El partido de Mandela controla los dos tercios del nuevo Parlamento
Thabo Mbeki afirmó ayer -al celebrar el logro del 69,64% de los votos en las elecciones suráfricanas y el control, por primera vez desde la instauración de la democracia, de los dos tercios del Parlamento-, que la victoria de su partido se debe a que el pueblo confía en que el Congreso Nacional Africano (CNA), fundado por Nelson Mandela, solucionará los problemas del paro y el sida. "No debemos permitir que este apoyo nos lleve a una actitud de arrogancia", dijo Mbeki durante un discurso en Johanesburgo. Miles de seguidores corearon y aplaudieron cada una de las frases de su líder.
El presidente surafricano despejó los temores de que el CNA quiera cambiar la Constitución durante una reunión con periodistas. En varios países del sur de África algunos dirigentes de las luchas de liberación, una vez logrado el poder, han cambiado la Constitución en su favor, como es el caso de Robert Mugabe, en Zimbabue, y Sam Nujoma, en Namibia.
El CNA no logró obtener la codiciada provincia de Kwa Zulu-Natal, donde el partido nacionalista zulú gobernará gracias a su unión con la Alianza Democrática (AD), segundo partido nacional con el 12%. Tampoco consiguió la mayoría necesaria para gobernar solos el Cabo, pero allí una alianza con el Nuevo Partido Nacionalista les permitirá también controlar esta importante región.
Mbeki, cuya campaña tuvo por lema "una mejor vida para todos", prometió que el CNA cumplirá sus promesas a la mayoría de la población negra, la que reiteró su confianza al partido que los liberó del apartheid, a pesar de que el desempleo, según cifras oficiales, aumentó al 30%.
La economía más grande del continente africano crece a un ritmo del 3% anual, pero las diferencias en los ingresos son una de las más altas del mundo y la pandemia del sida alcanza a uno de cada nueve habitantes.
Mbeki prometió generar un millón de empleos con un plan parecido al que Estados Unidos utilizó para superar la depresión de los años veinte y con los que sirvieron para reconstruir Europa tras la II Guerra Mundial, destinando unos 15.000 millones de euros en obras públicas.
