en Galicia para seguir los trabajos de cerca. Espinosa, residente en Vigo desde hace años, conocía al patrón del pesquero O Bahía, Hermindo Castro Veiga, a quien había tratado cuando ella era la presidenta del puerto. "Son horas muy tristes para todos, pero hay que aguantarse y trabajar", respondió a los periodistas que se interesaron por sus sentimientos personales.

Funeral

Al funeral por las víctimas que se oficiará hoy en Redondela asistirá también la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, a quien la tragedia sorprendió con una vista programada a Galicia, donde ayer anunció un fondo de 160 millones de euros para paliar los daños ocasionados por la catástrofe del Prestige y prometió "mejorar" el Plan Galicia de inversiones.

Dos guardias civiles y varios vecinos observan a las lanchas de Salvamento.
Dos guardias civiles y varios vecinos observan a las lanchas de Salvamento.EFE

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