Kirchner alerta a los militares argentinos contra el golpismo y pide perdón a las víctimas
El presidente anuncia que creará un museo en el mayor centro de torturas de la dictadura
A los militares les pidió "nunca más" un golpe de Estado para "subvertir el orden institucional". A las víctimas les pidió perdón "en nombre del Estado nacional, por la vergüenza de haber callado durante 20 años de democracia tantas atrocidades". En una jornada histórica, el presidente argentino, Néstor Kirchner, aprovechó ayer el 28º aniversario del golpe de Estado que instauró la última dictadura militar en Argentina para hablar en dos actos consecutivos ante los verdugos y las víctimas de un régimen que segó la vida de 30.000 personas.
El gobernante anunció la creación del Museo de la Memoria en el recinto de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), que durante la dictadura fue el mayor centro clandestino de detención y tortura, por el que pasaron 5.000 opositores. Las puertas de la ESMA se abrieron ayer a la población, 28 años después del sangriento golpe. Miles de argentinos acudieron a escuchar a su presidente, que, en un gesto sin precedentes, aspira a cerrar la herida de la dictadura. "No hay rencor ni odio. Lo que nos guía es la justicia y la lucha contra la impunidad", dijo.
El acto estuvo cargado de emoción. Hablaron dos jóvenes, hijos de desaparecidos nacidos en cautiverio en la ESMA, que reclamaron que vayan presos "a una cárcel común con cadena perpetua todos y cada uno de los torturadores, asesinos, secuestradores y apropiadores de bebés", dijo María Isabel Greco, representante de la organización Hijos. Habló el jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Aníbal Ibarra, que aseguró que ha terminado "la época del país-cuartel en la que se daban hectáreas y hectáreas a las instituciones militares". Y habló también la actriz Soledad Silbeyra, que leyó un poema de Ana María Ponce, amiga personal de Néstor Kirchner, secuestrada en julio de 1977 por efectivos de la Armada, y que fue vista por última vez en febrero de 1978 detenida en la ESMA. Cerraron los actos los cantantes Joan Manuel Serrat, León Gieco y Víctor Heredia.
Retirada de retratos
Los actos del 28º aniversario del golpe comenzaron con un gesto del presidente que ha provocado tensión en las filas militares y el pase a retiro voluntario de cuatro generales, en señal de protesta por la retirada de los retratos de los generales Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone, que presidieron la primera y última junta militar de la dictadura, del patio de honor del Colegio Militar. Los dos generales habían sido directores de dicha institución. Fue el actual jefe del Ejército, Roberto Bendini, el encargado de subir a la escalera y quitar los retratos, ante la mirada del presidente y la frialdad de todos los presentes.
En su discurso a los uniformados, Kirchner dijo que aquel gesto marca "definitivamente" la clara posición de todo el país, de las Fuerzas Armadas y del presidente, "de terminar con esa etapa lamentable". Le escuchaban el Gobierno en pleno, la cúpula del Ejército y una formación de soldados. Aseguró que "la retirada de los cuadros marca un punto de inflexión", y concluyó con un llamamiento solemne: "Que el 24 de marzo se convierta en la conciencia viva de los argentinos de lo que no tiene que repetirse, y para que las armas que ustedes portan nunca más sean dirigidas contra el pueblo".
La decisión de convertir la ESMA en el Museo de la Memoria ha provocado malestar en los integrantes de la Marina y en las filas del oficialismo peronista. Las declaraciones de Hebe de Bonafini, presidenta de una de las dos ramas de la agrupación Madres de Plaza de Mayo, que amenazó con no acudir al acto de ayer si estaban presentes los gobernadores del Partido Justicialista (PJ, peronista) sentaron muy mal en las filas del partido del Gobierno. Varios gobernadores, algunos de ellos encarcelados por la dictadura, publicaron una carta abierta en varios medios en la que subrayan que "el Nunca Más se construye con grandeza, entre todos, sin olvido, pero también sin odios ni resentimientos".
Gobernadores y dirigentes del PJ reprochan al presidente la organización del acto de la ESMA y de buscar protagonismo al preferir aparecer en la tribuna rodeado sólo de las organizaciones de derechos humanos, sin partidos políticos. Estela Carloto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, señaló que el gesto del Gobierno de abrir la ESMA "es un hecho histórico de trascendencia nacional e internacional", y expresó su confianza en que nada empañara "un acto sagrado", en el que "abuelas, madres y familiares de las víctimas van a estar recorriendo el campo de concentración y exterminio".
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