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Reportaje:FUERA DE RUTA

Arte celestial a la intemperie

Valiosos murales exteriores en los monasterios rumanos de Bucovina

El viaje desde Bucarest hasta Bucovina se hace excesivamente largo, a pesar de que la carretera es amplia y está en buen estado. La ruta atraviesa una inmensa llanura de campos de cultivo, lo que provoca que en esta zona los pueblos -el 45% de la población rumana vive en un entorno rural- se sucedan a lo largo de la carretera casi sin interrupción. Peatones, bicicletas, carros tirados por caballos, vacas, perros, gallinas, ocas y decrépitos coches que arrastran pequeños remolques colmados de hortalizas se suman a un tráfico ya intenso y convierten la conducción en algo convulso y desesperante.

La llegada a los Cárpatos orientales, ya en Bucovina, transforma el paisaje y la fisonomía de los pueblos. Las grandes extensiones de la meseta dan paso a montañas poco elevadas y de laderas suaves, cubiertas de extensos bosques de hayas, cuya densidad hace que la visión se vuelva borrosa al contemplarlos. Un entorno singular en el que se concentran, además de los monasterios de Voronat, Humor, Moldevita, Sucevita y Arbore, un importante número de cenobios construidos en el siglo XV para tratar de estimular la fe y el patriotismo de los campesinos guerreros en una época en la que Moldavia, de la que forma parte Bucovina, era un permanente campo de batalla al encontrarse en medio de dos poderosos enemigos: los imperios cristiano y otomano. En la actualidad, estos centros religiosos están abiertos al culto.

Una visita previa al convento de Neamt, en los alrededores de la localidad de Tirgu Neamt, ayuda al viajero a familiarizarse con las peculiaridades del arte bizantino de los monasterios pintados. Fundado por el príncipe (voivoda) Esteban el Grande en 1497, este centro religioso tiene la mayor iglesia construida en Moldavia en la Edad Media, y en sus paredes de ladrillo visto, decoradas con mosaicos, aún se pueden apreciar restos de frescos, especialmente en las cenefas próximas al tejado.

Colores extraordinarios

En un radio de pocos kilómetros en torno a la ciudad de Suceava se encuentran los cinco monasterios cuyas pinturas murales -exteriores e interiores- llevaron a la Unesco a declararlos patrimonio de la humanidad. Pese a sus diferencias de tamaño, estructura y emplazamiento, los cinco presentan señas de identidad comunes. El Juicio Final, el árbol genealógico de Cristo, la Creación, escenas de la Biblia y episodios de la vida de san Nicolás son los motivos que más se reproducen. Pero cambia el color. Cada convento tiene el suyo propio: Voronat, el azul; Sucevita, el verde; Moldevita, el dorado; Humor, el rojo ladrillo, y Arbore, que es el peor conservado, el granate y el verde. La disposición secuencial de las pinturas, por franjas y en pequeñas viñetas, que trataban de facilitar la comprensión de los mensajes, también es una constante.

Pese a la unidad temática, cada monasterio destaca por alguna obra. En la fachada occidental de Voronat sorprende el mural del Juicio Final. Cientos de personajes parecen moverse sobre un fondo azul desgarrado, a la derecha, por la herida roja del camino por el que se precipitan los condenados al infierno, entre los que figuran papas, otomanos y armenios.

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La escalera de las virtudes, en el muro norte del monasterio de Sucevita, representa una de las rarezas más espectaculares de la pintura medieval rumana. Un grupo de ángeles dispuestos en filas sesgadas protegen a las almas que suben por el lado derecho de la escalera, mientras que por el izquierdo van cayendo a un caótico infierno los condenados, semidesnudos o vestidos con harapos. Unos terroríficos demonios, pintados de verde y con un rostro adicional en el vientre, van dando cuenta de ellos.

En Moldevita destaca la perfección, casi narrativa, de las escenas que representan su Árbol de Jesé, la genealogía del Redentor. Una cosmogonía del cristianismo en la que aparecen reflejados más de cien personajes. En Humor sobresale un fresco tanto por su calidad como por la falsedad de lo que relata. Se trata del sitio de Constantinopla, donde aparece pintada la derrota de los turcos en lugar de su victoria. Es una pena que el mal estado de conservación de Arbore impida apreciar con nitidez algunos rasgos innovadores de sus pinturas murales, con edificios en perspectiva y técnicas similares a las de las miniaturas.

GUÍA PRÁCTICA

Cómo llegar

- La ciudad de Suceava se sitúa a 440 kilómetros al norte de Bucarest.

- Tarom (915 64 18 83) vuela directo a Bucarest desde Madrid. En junio y octubre, desde unos 380 euros.

- Iberia (902 40 05 00), directo desde Madrid, desde 385 euros más tasas.

- Lufthansa (www.lufthansa.es, y

902 22 01 01), a Bucarest vía Alemania, hasta finales de junio, 229 más tasas.

Información

- Turismo de Rumania en España (914 01 42 68, y www.rumaniatour.com).

- www.mtromania.ro.

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