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Izpisúa y Bernat Soria pugnan por el control médico de las células madre

Dos nuevos centros en Barcelona y Sevilla aspiran a gestionar la medicina regenerativa

Javier Sampedro

El PSOE, que siempre apoyó desde la oposición la investigación con células madre, ha heredado del PP un conflicto que enturbia el futuro de esas líneas experimentales. La Junta de Andalucía quiere rentabilizar su actitud pionera llevándose el centro de referencia, con Bernat Soria al frente. Pero el gran fichaje que el PP contrapuso a la iniciativa andaluza, el investigador del Instituto Salk de California Juan Carlos Izpisúa Belmonte, quiere hacerse con el control desde Barcelona, única vía, según él, para que España entre en una red internacional que está promoviendo el Salk.

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El PSOE lo ve prioritario

Bernat Soria, director del Instituto de Bioingeniería de la Universidad Miguel Hernández, en Alicante, ha sido una figura central en la polémica sobre las células madre embrionarias que se ha desarrollado en la última legislatura. En julio de 2001 fue el primer científico español que proclamó su intención de investigar con ese material obtenido de embriones humanos, para buscar un tratamiento contra la diabetes. El Gobierno del Partido Popular le advirtió que ese trabajo constituiría una "infracción grave", y el científico tuvo que trasladar su proyecto a Singapur.

Unos meses después, la Junta de Andalucía ofreció a Soria espacio y financiación para el proyecto, y promulgó una ley autonómica para permitir las investigaciones. El Gobierno recurrió la ley andaluza ante el Tribunal Constitucional, pero al mismo tiempo empezó a aflojar su cerrazón inicial sobre el fondo de la cuestión y promulgó su propia reforma legal, que autorizaba la investigación con células madre, aunque con muchas restricciones.

Y la ministra de Sanidad, Ana Pastor, viajó a California para fichar a Izpisúa Belmonte, un líder mundial de la biología del desarrollo.

Centro Nacional

La reforma legal del PP incluía la creación de un Centro Nacional de Trasplantes y Medicina Regenerativa para coordinar las investigaciones españolas con células madre. Y la negociación de Pastor con Izpisúa conllevaba la creación de un Centro de Medicina Regenerativa que permitiría el regreso del científico a España.

El pasado 25 de marzo, 11 días después de las elecciones generales, Pastor -ya como ministra en funciones- y la consejera catalana de Sanidad, Marina Geli, firmaron el convenio para crear el Centro de Medicina Regenerativa, que dirigirá Izpisúa y se ubicará en el Parque de Investigación Biomédica de Barcelona. A pesar de que la Generalitat catalana era uno de los firmantes, este convenio sentó mal en medios socialistas.

El resultado, impredecible hace tan sólo un mes, es que Bernat Soria e Izpisúa Belmonte se encuentran en la actualidad al frente de dos buques en trayectoria de colisión: un nuevo laboratorio que Soria dirigirá en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla y el Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona.

Según fuentes próximas a ambos científicos, el problema de fondo es quién se hace con el control de las aplicaciones médicas de las células madre, un campo que atraerá sin duda fuertes inversiones en los próximos años, y en el que la élite de la biomedicina estadounidense necesita extender redes internacionales para sortear los vientos políticos adversos que la Administración de George Bush, muy atenta a los dictados del ultraconservadurismo religioso, ha hecho soplar para las investigaciones con material embrionario.

El Instituto Salk de California está en avanzadas conversaciones para formar una red de investigación con células madre embrionarias, en la que entrarán la Universidad de Harvard (Boston), la de Columbia (Nueva York) y una institución japonesa. Izpisúa puede tener en su mano que España entre a formar parte de esa red.

Pero lo que España puede vender mejor en este terreno no es investigación básica, sino aplicaciones clínicas. La Organización Nacional de Trasplantes es un referente mundial, y la reforma legal del PP prevé extender ese modelo de gestión a los futuros trasplantes de tejidos obtenidos de células madre.

Red internacional

Según mantiene Izpisúa, la red internacional en ciernes se mostraría interesada en aprovechar la situación española para dar salida clínica a sus investigaciones.

Los científicos relacionados con el proyecto andaluz admiten que la idea de Izpisúa y Pastor -una red española descentralizada de laboratorios dedicados a las células madre, situados en Cataluña, Andalucía y otras comunidades interesadas- es adecuada, al menos sobre el papel. Tampoco ponen objeción alguna a que Izpisúa dirija en Barcelona un centro dedicado a la biología del desarrollo, con líneas prioritarias en células madre.

El problema no es dónde se pongan los bancos de células -puede haber uno en cada comunidad interesada-, ni dónde se haga la investigación básica -cuanta más, mejor-. El problema consiste ahora en quién controla las aplicaciones clínicas.

El científico español Bernat Soria.
El científico español Bernat Soria.ULY MARTÍN / TANIA CASTRO
El científico español, Juan Carlos Izpisúa
El científico español, Juan Carlos Izpisúa

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