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IDA y VUELTA
Columna
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Garrotín al Fòrum

Mireia Mena, Gemma Pla y Lurdes (con u) Rimalló forman el grupo ampurdanés De Calaix. La revista Folc les ha concedido el premio al mejor disco del año por Pantone 1505, su primer trabajo. Si yo fuera el jefe de actuaciones del Fòrum 2004, las contrataría para spots promocionales en los que cantarían readaptaciones de temas tradicionales y experimentos de espontaneidad melódica. Pero De Calaix tiene un problema: son de aquí, cantan en catalán y además sonríen, lo cual dificulta su acceso a un mercado en el que abundan artistas de engreimiento lúgubre aunque, eso sí, tope políglota. No obstante, si alguien me preguntara de qué modo fácil y rápido se les puede contar a los visitantes la banda sonora antropológica de nuestro país, lo dejaría en manos de De Calaix y de sus numerosos maestros, amigos y colegas. ¿Cómo se les reconoce? Nunca salen en televisión y muy poco en la radio, porque es más importante promocionar el último mitin rimado de Ismael Serrano o las piruetas latinas de David Bisbal que dar voz a este activo sector de nuestro universo musical.

Cita con las De Calaix en un bar. No estoy acostumbrado a tanta compañía femenina y me cuesta situarme entre seis ojos, tres bocas y unas manos que gesticulan, tan expresivas como sus sonrisas. Se acerca el camarero. Mena pide una ratafía y el camarero dice: "¿Mande?". Barcelona, ya se sabe, acoge el Fòrum y, por tanto, no tiene por qué conocer las bebidas autóctonas. Hablamos de la canción improvisada y sus seguidores. Se trata de reciclar, compartir y dar a conocer tradiciones orales, como el garrotín, la jota, la cançó de pandero y la nyacra. Al oír la palabra nyacra pongo cara de ¿mande? Es un palo de canción improvisada, en el que se juega con la rima, el humor o la actualidad. La etimología es dudosa. Según los expertos, nyacra es un vulgarismo extendido en Menorca que define el concepto lacra. También es, en el Empordà, el nombre de unas castañuelas formadas por cáscaras marinas. Las De Calaix me cuentan que se dice que, mientras los pescadores extendían sus redes, las mujeres entraban en el mar con las faldas arremangadas tocando las nyacres para atraer la atención de los peces. Sería una buena imagen para un vídeo: las De Calaix arremangadas en el mar y atrayendo tesoros procedentes de toda clase de naufragios musicales. Durante la conversación, descubro que existe un circuito activo de militantes de la canción improvisada. Lo Cor de la Carxofa, desde Sabadell, es uno de los epicentros, que centraliza información y la expande a través del Centre d'Estudis Carxofílics. En su fanzine se percibe un gran conocimiento del terreno. Glosadores menorquines, expertos vascos, zambomberos, garrotineros, joteros, practicantes de la corranda o defensores de la tradición del duelo de canciones, practicado desde las tierras del Ebro a las sociedades esquimales pasando por Gambia o Afganistán.

Los adeptos a esta afición montan costellades en las que uno tiene que llevarse la bebida. Es, también, una forma de integrar lo propio con lo que llega, ya que la improvisación permite a cada uno expresarse, ya sea para hablar de sexo (tema eterno, me dicen las De Calaix) o vehicular indignaciones políticas (el fanzine El Cor de la Carxofa incluye este garrotín: "I aquest garrotín dedico/ a l'alcalde socialista/ ostia, Valls, no hi ha qui et pari,/ cada dia ets més feixista"). ¿El circuito de las De Calaix? Pasa por el Cafè del Barri Vell de Figueres, la Taverna de l'Anxova en l'Escala, el Pica-pica de Roses, el Casal la Volta de Figueres y algunos rincones de Es Polla. ¿Y Barcelona? En obras, como siempre.

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