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Reportaje:

Broche en Perlas Majórica

Drasan toma el control de la empresa, que levanta la suspensión de pagos

Majórica, la marca de perlas artificiales y joyería que fue puntera y un buen negocio, afronta su historia de 115 años enredada en las vueltas de los collares y las crisis que le han atenazado en los últimos seis ejercicios, donde ha tenido cuatro gestores distintos.

Los nuevos hombres 'fuertes' de la marca perlera mallorquina son los consejeros de Drasan, Claude Ries y Yann Sandt
La firma deberá afrontar una drástica reducción de la plantilla, quizás hasta llegar al despido de la mitad de los actuales 425 empleados
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Operación 'confidencial'

La empresa mallorquina, que levantó la suspensión de pagos hace tres meses, tiene otro broche, un nuevo apoyo financiero y comercial: la sociedad Drasan, del grupo bisutero multinacional Saga, ha entrado como accionista de control y de gestión, al tomar la mitad del capital de la matriz de Majórica. La nueva propiedad predominante se sitúa en el seno de Line Invest XXI, el conglomerado de inversores catalanes liderados por el presidente de la Seda de Barcelona, Rafael Español, que en 2002 intentó reordenar Majórica y modernizar su producción. Español seguirá de presidente y su grupo no deja la aventura.

Los nuevos hombres fuertes de la marca perlera son los consejeros de Drasan, Claude Ries y Yann Sandt, que anticiparon a los comités de fábrica y tiendas en enero que el objetivo industrial es concentrarse en la producción vinculada a la perla artificial, con el abandono la gran factoría del núcleo urbano de Manacor -para la realización inmobiliaria del solar- y la construcción de una nueva planta en los suburbios.

"El corazón de Majórica son las perlas, y el nuevo socio, un grupo del mismo sector, será estratégico para el futuro de la entidad", sostiene la nueva dirección. La industria deberá afrontar una drástica reducción de la plantilla, quizás hasta el despido de la mitad de los actuales 425 empleados. En el último año ha habido un goteo de bajas y jubilaciones, tras no aprobarse un expediente de regulación de empleo (ERE) de 145 plazas. Majórica, en 2002 tenía 625 trabajadores y dos décadas atrás tuvo más de 1.000. La crisis y la caída de ventas se atribuye al fiasco por el 11-S, las nuevas modas y el envejecimiento de los diseños, unido a un anquilosado proceso productivo y el bloqueo de la gestión comercial y el marketing.

Plan industrial

"Cada mes los empleados han cobrado y cada día se ha trabajado en la fábrica y tiendas", se indica desde el equipo de Rafael Español, que asumió Majórica con una deuda de 42 millones de euros, de los que 30 millones correspondían a un crédito del Santander. Español logró levantar la suspensión de pagos tras un año y medio de presión ante ese banco, que, como el resto de acreedores, rebajó a la mitad el montante de su crédito y aplazó hasta cinco años el cobro.

El empresario catalán supuso que en cinco años reactivaría la empresa mediante "un plan industrial". Majorica hace un lustro que está en pérdidas. Los accionistas vinculados a Español en Line Invest van a quedar en un papel secundario: Josep Sardà era consejero delegado, y Alfredo Coco, director general. Entre los inversores y ex consejeros están Macià Alavedra, Pere Andrés, Albert Costafreda, Rafael Tous Godia, José María Xercavins, Josep Crehueras, Antonio Zaforteza Rodés y Sandro Podini.

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