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Trufas gigantes y 'sushi' latino

Rosa Rivas

Madrid Fusión 2004 ha sido la cumbre gastronómica de los aromas y del alarde técnico, según los organizadores de este cosmopolita encuentro culinario, que ayer se despidió con la promesa de seguir mostrando el trabajo de los mejores cocineros del mundo. Pero además de lo que algunos expertos llaman cocina probeta o cocina de laboratorio (experimentada por los grandes Arzak y Adrià), también ha habido en este congreso culinario hueco para la artesanía. "Investigamos para recuperar sabores y tradiciones", dijeron las chefs italianas Gemma Gallo y Alessandra Strocco, madre e hija que comparten labores en un restaurante del Piamonte y basan el atractivo de sus platos en la trufa blanca. Y al final de su presentación dejaron un tartuffo gigante, de casi 400 gramos, para una subasta benéfica. Un congresista de Huesca pagó 4.500 euros, que irán a la Fundación Granella, que ayuda a discapacitados. Y otro artesano, a la vez que explorador empedernido, fue la estrella de la jornada. Nobu Matsuhisa, que hizo un sushi latino para recordar sus años en Perú, con una versión muy peculiar del tiradito y un no menos peculiar ceviche; adaptó un plato para seducir el paladar de quienes no soportan el pescado crudo.

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Sobre la firma

Rosa Rivas
Periodista vinculada a EL PAÍS desde 1981. Premio Nacional de Gastronomía 2010. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense. Master en Periodismo Audiovisual por Boston University gracias a una Beca Fulbright. Autora del libro 'Felicidad. Carme Ruscalleda'. Ha colaborado con RTVE, Canal +, CBS Boston y FoolMagazine.

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