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Reportaje:OFERTAS DE EMPLEO

¿Qué harías si cae ácido sobre tu compañero?

La empresa de trabajo temporal Vedior da prácticas de riesgos laborales a sus empleados

Mozos de almacén en una empresa química. Apilan bidones con sustancias corrosivas. Uno de ellos, mal cerrado, se derrama sobre las piernas de un operario. ¿Qué debe hacer su compañero? Dos actores representan este supuesto y otros similares. Un monitor de primeros auxilios sale en su ayuda. Un médico especialista en emergencias le apoya. A su alrededor, 24 personas observan con atención. Son los ganadores de la primera edición del Raider de la Prevención y la Seguridad, certamen organizado por la empresa de trabajo temporal Vedior-Laborman para sensibilizar a sus trabajadores (más de 34.000 en 2003) sobre la necesidad de aprender a prevenir accidentes laborales y saber superar situaciones de riesgo.

Al curso de tres días fueron 24 profesionales seleccionados entre más de 34.000 por su formación, horas de trabajo y conducta

Las jornadas han tenido como base un hotel próximo a la sierra madrileña y han durado tres días. Entre las actividades, destacó una sobre seguridad en la conducción en el circuito del Jarama. No todos usan el coche en su empleo, pero sí lo hace la mayoría para desplazarse a su puesto. Desde Vedior han querido incluir esta actividad, conscientes de que los accidentes in itínere (en el trayecto al trabajo o de vuelta a casa) suponen un importante porcentaje del total: fueron 78.482 en 2002, según el Ministerio de Trabajo.

"Queríamos transmitir a nuestros trabajadores que la seguridad es algo que hay que interiorizar, que no sólo debe ponerse en práctica en el trabajo, sino que debe extenderse a la vida cotidiana, ya que en el fondo se trata de un talante, y si el chip de la prevención funciona en cualquier situación de la vida diaria necesariamente también funcionará en el trabajo", explica Fátima del Hoyo, directora de Calidad y Prevención de Vedior.

Las delegaciones de esta empresa de trabajo temporal seleccionaron a los 24 ganadores, entre 360 empleados que superaron la primera fase, mediante un proceso en el que se ponderaron sus cursos realizados, el número de horas trabajadas y su conducta, entre otras variables. Entre los participantes, desde personal técnico de laboratorio como Tània Guix, de Olot (Girona), hasta transportistas de naviera como Rafael Alejandro González, de Algeciras (Cádiz), pasando por empleados en maquinaria de construcción como Goyo León, de Zaragoza, o trabajadoras del metal como Pepi Monje, de Ermua (Vizcaya), ocupada en prensado y soldadura ("hoy en día son procesos muy automatizados", precisa para no transmitir la impresión de rudeza que se asocia a estas tareas, "aunque siguen saltando chispas y hay que esquivarlas").

"Esto es muy diferente a lo que había hecho hasta ahora", comenta Rafael, "porque al estar en una habitación con otras 20 personas tienes que abrirte, tienes que enterarte por fuerza, no es como una clase teórica o como leer un papel, que casi nadie se fija porque se cree que ya se lo sabe y luego, a la hora de la verdad, cuando hay un accidente, por tonto que sea, pasa lo que pasa". Ante el éxito de esta primera convocatoria, sus organizadores estudian darle continuidad el año próximo.

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