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Entrevista:Micaela Navarro | Consejera para la Igualdad y Bienestar Social | NUEVO GOBIERNO

"Tengo un máster en hacer oposición"

Micaela Navarro se ha curtido en tareas orgánicas, salvo el periodo que ocupó una concejalía en Andújar (Jaén), su pueblo. Con su entrada en el Gobierno andaluz tendrá la oportunidad de llevar a la práctica medidas que ha diseñado desde la oposición, donde armó el cuerpo de la futura ley integral contra la violencia hacia las mujeres. Andalucía también tendrá su propia legislación, como figuraba en el programa electoral socialista.

Pregunta. Lleva años diseñando programas alternativos en favor de la igualdad, ahora podrá llevarlos a la práctica. ¿Qué será lo primero?

Respuesta. Tengo un máster en hacer oposición. He pasado ocho años en Madrid haciendo propuestas, la que mayor alegría me produce en este momento es que, después de cinco años trabajando codo con codo con asociaciones de mujeres, la ley integral contra la violencia de género sea la primera que ha ido al Consejo de Ministros, es una gran satisfacción. También he tenido la experiencia de desarrollar en el ayuntamiento políticas en temas sociales durante cinco años que me tiene que servir para aportar otra visión. Se legisla con la mejor voluntad, pero en el día a día y en el ámbito donde viven las personas, a veces son más eficaces que otras. Esa experiencia diaria y cotidiana de ponerle nombre, cara y apellido al problema que tú quieres resolver ante una iniciativa política me tiene que servir para que sea cada vez más eficaz.

"Las políticas sociales terminan siendo las mejores políticas de igualdad"
"El Gobierno estatal no estaba dispuesto a atender reivindicaciones legítimas de Andalucía"

P. En el programa autonómico del PSOE figura una ley integral contra la violencia sexista dentro de las competencias propias. ¿Se mantendrá o, ahora que el Gobierno aprobará la ley integral, no la ve necesaria?

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R. Sí se va a mantener, entre otras cosas porque gran parte del contenido de la ley integral estatal es competencia autonómica. Está bien que se legisle a nivel estatal porque establece unos mínimos obligatorios, iguales para todas las comunidades, pero en Andalucía se va a mantener esa iniciativa. Otra cuestión fundamental es seguir desarrollando los derechos individuales de la familia, el de los menores a tener una plaza en una escuela infantil de cero a tres años o el de los mayores a tener desde teleasistencia a centros de día que repercuten de forma clara y directa en algo que a veces se nos olvida y es que las mujeres puedan ser más autónomas a la hora de encontrar un empleo y competir en igualdad de condiciones. Las políticas de igualdad no son políticas sociales, pero las políticas sociales terminan siendo las mejoras políticas de igualdad.

P. ¿Cuántas generaciones han de pasar hasta que los malos tratos sean hechos minoritarios?

R. Me gustaría que fueran las menos posibles, pero la inercia del tiempo no va a corregir esa problemática. La prevención es fundamental y nada mejor que la educación. Hay que poner en marcha medidas de atención y seguridad a la mujer que está sufriendo esa violencia, pero hay que trabajar también para ir erradicando las causas. La primera es la subordinación histórica de las mujeres respecto a los varones, que va más allá de la dependencia económica. Espero actuar con el mayor consenso político y social posible, presumo que todos tenemos el mismo objetivo y la misma preocupación. Detrás de cada mujer maltratada hay unos menores que están sufriendo esa violencia, de forma directa o indirecta, pero que les está marcando para toda la vida.

P. La integración del IAM en esta consejería, ¿significará algún cambio?

R. Lo único que importa son las personas a las que van dirigidas las políticas, que sea lo mejor para que las mujeres tengan cada día más posibilidades de forma rápida y eficaz de incorporarse al mundo del empleo y de no sufrir violencia. De la misma forma lo único que me preocupa cuando hablamos de políticas de juventud son los jóvenes, con los que quiero contar de forma estrecha para trabajar de cara al futuro.

P. Algunas actuaciones en materia de menores fueron polémicas en los últimos años. ¿Se plantea revisar algunas políticas?

R. Sólo voy a dar un mensaje, yo soy madre por encima de todo, he sido concejal y a veces he tenido que tomar la decisión última, siempre basada en informes técnicos, de retirar la tutela de unos menores. Cuando te pones en la perspectiva, no sólo de responsable política, para tomar esa decisión, no puedes olvidar que eres madre, pero como madre lo que más me preocupa son mis hijas y como responsable política lo que me va a preocupar por encima de cualquier otra cosa es el bienestar de los menores.

P. ¿Le quita el sueño algún colectivo en concreto?

R. Procuraré trabajar en equipo para de forma egoísta repartir la falta de sueño, todos somos eslabones de la misma cadena. Hablamos de temas en los que la gente no sólo viene a su puesto de trabajo, si no que tiene que haber un compromiso y una implicación, porque tratamos con temas muy sensibles y que afectan de forma más directa a las personas. Me quitan el sueño muchas cosas, la violencia de género, la falta de expectativa de los jóvenes o que los mayores no disfruten de lo que se merecen, pero lo que más me quita el sueño es el tema de los menores.

P. Desde este departamento ha habido enfrentamientos con el Gobierno estatal por la subida de las pensiones asistenciales o no contributivas y también quejas por la falta de recursos para aplicar la Ley de Responsabilidad Penal del Menor. ¿Qué será lo primero que reivindique al Gobierno?

R. Voy a reivindicar, como hemos venido haciendo hasta ahora. Lo que está muy claro es que hay enfrentamiento cuando alguien quiere que lo haya. El Gobierno estatal no estaba dispuesto a atender las reivindicaciones legítimas que el Gobierno de la Junta de Andalucía hacía y eso lo vamos a seguir haciendo. No habrá confrontación o sí, pero entiendo que no la va haber porque el Gobierno sabe que estamos reivindicando derechos de los andaluces. La Ley Penal del Menor puede servir de símbolo. Se hizo a nivel estatal y se derivó a las comunidades autónomas para que cada una con sus medios pusiera en marcha los recursos necesarios. Me parece injusto, no se pueden hacer así las cosas porque va en detrimento de los menores y de las personas a las que teóricamente queremos proteger con esa ley.

P. ¿Sería partidaria de que se replantease la asignación de recursos?

R. Es una cuestión que hay que ver. Ahora lo vamos a poder hacer sin que nadie entienda en ningún momento que la reivindicación que se hace es una confrontación porque nunca se ha planteado en esos términos.

P. ¿Es partidaria de delegar más competencias sociales a los ayuntamientos por su cercanía a los colectivos destinatarios?

R. Tengo mi propia visión. Primero fui concejal. Es una de las cuestiones que hay que ver despacio, hay políticas que hay que ir poquito a poquito para ver a qué nivel se llega de descentralización. Espero que cuando pasen los cuatro años podamos llegar a la conclusión que los pasos fueron acertados. No se llega más lejos por correr más, si no por tomar el camino adecuado, para eso a veces hay que pararse dos minutos, pensar, asesorarse y preguntar y yo no tengo ningún problema en ese sentido. El diálogo con las instituciones tiene que ser permanente.

P. En el programa socialista se preveía crear una secretaría general de la igualdad, pero finalmente el presidente andaluz ha elevado el rango al máximo con la creación de la consejería. ¿Sabe por qué?

R. Si se mira un poquito lo que ha venido pasando en la anterior legislatura no ha sido una apuesta del presidente de poner mujeres en política, si no de ir dando espacios de poder para que puedan hacer esa política, pero para mí lo importante no es cuantas iniciativas se pongan en marcha si no con que dotación presupuestaria cuenta cada medida. Si vemos eso nos damos cuenta que la apuesta del presidente es clara y rotunda para que hombres y mujeres tengamos las mismas oportunidades para demostrar nuestra capacidad para dirigir o estar al mismo nivel que están los compañeros en el Goberno. El hecho de que se le dé el mismo rango es lo suficientemente claro para ver que el presidente ha apostado desde hace mucho tiempo, si no hubiera hecho esa apuesta hace mucho tiempo no tendría un Gobierno ahora con más mujeres que hombres.

De estirpe jornalera

Micaela Navarro tiene el mérito de las personas que se labran la biografía a fuerza de batallar contra las circunstancias y la adversidad. La nueva consejera nació en 1956 en una familia de jornaleros en Andújar (Jaén), a cuya economía contribuyó en algunas ocasiones bregando sus propios jornales entre campos de algodón y olivares.

Para ir a la escuela, hasta los 10 o 12 años, tenía que caminar a diario seis kilómetros a la ida y otros tantos a la vuelta. Dejó de estudiar poco después, pero la consejera se distingue por facultades que no se adquieren en las aulas como la tenacidad, como evidencia el que, después de tener dos hijas, superase las pruebas de acceso a la Universidad para mayores de 25 años desde un centro de educación de adultos de Andújar, se matriculase en Graduado Social y se lanzase al movimiento vecinal en su barrio que la acabaría empujando hacia la política y a afiliarse al PSOE en 1991.

Su primer cargo institucional fue el de concejal de Andújar, donde más de una noche salió de la cama para intervenir ante un caso de malos tratos. En 1996 logró un escaño en el Senado y, un año después, entró en la ejecutiva federal del PSOE en el 34º congreso como secretaria de Participación de la Mujer arropada por Manuel Chaves.

Fue una de las cuatro personas que siguieron en la dirección socialista tras la elección de José Luis Rodríguez Zapatero como secretario general en 2000. En los comicios pasados encabezó la lista de Jaén al Congreso, a cuyo puesto ha renunciado esta misma semana. En su lugar accederá al hemiciclo la teniente de alcalde de Vílches, Antonia Martínez Higueras.

La nueva consejera compaginará su responsabilidad con la secretaría federal de la Igualdad del PSOE hasta junio, cuando pondrá fin definitivamente a una etapa de ocho años. Está entusiasmada con el reto andaluz y apenada por el adiós madrileño. Por todo ello, esta semana, al llegar a su agrupación socialista de Andújar, se emocionó y rompió a llorar en público. Y con ella lloraron algunos de sus compañeros e incluso algunos periodistas.

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